Capítulo 24
Ainhoa mantuvo una expresión serena, como si no hubiera captado el tono sarcástico de la asistente, y dijo con calma: “Si la Srta. Raquel no tiene más asuntos, me gustaría volver a mi puesto de trabajo.”
Ainhoa se dispuso a marcharse después de hablar.
“¡Detente!” Raquel se acercó a Ainhoa con una actitud desafiante: “Ainhoa, no creas que por ser la nueva esposa que le trae suerte a Marcelo, puedes hacer lo que quieras en el departamento
de diseño.”
“Ajá.”
“¿Qué clase de actitud es esa? ¿Estás tratando de faltarle el respeto a tu superior?” Raquel, al recordar que Ainhoa no solo se había convertido en la Sra. Lomeli, algo que ella anhelaba, sino que también había coqueteado con Marcelo en público, ya no pudo contener su ira interior y levantó la mano para abofetear a Ainhoa.
Ainhoa detuvo la mano de Raquel, su mirada se volvió fría y una presencia imponente la envolvió como si fuera una montaña aplastándola.
Raquel retrocedió instintivamente hasta que su espalda chocó contra el escritorio y se detuvo, el dolor ardiente le recordó que debía temerle a Ainhoa.
El enojo brotó de nuevo en Raquel, quien miró furiosa a Ainhoa y le gritó: “¡Cómo puedes tener el descaro de desafiarme! ¡Parece que quieres ser despedida!”
“¿Desafiarte?” Ainhoa sonrió y preguntó de repente: “¿Qué dijiste que soy?”
“Ainhoa, una criminal que estuvo en prisión.” Respondió Raquel automáticamente.
Ainhoa movió un dedo en señal de negación: “Te equivocas, dijiste que soy la esposa que le
trae suerte a Marcelo.”
“¿Y qué si lo eres? ¿Estás orgullosa?”
“Un poco, al menos tú deberías llamarme Sra. Lomeli o la esposa del presidente.”
“¡Nunca!” Raquel apretó los dientes, pensando que jamás llamaría a esa mujer esposa del presidente.
“Lo desees o no, no puedes cambiar nada. Mi pase de trabajo.” Ainhoa miró a la Sra. Milagros.
El corazón de la Sra. Milagros dio un vuelco, y antes de darse cuenta, ya había entregado el pase de trabajo.
“Gracias.” Ainhoa tomó el pase y se fue.
Raquel estaba furiosa, y desahogó su ira con la Sra. Milagros: “¿Qué haces? ¿Quién te permitió darle el pase? ¿Acaso también me faltas al respeto?”
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Capitulo 24
La Sra. Milagros, incómoda, explicó que cuando Ainhoa la miró, se asustó y no supo cómo entregó el pase, así que dijo: “Gerente, ¿de qué habla? Solo pensé que, siendo la Sra. Lomeli, si nos enfrentamos directamente, sería peor para nosotras; además, podría dejarle a la Sra. Lomeli una mala impresión sobre ti.”
Raquel, al escuchar la última parte de su asistente, se calmó un poco y recuperó la razón: “Tienes razón. Sin embargo, si la reputación de Ainhoa se arruina, ni sus buenas vibras podrán protegerla.”
Dicho esto, una mirada maliciosa brilló en sus ojos.
En el departamento de diseño.
Ainhoa acababa de sentarse en su escritorio cuando escuchó un golpe fuerte. Un montón de documentos fueron arrojados sobre su mesa, y al no estar bien colocados, terminaron esparcidos por el suelo.
Palmira, con arrogancia, dijo: “Organiza estos documentos lo antes posible. Mañana deben estar en mi escritorio; si no cumples, estarás acabada.”
Ainhoa echó un vistazo a los documentos, que parecían ser archivos de hacía años del departamento de diseño. Con tantos papeles, cualquiera con un poco de sentido sabría que era imposible organizarlos en una sola noche.
Recordando que la Sra. Milagros había estado allí antes, Ainhoa no podía ignorar la situación y dijo: “Espera un momento.”
“¿Qué pasa ahora?” Palmira se detuvo molesta: “¿Vas a decirme que eres buena seduciendo hombres, pero incapaz de organizar estos documentos?”
“Recoge los papeles.”