Capítulo 207
Después de que Lorenzo se ocupara de sus asuntos, ellos no hablaron mucho más. Jordana colgó el teléfono y guardó su celular en el bolsillo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía varios mensajes de WhatsApp sin leer, todos enviados por Lorenzo; estaba tan ocupada comprando que no se había fijado. Aunque todos eran saludos comunes, el cariño y la preocupación que transmitían eran evidentes en sus palabras.
Otilia, que naturalmente había escuchado y visto todo, apoyó su mejilla en su mano y preguntó con curiosidad: “¿Este es el beneficio de salir con alguien mayor que tú?”
Jordana le corrigió con seriedad: “Este es el beneficio de salir con un hombre mayor que tú, que además es maduro, sensato y con un excelente carácter.”
Otilia alzó una ceja, insistiendo en saber más: “¿Ah sí? ¿Y cómo explicas eso?”
“Álvaro también es mayor que yo, ¿verdad? Pero sigue siendo un niño grande. Cuando estaba con él, siempre me sentía como si fuera su madre, teniendo que preocuparme por todo. En cambio, estar con Lorenzo es completamente diferente; él me brinda apoyo emocional, me enseña lo que sabe de las complejidades de la vida y me respeta dándome la libertad que
merezco.”
Al hablar de las virtudes de Lorenzo, Jordana no pudo ocultar el orgullo y la satisfacción en su
VOZ.
Otilia encontró sus palabras bastante razonables. “La última vez que fui a la Iglesia de la Luz Celestial a pedir por un compañero, no especifiqué mis deseos. La próxima vez, pediré al dios del amor que me conceda un hombre igual de maduro, sensato y de buen carácter.”
Jordana sonrió con malicia: “Ni siquiera necesitas pedirle eso al dios del amor. Creo que Hernán Juárez sería perfecto.”
Al escuchar mencionar a Hernán, Otilia se puso a la defensiva. Miró a su alrededor para asegurarse de que no había conocidos cerca antes de hablar con seriedad: “No podemos formar parejas a la ligera. Hernán ya está comprometido; escuché que regresó a Floridalia debido a su prometida que vive allí.”
Al escuchar las palabras “comprometido” y “prometida“, Jordana dejó de insistir. Sin embargo, dejó caer una insinuación: “Si realmente tiene una prometida y está comprometido, será mejor que te mantengas lejos de Hernán para evitar problemas.”
Otilia se encogió de hombros. “No te preocupes, tengo mi carrera y mi dinero; por muy tonta que sea, no me metería en la relación de otra persona. Tengo cosas mejores que hacer con mi tiempo.”
La conversación fue desviada casualmente hacia otros temas, ya que ambas conocían bien el carácter de la otra y no tomaron el asunto demasiado en serio.
Luego, siguieron charlando sobre algunos asuntos familiares hasta que llegó la hora de que Otilia comenzara su turno de noche, y se despidieron para ir cada una por su lado.
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Capitulo
De regreso a Villa Amanecer, Jordana decidió tomar la carretera de circunvalación, pero coincidió con la hora pico, quedándose atrapada en el tráfico por un buen rato.
Cuando finalmente llegó a Villa Amanecer, ya eran casi las seis. En otoño, en Aguamar, anochece temprano y ya estaba oscureciendo.
Se formó una fina capa de niebla en la ventana del coche, empeorando la visibilidad, así que Jordana condujo con extrema precaución.
Justo cuando estaba por llegar a la mansión, una figura apareció repentinamente al borde de la carretera, bloqueando el camino.
Jordana frenó bruscamente, deteniendo el coche justo a tiempo, a pocos metros de la persona.
Casi se produjo un accidente, y Jordana tardó unos segundos en calmarse. Con familiaridad, abrió la puerta del coche y bajó para ver qué estaba sucediendo.
Al principio, Jordana asumió que era alguien intentando provocar un accidente para extorsionarla, pero al bajar del coche, se dio cuenta de que conocía al hombre.
El hombre llevaba un abrigo negro, una camisa blanca y pantalones oscuros. Su joven rostro estaba cubierto de una barba descuidada, y había perdido toda la arrogancia de antes,
reemplazada por un aire de abatimiento y desolación.
Era Álvaro.
Parecía que hablar sobre Álvaro había hecho que apareciera, pensó Jordana, lamentando haber mencionado a Álvaro con Otilia.
La aparición de Álvaro la tomó completamente por sorpresa y le provocó un dolor de cabeza. Por un lado, le resultaba inesperado que Álvaro hubiera encontrado su camino hasta ella, por otro, le preocupaba la insistencia con la que parecía estar detrás de ella.
Jordana, con su figura esbelta y distinguida, no dejó dudas de que era ella quien bajaba del coche. La mirada de Álvaro, hasta entonces apagada, se iluminó al verla.
Después de tres años de relación con Jordana, él podía reconocerla desde lejos, incluso entre sombras y figuras borrosas, sabía que la mujer en el auto era Jordana.
Sin embargo, a pesar de que solo habían pasado unos pocos días desde la última vez ver que la vio, para él había sido como si hubieran pasado años, unos años largos y difíciles de
soportar.
Impulsado por un deseo inconsciente, él se acercó para tomar la mano de Jordana, queriendo confesarle cuánto la había echado de menos.
Pero Jordana se apartó, esquivando su mano.
La mano de Álvaro quedó suspendida en el aire. Después de un momento, la bajó lentamente y suspiró.
*Jordana, he viajado miles de kilómetros desde Floridalia hasta Aguamar para encontrarte.
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Capitulo 207
Creo que he demostrado suficiente paciencia y sinceridad hacia ti. ¿No podrías darme una oportunidad?”
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