Switch Mode

El Precio de tu 126

El Precio de tu 126

Capítulo 126 

Su entrada en el salón provocó una oleada de miradas y murmullos contenidos. La presencia de Dante siempre comandaba atención su belleza aristocrática y el aura de poder que emanaba naturalmente lo convertían en el centro de gravedad de cualquier reunión social. A su lado, Lydia resplandecía con una belleza etérea que hacía difícil apartar la mirada, el vestido de sirena acentuando cada movimiento con gracia felina

Sin embargo, las miradas que recibían llevaban un tinte peculiar, mezcla de curiosidad y especulación. La historia de su compromiso fallido dos veces era de conocimiento público en los círculos sociales de Nueva Castilla. La situación planteaba un enigma que nadie podía resolver: si Dante deseaba el compromiso, ¿por qué se había cancelado en dos ocasiones? Y si no lo deseaba, si había rechazado a Lydia, ¿qué hacía ella aquí, resplandeciente a su lado

La elite de Nueva Castilla, curtida en los juegos de poder y las intrigas sociales, mantenía sus preguntas en silencio. Algunos intercambiaban miradas significativas, otros ocultaban su curiosidad tras copas de champagne, pero todos entendían que hay asuntos que es mejor no cuestionar directamente

Lydia interpretaba su papel a la perfección: la prometida devota, sonriendo con elegancia estudiada mientras se aferraba delicadamente a la manga del traje de Dante, observándolo interactuar con los magnates presentes con aparente adoración

El repentino murmullo colectivo de asombro que recorrió la sala fue como una onda expansiva. La voz de Inés, dulce y cantarina, cortó el aire como un cuchillo envuelto en seda: Dante

Lydia sintió la tensión instantánea en el cuerpo de Dante, cada músculo endureciéndose bajo su agarre. Una sonrisa amarga amenazó con curvar sus labios. ¿Realmente había creído que podría evitar este momento? Años de consentir cada capricho de Inés habían creado un monstruo que no conocía límites ni respetaba barreras sociales

Para Inés, Dante era una posesión exclusiva, un territorio marcado que defendería con uñas y dientes contra cualquier intrusa incluso contra los deseos del propio Dante. La idea de que pudiera evitarla era una fantasía infantil

Lydia, sin soltar la mano de Dante, giró para enfrentar la situación, y la razón del asombro colectivo se hizo evidente: Inés lucía una réplica exacta del vestido Amor de Sirena

La ironía era deliciosa. Aquel diseño exclusivo del que solo existían dos ejemplares uno en posesión de una princesa europea y el otro cubriendo en ese momento el cuerpo de Lydia había sido duplicado de alguna manera. La autenticidad del vestido de Lydia estaba fuera de toda duda; ningún comerciante en su sano juicio se atrevería a engañar a Dante Márquez. Por tanto, la conclusión era inevitable: el vestido de Inés era una falsificación

Un examen más detallado confirmaba esta verdad. Aunque la confección era admirable en su imitación, carecía de ese je ne sais quoi que distingue lo auténtico de lo falso. Como rezaba el viejo adagio, no es terrible vestir igual, lo terrible es quién lo lleva peor. Inés, a pesar de su innegable atractivo y de cómo el vestido realzaba sus curvas, palidecía en comparación con la belleza meticulosamente cultivada de Lydia

1/2 

Natalia Monroy, con la sutileza de un elefante en una cristalería, verbalizó lo que todos pensaban: ¡Ah! ¿Ese no es el Amor de Sirena? Se dice que solo hay dos, uno en posesión de la princesa de Luxemburgo y otro que llegó a Nueva Castilla, ¿cuál será el auténtico?” 

La pregunta era retórica. Bastaba una mirada comparativa para notar la diferencia en calidad y acabados. Además, la lógica social dictaba que la acompañante oficial de Dante Márquez jamás llevaría una imitación

Las miradas de desdén hacia Inés eran apenas disimuladas. En estos círculos, aparecer con una falsificación era más que un faux pas era un suicidio social

El rostro de Inés perdió todo color, su figura frágil comenzando a temblar como una hoja en el viento. Una lágrima calculada rodó por su mejilla mientras sus ojos, rebosantes de súplica, se clavaban en Dante. Dante, yolo que llevo es auténtico, yoSu voz temblaba con una vulnerabilidad estudiada, cada gesto diseñado para despertar compasión

La tensión en el cuerpo de Dante se intensificó, su expresión oscureciéndose como un cielo antes de la tormenta. El ambiente se volvió denso, cargado de expectativa

Los presentes comprendieron que estaban siendo testigos de un momento decisivo. La autenticidad del vestido era irrelevante lo que verdaderamente importaba era la elección que Dante haría en los próximos segundos. ¿A quién elegiría? ¿A la mujer que llevaba años manipulándolo con su fragilidad calculada, o a la que había soportado todas sus indecisiones con dignidad

El silencio expectante pesaba como plomo mientras todos esperaban ver qué camino tomaría el rey de Nueva Castilla

212 

El Precio de tu

El Precio de tu

Score 9.9
Status: Ongoing Type:
El Precio de tu

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset