Capítulo 309
Hoy, por fin, llegó con gran expectación el tan anticipado Foro Académico Cumbre. Raquel se levantó muy temprano y jaló a Camila. -Camila, ven, te voy a llevar a un lugar divertido.
—¿Raquelita, a dónde vamos? Muchos compañeros fueron hoy al Foro Académico Cumbre. Escuché que hoy el presidente Alberto y esa chica prodigiosa van a aparecer juntos -dijo Camila con tono curioso.
Raquel curvó sus labios rojos en una sonrisa. Vamos precisamente al Foro Académico Cumbre a divertirnos.
Camila se quedó impactada. ¿Qué?
Media hora después, Raquel y Camila llegaron al lugar del evento. Hoy asistieron élites académicas de todos los sectores, y el ambiente estaba muy animado.
Desde lejos, Raquel vio a muchos conocidos. Elena había venido acompañada de sus compañeros de la Universidad del Futuro.
de
Hace unos días, la confesión pública de Alarico la convirtió en el hazmerreír, así que inmediato hizo que su padre utilizara sus contactos para conseguir una invitación al Foro
Académico Cumbre.
Los compañeros que trajo con ella comenzaron a adularla de inmediato, y su situación volvió a mejorar. Por eso hoy, Elena se sentía más orgullosa que nunca y no dejaba de sonreír.
Raquel también vio a doña Sara, a Ana y a María, a Rosa y a Patricia; toda la familia había venido. Como ellas mismas dijeron, habían venido a presenciar con sus propios ojos a esa chica prodigiosa.
Ana pronto notó la presencia de Raquel. —Raquel, ¿qué haces aquí?
La mirada altiva de Rosa se posó sobre Raquel con desprecio. -Raquel, esto es el Foro Académico Cumbre. ¿Tú, que dejaste de estudiar a los 16 años, qué haces aquí? ¿Quieres hacer quedar mal a la familia Pérez?
Doña Sara la reprendió con un tono frío y severo. -Raquel, vete de aquí de inmediato. Este es un evento solo con invitación. ¿Tienes una?
Los ojos claros y serenos de Raquel se fijaron en esas personas, y luego negó con la cabeza. No tengo invitación.
¡Raquel realmente no tenía invitación!
Nadie en la familia Pérez se sorprendió; para ellas, lo raro sería que Raquel sí tuviera una.
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María dijo:
Raquelita, entonces será mejor que te vayas pronto. Si no, en cualquier momento los guardias de seguridad te sacarán.
En ese momento, Elena se acercó con sus compañeros de la Universidad del Futuro. Elena se burló: —¡Vaya, pero si es nuestro Dios del Sueño de la Universidad del Futuro!
Los compañeros que la acompañaban también se rieron. -El Dios del Sueño no está durmiendo hoy, ¡qué increíble que haya venido al Foro Académico Cumbre! ¡Qué gracioso!
Elena tomó del brazo a Ana y con el otro a Rosa. Les presento a Raquel, nuestra Dios del Sueño, hermana de sangre. Aunque todas son hijas de la familia Pérez, Rosa es investigadora postdoctoral, Ana se graduó de una universidad prestigiosa, ambas con una formación académica sobresaliente. Pero Raquel es diferente… ¡ella es el Dios del Sueño!
Rosa y Ana, en efecto, habían tenido un desempeño académico brillante. Doña Sara siempre las había considerado las dos joyas de la familia Pérez.
Los compañeros de la Universidad del Futuro estallaron en carcajadas. -Raquel, ¿de verdad no
te sientes inferior?
-Raquel, mejor vete a dormir. No hagas el ridículo aquí.
Todos se burlaban cruelmente, pero Raquel no se molestó en lo más mínimo. Al contrario,
miraba con una sonrisa.
los
Camila ya estaba furiosa. Estas personas se estaban pasando de la raya. Señaló a doña Sara y a María, y gritó: -¿De verdad son ustedes la familia de Raquelita? ¡Ustedes son su abuela, su madre… y aun así son las primeras en maltratarla! ¡Ya ni sé si Raquelita es realmente hija de
ustedes!
En realidad, Raquel ya estaba acostumbrada. Tener familia o no, para ella era lo mismo; se
sentía como una huérfana.
¿Raquel de verdad es hija de ustedes?
Al escuchar esa frase, algo brilló fugazmente en los ojos de doña Sara. Aunque Raquel era hija biológica de su hijo mayor, Diego, en su corazón y mente, solo existía Ana.
El padre de Ana era Alejandro, pero fue él quien la trajo de Valle del Río.
En realidad, Ana no era hija biológica de Alejandro.
El verdadero padre de Ana… era una figura de altísima posición.
Ana tenía un linaje muy distinguido.
Claro, ese era el secreto más profundo que doña Sara y Alejandro guardaban. No lo revelarían
en este momento.
Capítulo 309
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Doña Sara miró a Raquel. -Raquel, deja de llamarme abuela. ¡Yo no tengo una nieta como tú!
Camila no podía creer que doña Sara no solo no mostrara ni un poco de remordimiento, sino que además dijera esas palabras públicamente. Estaba furiosa. —¡Usted…!
