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La Falsa Muerte 111

La Falsa Muerte 111

Capítulo 111 

Margarita se estremeció bajo la mirada gélida de Esmeralda, y sus ojos huyeron hacia un rincón, inquietos, buscando refugio en la evasiva

-¿Qué se puede comer? -respondió con un temblor apenas disimulado-. Lo que a cualquier niño le gusta, cosas dulces y sencillas

Y, recobrando brío, alzó la voz en un reproche afilado

-Tú, que te dices madre, ¿no eres capaz de preparar algo que alegre a tu hijo cuando vuelve a casa? El pobre estaba desanimado, y no nos quedó más que sacarlo a pasear para levantarle 

el ánimo

-Fallas como madre y aún tienes el descaro de juzgarnos -remató, con desprecio

Esmeralda, con la furia contenida brotándole en el pecho, dejó escapar un resoplido cargado de 

hastío

-Vaya ejemplo de madre eres -replicó con mordacidad-. Tu hijo engaña a su esposa sin el menor pudor

– 

-¡Tú! Margarita, desprevenida ante la agudeza de Esmeralda, se quedó muda, con el rostro encendido

Valentín, con un gesto rápido, sujetó a Esmeralda por el brazo y bajó la voz, casi suplicante

-Lo de anoche no es lo que piensas, fue un error, un malentendido

Esmeralda se zafó de su agarre con un movimiento seco, el desprecio pintado en cada línea de 

su rostro

-No estoy para tus excusas ahora cortó, tajante

En ese instante, el médico encargado de Pablo se aproximó con la carpeta clínica en mano y ofreció una explicación concisa sobre el estado del pequeño. Esmeralda escuchaba con atención, y de pronto, interrumpió con preguntas precisas, cargadas de tecnicismos

El doctor, intrigado, se ajustó las gafas sobre el puente de la nariz

-¿Usted también es médica? -inquirió, genuinamente sorprendido. 

Esmeralda abrió la boca para responder, pero Margarita se adelantó, su voz destilando burla. 

-¿Doctora? -soltó con una risita-. Qué va, solo ha hojeado algunos libros en casa, nada serio. El médico frunció el ceño, desconcertado. Las preguntas de Esmeralda no eran las de una aficionada; tenían la precisión de alguien con formación. Carraspeó, incómodo, y prosiguió con una descripción más detallada del cuadro clínico, dirigiéndose principalmente a ella. Valentín y Margarita apenas seguían el hilo, atrapando fragmentos sueltos: es gravepodría colapsar en cualquier momento” 

Capitulo 111 

Los ojos de Esmeralda se ensombrecieron, velados por una tormenta interna. Tras un instante de reflexión, se volvió hacia el médico

-¿Podemos hablar a solas? -pidió con calma firme

-¿Qué hay que no podamos oír nosotros, su abuela y su padre? -Margarita intentó meterse, pero Valentín la contuvo con un gesto

Él observó en silencio cómo Esmeralda y el médico se apartaban. No sabía por qué, pero algo en su postura le inspiraba una confianza inesperada. Aunque no alcanzaba a escucharlos, la sorpresa y el entusiasmo en el rostro del doctor eran palpables mientras asentía ante las palabras de ella

Margarita, cada vez más perdida, dio un codazo a Valentín

-¿Qué le está diciendo? -preguntó, impaciente

-¿Y yo cómo voy a saberlo? -respondió él, exasperado

-¡Pues averigualo, para eso es tu esposa

-Mamá-Valentín suspiró, masajeándose las sienes, donde el dolor comenzaba a latir con fuerza

¿Por qué, cuando Margarita soltaba veneno, no se daba cuenta de que hablaba de su propia 

nuera

Pasaron unos minutos, y cuando la conversación pareció concluir, Valentín se acercó justo a tiempo para captar las últimas palabras del médico

-De acuerdo, hablaré con el director ahora mismo. No te preocupes por los recursos, yo me encargo de todo

-Gracias -respondió Esmeralda, serena

-No hay de qué. Conocer a la doctora Rivas es todo un privilegio para

El médico esbozó una sonrisa amplia y se retiró con paso apresurado. Valentín, aún desorientado, se giró hacia ella

-¿Qué pasó? -preguntó, buscando alguna pista en su expresión

-Nada -respondió Esmeralda, con el rostro impenetrable

-Esme-Valentin la tomó del brazo otra vez, bajando la voz-. De verdad, anoche fue un error. Crei que Jazmin eras . Cuando me di cuenta, la eché de inmediato. Fui a buscarte, esperé frente a tu apartamento hasta que salió el sol… 

-¿Me confundiste con ella? -Esmeralda lo miró de soslayo, y una risita amarga escapó de sus labios-, Qué romántico suena eso, señor Espinosa. Cualquiera se lo creería

La Falsa Muerte

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Score 9.9
Status: Ongoing Type:
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