Capítulo 27 

Lidia se rio a carcajadas diciendo: “Alguien está a punto de ser echado, tengo que grabarlo para que todos lo vean bien.” 

Nuria estaba a punto de estallar de rabia y se puso delante de Ainhoa: “¡A ver quién se atreve a tocar a Ainhoa!” 

Gisela frunció el ceño mientras le decía: “Nuria, tú eres una dama de la familia Montoya, ¿por qué te juntas siempre con gente como Ainhoa?” 

“Cada cual con su igual, Nuria parece que también quiere terminar en la cárcel.” 

“Que Nuria cuide bien de Ainhoa, al fin y al cabo, ella tiene contactos ahí dentro.” 

Gisela y Lidia se burlaban en coro, lo que hizo que Nuria explotara y señalara a Lidia mientras le gritaba: “Tienes razón, tú y Gisela ambas son malas, pero al menos tú lo eres abiertamente. No como Gisela, que siempre te usa como un arma y saca provecho mientras mantiene su buena reputación. Pobre de ti, mira cómo ha quedado tu nombre.” 

Nuria estaba harta de Gisela, siempre fingiendo ser la más virtuosa, pero llena de malicia. La expresión de Lidia cambió de inmediato, mirándola con cierta desconfianza. 

Gisela rápidamente intervino: “Lidia, ¿acaso no sabes cómo soy contigo? No escuches a Nuria, 

esta loca sólo está tratando de sembrar discordia.” 

“Claro que no me dejaré engañar, sólo pensaba en grabar esta escena para mostrarla al novio de Nuria en el futuro, para que sepa lo inquieta que es, y quién sabe cuándo podría acabar en problemas.” 

Gisela asintió con convicción: “Tienes razón, si alguien busca su propia ruina, al menos que no arrastre a su familia. Sr. Castro, asegúrese de ser testigo.” 

“Srta. Gisela, no se preocupe, estaré encantado de ayudar a prevenir futuros problemas.” 

Escuchando las burlas hacia Nuria, la expresión de Ainhoa se fue enfriando y sus ojos parecían 

cubrirse de hielo. 

“Tienen razón, Besos de Chocolate no es un lugar para cualquiera, y las obras de Ayana no son para que cualquiera las luzca. Gisela y Lidia serán incluidas en la lista negra de Besos de Chocolate, y nunca podrán volver a entrar.” 

“¿Qué dijo? ¿Que nos pondrán en la lista negra de Besos de Chocolate para siempre?” Lidia se rio y dijo: “Este debe ser el chiste más divertido del año.” 

Gisela tiró del brazo de Lidia diciéndole: “Quizás no sea una broma, sino una nueva habilidad que Ainhoa aprendió en la cárcel: presumir… ja, ja…” 

Riendo a carcajadas, Gisela continuó hablando. 

Antes, Ainhoa nunca había presumido así, pero tenía que respaldar a su verdadera amiga, y Nuria levantó la barbilla diciéndoles: “Si tienen miedo, apúrense y pídan perdón.” 

Capitulo 27 

“Estamos tan asustadas.” Lidia se burló: “¿Cuándo piensas echarnos o ponernos en la lista negra?” 

“Muy pronto, ya he llamado.” Ainhoa mostró su teléfono. 

“Realmente se está volviendo una actriz.” Gisela puso los ojos en blanco, mirando al Sr. Castro: “¿Qué esperas? ¿Realmente quieres que compartamos espacio con esta persona rara? Si es así, nos iremos.” 

El Sr. Castro se puso nervioso y miró a Ainhoa con desdén: “Señorita, ¿hasta cuándo piensa quedarse aquí? No querrá que la eche personalmente, ¿verdad?” 

“¿A quién quiere echar?” 

En ese momento, una voz autoritaria resonó, seguida de pasos rápidos acercándose. El que entró era un hombre de mediana edad, vestido con traje y corbata, emanando autoridad, acompañado por asistentes y guardias de seguridad, con una presencia impresionante. 

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