Capítulo 21-1
Mi madre me había contactado mentalmente en el momento en que llegó el correo, y no dudé en excusarme de la reunión y dirigirme directamente a casa.
-Elder, aquí llamó mi madre cuando entré por la puerta. Como si no supiera que estarían en la cocina. Se había convertido en una tradición cuando Amie enviaba una de sus raras postales, que se colocaba en la mesa de la cocina, con el lado escrito hacia abajo, hasta que el destinatario pudiera leerla. Mi cumpleaños era mañ ana, así que todos sabíamos que la carta estaba dirigida a mí. Me apresuré a entrar y le di a mi madre un rá pido beso en la mejilla.
-No la hemos leído me dijo mi padre. No necesitaba decirlo, sabía que no lo habían hecho. Pero asentí de
todos modos mientras miraba la postal. El frente estaba cubierto de fotos panorámicas de algún lugar en
Canadá. La recogí y la volteé.
-Hola. Espero que todos estén bien. Feliz cumpleaños, hermano mayor, ¿ya tienes canas? Estoy pensando en ustedes, en todos ustedes. Denle mis mejores deseos a mamá y papá. Estoy bien, soy feliz y disfruto de la
vida. Así que dejen de preocuparse. Los quiero a todos. Abrazos y besos, Armeria lei en voz alta. Todos nos
quedamos en silencio por un momento, mirando la letra familiar. Extrañaba a mi hermanita hasta el punto de
que dolía. Pero esta era la primera vez que decía que era feliz. Siempre decía que estaba bien, o que le iba
bien. Pero nunca feliz.
-Está feliz –dijo mi madre. Su voz llevaba tanto tristeza como alegría.
-Me alivia el corazón ver esas palabras -dijo mi padre. Solo asentí. Le entregué la tarjeta a mi madre. Ella
era la guardiana del álbum donde guardábamos todas las postales que Amie nos había enviado. Le di un
abrazo y luego abracé a mi padre también.
-Necesito volver a la reunión. Estaré en casa para la cena -dije. Ambos asintieron. Sabía que pasarían el
resto del día hablando de mi hermana. Cuando descubrimos por primera vez que se había escapado, tanto mi
padre como yo estábamos decididos a ir tras ella. Alpha Mark había venido a ofrecer su ayuda y la del grupo
cuando escuchó lo que había sucedido. Mi padre lo golpeó con suficiente fuerza para derribar al alfa de un
solo golpe. Mi madre intervino y declaró que nadie debía ir tras ella. Amie había elegido el camino que
pensaba que era mejor para ella, y necesitábamos respetarlo. Mi padre nunca fue castigado por su golpe al
Alfa. Pero la relación entre ellos no volvió a ser la misma desde entonces. Sabía que mi padre todavía resentí
a a su amigo en algún nivel por alejar a Amie con sus acciones. Y Alpha Mark tenía el orgullo de cualquier
Alfa. El hecho de que su Beta lo derribara de un solo golpe le dejó el ego magullado. Sospechaba que las cosas
habrían vuelto a la normalidad si mi madre y la Luna hubieran intervenido y calmado las aguas. Pero mi
madre no intervino. En cambio, se distanció de la familia del Alfa. Todavía cumplía con sus deberes como la
hembra Beta, pero nada más. Todo el grupo sentía la nueva dinámica entre la familia del Alfa y la del Beta. La
familia Gamma intentó intervenir y actuar como un puente entre nuestras familias, pero la herida era
demasiado profunda. Finalmente, el año pasado Alpha Mark renunció como alfa y entregó el grupo a James
con la esperanza de mejorar el ambiente en el grupo. James me pidió que fuera su Beta, y por un momento, consideré la idea de rechazarlo. Pero tanto mi madre como mi padre me animaron a aceptar y al final vi que era lo mejor. Cuando entré en la casa del grupo, James vino hacia mí.
-La reunión ha terminado -me dijo. Asentí.
-¿El resto fue bien? -pregunté.
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Capítulo 21-2
Sí. ¿Qué era tan urgente que necesitabas irte? -Lo miré, dudando si debía decirle. Todavía insistía en que rechazar a Amie era lo mejor para él y para el grupo. Pero también sabía que su lobo no estaba de acuerdo. Había estado presionando a James durante estos cuatro años para que encontraran a su compañera y la trajeran a casa. James, por supuesto, se negaba a prestarle atención a su lobo. Pensaba que sabía mejor. A pesar de su insistencia en que había superado a Amie, que ya no sentía una atracción hacia ella, no había tomado una compañera elegida. No es que le faltaran opciones. La mayoría de los lobos aprovecharían la oportunidad de convertirse en la Luna del grupo. Y sabía que Cindy, la hija del antiguo Gamma, se había asegurado de terminar en la cama de James en más de una ocasión. Pero James aún no había elegido una pareja permanente. Podía decir lo que quisiera. Sabía que era porque él, y su lobo, todavía querían a su
compañera.
