Switch Mode

Cuando el amor murió 8

Cuando el amor murió 8

Capítulo

Después de discutir exhaustivamente sobre el divorcio, Aitana y Renata abandonaron el bar aproximadamente a las diez de la noche. Al atravesar el umbral, Aitana se detuvo 

abruptamente, su respiración convertida en un susurro apenas perceptible mientras su mirada se clavaba en la acera opuesta

-¿Qué pasa? -preguntó Renata, emergiendo tras ella con expresión confundida

-Es el carro de Rodrigo

Aitana señaló discretamente hacia un lujoso automóvil negro estacionado al otro lado de la calle, distinguible por su matrícula personalizada que ostentaba el número 99999, imposible de confundir con cualquier otro vehículo en la ciudad

Mientras ambas contemplaban perplejas la inesperada presencia del vehículo, la puerta trasera se abrió con suavidad y una mujer de belleza innegable emergió del interior. Su cabello castaño caía en rizos naturales enmarcando un rostro de facciones delicadas, ahora anormalmente pálido excepto por un intenso rubor que manchaba sus mejillas. Vestía una chaqueta acolchada rosa, corta y elegante, pero visiblemente desacomodada, con el cierre abierto revelando parcialmente su blusa interior. Sus pasos vacilantes delataban cierta inestabilidad mientras se alejaba del vehículo

Las dos reconocieron al instante a la mujer: Guadalupe, el amor de infancia de Rodrigo, apareciendo precisamente en ese momento como una cruel manifestación del destino

Guadalupe, sintiendo el peso de miradas ajenas, alzó la vista instintivamente. Al reconocer a Aitana, se cubrió la boca con evidente nerviosismo, intentando ocultar su labial corrido que delataba actividades recientes

Segundos después, Rodrigo descendió también del vehículo

Aitana, observadora meticulosa por naturaleza, registró cada detalle revelador: Rodrigo lucía un traje perfectamente entallado con los botones superiores desabrochados; bajo éste, su camisa blanca también estaba parcialmente abierta, manchada con inequívocas marcas de carmín cerca del cuello. Sus labios mostraban un tinte rojizo, como residuos de maquillaje transferido, mientras sus ojos alargados y felinos brillaban con indisimulable satisfacción

Aunque el amor había desaparecido de su matrimonio hace tiempo, Aitana y Rodrigo habían compartido intimidad durante años. La escena frente a ella confirmaba sin lugar a dudas lo que acababa de ocurrir en aquel vehículo, dejando al descubierto una traición que, aunque sospechada, resultaba devastadora al materializarse frente a sus ojos

¿Cuánto tiempo lleva esta aventura? ¿Desde cuándo han estado burlándose de juntos?” 

Inmóvil junto a la puerta del establecimiento, Aitana observaba cómo Rodrigo, completamente ajeno a su presencia, asistía a Guadalupe con familiaridad excesiva, inclinándose para susurrarle algo al oído con sus rostros casi tocándose en una intimidad dolorosamente evidente

1/2 

Capítulo

-¡No puedo creerlo! ¡Estos sinvergüenzas exhibiéndose así en plena calle! -estalló Renata, consumida por la indignación. Presenciar la traición en directo despertó en ella una rabia visceral, impulsándola a confrontarlos sin medir consecuencias

Aitana la sujetó por el brazo con firmeza, manteniendo una compostura exterior que contrastaba con su tormento interno

-Tranquila, no armes un escándalo. Ya tomé fotos

Comprendía perfectamente que Renata, como abogada reconocida, no podía permitirse un altercado público. Además, las pruebas fotográficas serían invaluables para lo que vendría después

Renata la miró desconcertada, su expresión transformándose rápidamente en asombro

-¿Tienes cabeza para pensar en pruebas justo ahora? · 

Quería continuar, pero percibió el sutil temblor en la mano de Aitana que aún la sujetaba. Instantáneamente, su indignación se mezcló con compasión por su amiga

Mientras tanto, Rodrigo, todavía atendiendo a Guadalupe, captó algo que ella le murmuró al oído. Se giró hacia donde estaban las dos mujeres, su expresión transformándose en una mueca de disgusto y contrariedad

Rodrigo no esperaba encontrar a Aitana allí. Según recordaba, ella debería estar fuera de la ciudad por negocios. Su regreso anticipado resultaba desconcertante, aunque no era eso lo que realmente le preocupaba

Lo que verdaderamente le enfureció fue verla tomando fotografías. Aquello cruzaba todos los límites tolerables para él

Inaceptable

Convencido de que Aitana lo había seguido deliberadamente para espiarlo, su rostro se endureció reflejando desprecio absoluto. Con un gesto autoritario, golpeó ligeramente la ventanilla semiabierta del conductor y ordenó con voz gélida

-Ve a encargarte de eso

Ni siquiera consideró necesario intervenir personalmente

-Sí, señor

El conductor, un joven de facciones severas y determinación evidente, asintió obedientemente y descendió del vehículo, dirigiéndose con paso decidido hacia donde se encontraba Aitana

15.525 

Cuando el amor murió

Cuando el amor murió

Score 9.9
Status: Ongoing Type: Native Language: Spanish

Cuando el amor murió

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset