Capítulo 44
En esta vida, ella tampoco estaba segura de cómo Rolando la veía ahora, más allá de su relación de prometidos. Después del incidente con Ubaldo, no se atrevía a ilusionarse, temiendo convertirse inadvertidamente en el hazmerreír de los demás. Al ver la preocupación en sus rostros, Melissa dijo: “Es sólo que nuestras familias se conocen, así que naturalmente nos vemos más seguido“.
“¡Ah, ya veo!“. Todos miraron a Melissa, “¿Entonces tu familia es realmente rica? Nosotros pensábamos que…“.
“¿Pensaban que un hombre mayor me mantenía?“. Melissa no evitó el tema. Los demás se sintieron un poco culpables al escucharla mencionarlo. Después de todo, eso es lo que decían en internet. Decían que antes vieron a alguien recoger a Melissa en la entrada de la escuela.
Melissa se rio y dijo: “Piensen lo que quieran, no me importa“. ¡Como si fuera verdad! Sólo le parecía ridículo. ¿Ella necesitaba que alguien la mantuviera?
Después de despedirse de unas chicas de otro salón, Melissa ya había vuelto al aula. Tan pronto como apareció, vio que todos la miraban. Melissa ya estaba acostumbrada a su sorpresa constante. Se sentó en su lugar. El chico delante de ella la miró y dijo con sarcasmo: “Perdimos el partido, pero a ti te parece muy divertido“.
Él era compañero de equipo de Ubaldo. Melissa sonrió, “Ustedes perdieron el partido, no yo. ¿Por qué debería estar triste?“.
“¡Rolando te prefiere a ti, te crees muy especial!“.
Melissa se rio, “¿Qué pasa, estás molesto porque no se fijó en ti?“. El chico, sin saber qué responder a Melissa, cerró la boca, frustrado.
Después de un rato, Ubaldo regresó con Adriana y Valeria. Ubaldo se sentó en su lugar, y Melissa lo miró, sintiendo que estaba furioso. Cada vez que perdía contra Rolando, se enojaba así. Antes ella se unía a su enojo. Pero ahora, ¡sólo le parecía gracioso!
Ubaldo la miró y, al verla sonreír, su aura se enfrió aún más. Melissa dijo: “¿Por qué me miras? ¿Quieres culparme a mí porque no tienes habilidad?“.
“Tú…“. Ubaldo la miró, viendo que después de perder el partido, en lugar de consolarlo, ella se burlaba de él. Se sentía extremadamente frustrado. Antes, cada vez que él jugaba y perdía contra Rolando, Melissa siempre le compraba algo o le daba un regalo para animarlo, diciéndole que era mucho mejor que Rolando. Pero ahora… Ella comenzó a burlarse de él.
Ya era hora de volver a casa, Melissa agarró sus cosas y se levantó, diciendo a Ubaldo: “Está bien, me voy a casa“. Ubaldo se hizo a un lado para dejarla pasar, y Melissa salió del aula. Después de que ella se fue, Ubaldo también se levantó, tomó sus cosas y la siguió. Se movió rápido, y Adriana no pudo seguir su ritmo.
Justo cuando Melissa llegó al rellano de las escaleras, Ubaldo la alcanzó y agarró su brazo. Melissa lo miró sorprendida, “Ubaldo, ¿qué estás haciendo?“.
112
Ubaldo la miró fijamente, con los ojos enrojecidos… Melissa se sorprendió al verlo así. Ubaldo le preguntó con voz contenida: “¿Realmente planeas estar con Rolando de ahora en adelante?“. Su pregunta sorprendió a Melissa. Si hubiera sido antes, él nunca se habría interesado en esas cosas. ¿Qué estaba pasando? Al ver a Ubaldo mirándola como si ella le hubiera fallado, extendió la mano para intentar quitar la de él de su muñeca, pero descubrió que la agarraba muy fuerte. Sin más remedio, se rio, “¿No dijiste que te molestaba que te persiguiera? Dijiste que cada día que te seguía era como una pesadilla para ti“.
