Capítulo 299
Ana levantó la vista y vio a Raquel. ¡Raquel había en efecto llegado!
Ana sonrió aún más. ¡Estaba esperando a Raquel y finalmente había llegado!
Raquel se acercó a Camila, quien, furiosa, dijo: -Raquelita, estos son unos miserables, están dando vuelta las cosas y diciendo mentiras descaradas.
–Camila, ya lo sé todo,-Raquel le dio una mirada tranquilizadora, como diciendo “cálmate“.
Ana sonrió. -Raquel, llegaste justo a tiempo. Tu buena amiga Camila dice que Alarico está enamorado de ella. ¿Te crees eso? La gente mas bien debe que tener dicernimiento propio. Te pregunto, ¿crees que Camila es tan fea como dicen?
Ana intentaba poner a Raquel en una situación difícil.
Raquel levantó una ceja con sutileza, y su mirada clara y penetrante se posó en el rostro de Ana. Por supuesto que Camila no es fea. Al contrario, Camila es una mamasita.
¿¡Qué!?
¡Ja!
¡Jajajaja!
Ana, Alarico y Elena se rieron:
Elena, doblada de la risa, dijo: —Raquel, ¿de verdad dices que Camila es una gran belleza?
Ana pensó que Raquel había caído pues en la trampa. —Raquel, ¡ya sabía que tú y Camila estaban juntas en esto!
Alarico miró a Camila. Camila era evidentemente una chica poco agraciada, pero sus ojos eran limpios y brillantes, destellando como dos estrellas. Esos ojos eran los más hermosos que él
había visto.
Los demás estudiantes se rieron. —Raquel, ¡le has hecho un serio agravio a la palabra “belleza
“!
-Raquel, sé que tienes buena relación con Camila, pero no puedes hablar tan a la ligera, ¿ verdad?
Al ver que Raquel y Camila se habían convertido en el blanco de todos, Ana no podía estar más
satisfecha.
Pero Raquel no se preocupó. Con una serenidad natural, se mantuvo erguida y luego le guiñó el ojo a Camila. –Camila, ya que estamos en esto, ¿por qué no se lo cuentas a todos? En
Capitulo 299
realidad… ¡la marca de nacimiento en tu cara es falsa!
Camila se quedó estupefacta.
Los presentes también se sorprendieron.
¿La marca de nacimiento era entonces falsa?
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Camila, desconcertada, tiró del brazo de Raquel, y en voz baja le dijo: –Raquelita, jesta marca
de nacimiento es real!
Ana dio un paso adelante, no creyendo en las palabras de ella. -Raquel, dices que la marca de nacimiento de Camila es falsa, ¿entonces nos vas a dar pruebas?
Alarico y Elena también se acercaron. Alarico, con voz firme, dijo: -Yo y Camila nos
conocemos desde hace mucho. Esa marca de nacimiento es de nacimiento, definitivamente no
es falsa. Ella es una fe y punto finala.
Raquel miró a Alarico, y en sus ojos claros brilló una fría mirada de desdén. -Alarico, ¿tienes miedo?
Alarico se quedó un momento en silencio. -¿Miedo de qué o qué?
-Tienes miedo de que Camila, la fea, de repente se transforme en tu tipo ideal. Tienes miedo de arrepentirte.
Alarico resopló. —¡Yo nunca me arrepentiré!
-Bien, esa fue tu palabra. Espero que no te estés golpeando la cara más tarde.
Dicho esto, Raquel sacó unas toallitas desmaquillantes que había preparado con anticipación. -Camila, quédate quieta, voy a quitarte esa marca de nacimiento ahora mismo.
Camila no entendía qué estaba haciendo Raquel. Nerviosa, le hizo una seña a Raquel, susurrando:
¡Raquelita!
Raquel, tranquila, miró a Camila, dio un paso hacia ella, y su mano suave rozó la cara de Camila mientras limpiaba con delicadeza. —Esta marca de nacimiento ha estado con nosotros por
tantos años, pero ahora ya no la necesitamos. ¡Mi amiga Camila va a convertirse en una mamasita digna de ser modelo! 13
Elena no creía que esa marca de nacimiento fuera falsa, pero al siguiente segundo, se quedó paralizada, porque vio con sus propios ojos cómo la marca de nacimiento en el rostro de Camila desaparecía poco a poco.
¡Suspiro!
No se sabía quién había soltado el aire, pero sin duda eran varias personas, ya que todos los presentes estaban sorprendidos.
Capnulo 299
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Poco a poco, la marca de nacimiento se fue borrando, revelando la piel tersa y suave de Camila, como una joya que se limpia de polvo. Pronto, el rostro redondeado de Camila quedó al descubierto.
Camila era hermosa, con una belleza delicada y brillante, como si hubiera sido criada en una familia de plata, con una dulzura y una frescura que la hacían parecer una joya. Y cuando la marca de nacimiento desapareció, justo debajo de su ojo derecho, apareció una pequeña marca de belleza, una lágrima, que la hacía aún más deslumbrante. ¡Era exactamente como Anita!
¡Dios mío!