-Mi madre me dijo que tenía una tarjeta de Amie esperándome -dije.
-Oh–intentó sonar indiferente, pero no tuvo éxito-. ¿Cómo está? -preguntó.
-Bien. Dice que es feliz. Fue un cambio bienvenido -dije, sin poder evitar restregarlo.
-¿Feliz? ¿Qué quiere decir con feliz? ¿Ha encontrado un compañero? ¿Es por eso que está feliz? -Era fácil
escuchar los celos en su voz.
-No lo sé. No lo explicó. Ya sabes cómo son sus postales le dije. Gruñó y se rascó el cuello.
-¿Desde dónde fue enviada? -preguntó.
-Canadá, no muy lejos de la frontera le dije.
-La última fue desde California, ¿verdad?
Sí. Han sido enviadas desde todo el mapa, pero siempre en la parte oeste, nunca viaja cerca de casa -dije.
-¿Crees que está en constante movimiento? -preguntó. Había preocupación en su voz. A veces olvido que no solo era el compañero de mi hermana, sino que antes de eso habían sido amigos, casi tan cercanos como
yo con James.
-No lo sé, hombre. Los lobos solitarios tienden a moverse mucho. A ningún grupo le gusta tenerlos cerca – le dije. Era algo en lo que prefería no pensar. Odiaba la idea de mi hermanita estando sola, moviéndose de un lugar a otro.
-Bueno, ella no es exactamente un lobo, así que tal vez le sea más fácil encontrar un lugar donde establecerse -No pude evitar el gruñido que se me escapó. Lo detuve antes de que se saliera de control.
– Vete al diablo. Amie es un lobo completo. Y el hecho de que haya sobrevivido cuatro años allá afuera, sin un grupo y sin el apoyo de su familia solo muestra lo fuerte que es. Me da escalofríos solo pensar en estar solo. Así que no vayas a menospreciarla – le dije. Para su crédito, parecía arrepentido.
S
-Lo siento. No quise que sonara como si la estuviera menospreciando. Esto de los compañeros realmente te jode la cabeza. Sé que tomé la decisión correcta. Pero luego mi lobo me da un infierno y recuerdo que es Amie. Joder, la extraño como loco. La forma en que siempre era una sabelotodo y cómo siempre daba todo en todo lo que hacía. Simplemente me confunde la cabeza. No sé si la extraño porque era mi compañera, o porque perdí a una de mis mejores amigas – Suspiré y puse mi mano en su hombro.
-Siento que estés sufriendo. Pero esto es todo culpa tuya. No deberías haberla rechazado. Los dos eran perfectos el uno para el otro. Lo hecho, hecho está le dije.
-Escuché que Cindy había intentado meterse en tu cama. Supongo que está cansada de esperarme —dijo
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James. Hice una mueca.
-Sí. No caí en eso. Ya sabes cómo es ella. Se le pasará una vez que encuentre a su compañero. Entonces estará feliz de que ninguno de nosotros aceptara su oferta de marcarla le dije.
-¿Aún esperando a tu verdadera compañera?
-¿Qué puedo decir? Quiero lo que tienen mis padres. Veo cómo mi padre adora a mi madre y cómo mi madre haría cualquier cosa por él, y quiero eso. No me importa quién sea mi verdadera compañera. Sé que será perfecta le dije.
-Claro, todo suena bien en teoría. Pero el vínculo de compañeros no es cosa de risa dijo.
–
-Eso es porque lo estás peleando, amigo mío. Si te rindieras y te dejaras llevar, no sería tan difícil le dije. Mientras caminábamos hacia la sala de reuniones para la siguiente reunión, no pude evitar pensar en Amie.
La extrañaba. Debería estar aquí, debería haber tomado su lugar como Luna del grupo. Pero no estaba.
Esperaba que realmente fuera feliz y que encontrara a su segundo compañero. Si alguien merecía uno, era mi
hermanita. Tal vez si se emparejaba, se sentiría lo suficientemente segura como para contactarnos.
Mantendría la esperanza de volver a verla.
