Capítulo 110
Si hubiera sido una simple propuesta, Dante habría comprado cualquier anillo lujoso de las joyerías más exclusivas. Pero no había elegido el Pure Love.
El impacto de esta revelación golpeó a Inés como una bofetada física. Su rostro perdió todo color, sus hombros delicados temblando como hojas en una tormenta. El legendario diamante heredado de los Márquez, el Pure Love, era más que una joya – era un símbolo de poder y legitimidad.
La última en portarlo había sido la abuela de Dante. Ni siquiera su propia madre había sido considerada digna de tal honor. Y ahora… ahora Dante se lo entregaba a Lydia como si fuera la cosa más natural del mundo.
¿Significa esto que la reconoce como su igual? El pensamiento era insoportable.
“¡No!” La negación brotó de sus labios como un grito ahogado. Sus ojos, inyectados en sangre, brillaban con un destello de locura. “Dante no le daría el Pure Love a Lydia… es solo culpa, remordimiento por lo que pasó. ¡Solo está intentando consolarla!”
Mateo arqueó una ceja con elegante desdén, cruzando los brazos sobre su bata inmaculada. “Inés, tu hermano dio su vida por Dante. Si hablamos de culpa…” dejó que las palabras flotaran en el aire como veneno. “Durante años has disfrutado de sus atenciones por ese remordimiento. Sin eso, ¿qué derecho tendrías siquiera a estar en su presencia?”
Sus palabras cortaban como bisturíes. “Se siente más culpable contigo que con Lydia, y por mucho más tiempo. ¿Por qué nunca te dio el Pure Love? ¿No quería?” Una risa fría escapó de sus labios. “¡No! ¡Es porque no te considera digna!”
La verdad era como ácido corroyendo las ilusiones de Inés. Sí, Dante había sido indulgente con ella durante años, pero eso era todo. Si realmente hubiera querido legitimarla, darle un estatus oficial, lo habría hecho hace tiempo.
Sus atenciones especiales eran solo un tributo a la memoria de Leopoldo. Sin él, Inés no sería más que otra admiradora distante del inalcanzable Dante Márquez.
“No…” Las lágrimas comenzaron a caer mientras sacudía la cabeza en negación desesperada. “Dante me quiere… soy especial para él.”
“Deja de soñar.” La voz de Mateo era implacable como un diagnóstico terminal. “Sabes lo que pasó con Gustavo. La policía tiene el video. Solo por eso, las puertas de la familia Márquez están cerradas para ti para siempre.”
“¡Fui forzada!” Las palabras salieron entre sollozos mientras se cubría el rostro.
La risa de Mateo fue más fría que el aire acondicionado del hospital. “Tal vez Gustavo te forzó, pero tu secuestro… ¿complicidad o coacción? Solo tú y él conocen la verdad.”
Como si no fuera obvio que ella estaba involucrada, pensó con desprecio. Solo que su plan salió terriblemente mal.
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Capítulo 110
“No causes más escenas en mi hospital,” advirtió antes de marcharse, los gritos desgarradores de Inés siguiéndolo por el pasillo.
Se lo merece, pensó sin remordimiento. La muerte de su hermano le había abierto un camino dorado – podría haber tenido a Dante como protector de por vida. Pero la codicia la cegó, quiso poseerlo completamente.
La avaricia nunca es suficiente. Y la estupidez tiene un precio.
Ahora se quedaría sin nada.
Mira a Jacinta Ortiz, reflexionó. También había salvado a Dante una vez, pero cuando él le ofreció opciones, eligió su carrera en lugar de intentar atraparlo. Hoy era la portavoz estrella de Joyería Verdadera Márquez, una actriz aclamada en la cúspide de su carrera.
Comparar sus elecciones con las de Inés era una lección sobre la importancia de tener cerebro. ¿Qué hombre podría competir con una carrera exitosa?
Además, Dante Márquez era como una fuerza de la naturaleza – imposible de controlar,
imposible de predecir.
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