Capítulo 68 Félix es muy infeliz
Sin el pequeño alborotador alrededor, Cecilia y Viviana aprovecharon la rara oportunidad para pasear juntas por las calles. Debido a lo sucedido con Ernesto, Viviana planeaba quedarse en Tudela durante un tiempo, lo que también le permitiría ayudar a Cecilia a cuidar de Jonás.
-De verdad, estoy muy agradecida -expresó Cecilia con sinceridad.
-No hay necesidad de tanta formalidad entre nosotras -respondió Viviana con una sonrisa.
Mientras tanto, en el preescolar, Jonás hacía su aparición en el aula. Su rostro angelical, aparentemente ajeno a los problemas del mundo, atrajo al instante la atención de todas las niñas. La maestra lo presentó como alguien que acababa de regresar del extranjero, instando a todos a cuidarlo bien.
Dante, el sobrino de Vivian, había recibido una llamada de su tía la noche anterior, informándole sobre el nuevo alumno trasladado e insistiendo en que debía hacerse buen amigo del chico. Al principio, había supuesto que la otra persona sería igual que él, un joven robusto. Sin embargo, para su sorpresa, el nuevo alumno era increíblemente atractivo, incluso más que la mayoría de las chicas, y adorable de un modo que hacía que uno quisiera protegerlo.
Dante le saludó con la mano y Jonás, siempre adaptable, tomó asiento a su lado.
-Eres Jonás Sosa, ¿verdad? Mi tía Viviana me pidió que cuidara de ti -dijo Dante, dándole una palmada firme en el pecho-. No te preocupes. A partir de ahora, tus preocupaciones son las mías.
-Entonces agradezco tu ayuda -respondió Jonás con una voz increíblemente cautivadora.
Dante no pudo evitar pensar: «Ojalá fuera una chica».
Ajeno a los pensamientos de Dante, Jonás echó un vistazo al aula. Su mirada se posó en un asiento solitario escondido en un rincón, donde un chico con un traje muy caro bostezaba, con su joven rostro marcado por la arrogancia.
-Es Félix, un descendiente de la familia Rotela -explicó Dante-. No debes ofenderle en absoluto. Si lo ofendes, no podré protegerte.
Jonás no pudo evitar reírse mentalmente. «El sobrino de la Sra. Cazal es realmente igual a ella»>, pensó.
-No te preocupes -le aseguró a Dante con una mirada tranquilizadora.
Las actividades del preescolar consistían principalmente en dibujar, hacer manualidades con papel, jugar y, de vez en cuando, aprender idiomas. Jonás, ya versado en todo esto, fingía ser
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Capitulo 68 Félix es muy infeliz
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un niño corriente para no destacar demasiado. Aun así, al final de la mañana, todas las chicas de la clase lo habían rodeado por completo, compitiendo por hablar con él y compartir sus tentempiés.
Dante, al verse apartado, sintió una profunda derrota. Sin embargo, había alguien más que estaba experimentando una conmoción emocional aún mayor: Félix, quien una vez fue el rey reinante de la escuela.
Félix era muy infeliz. «No es más que un recién llegado, ¿y aún así se atreve a presumir delante de mi? Entonces no puede culparme por lo que voy a hacer», pensó mientras observaba atentamente a Jonás.
Cuando Jonás decidió ir al baño, Félix lo siguió sigilosamente. En el baño de chicos, cerró rápidamente la puerta y colocó fuera el cartel de «En mantenimiento». Entrando con confianza, había supuesto que Jonás estaría haciendo sus necesidades, lo que le brindaría la oportunidad perfecta para acercarse por detrás y pillarle desprevenido. Sin embargo, no se dio cuenta de que Jonás había sabido todo el tiempo que le seguían.
