Capítulo 58 Ella es capaz
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Jonás no quería que Cecilia se desviviera siempre por él. Aunque Calvin no era una mala persona, su entorno estaba plagado de peligros. Esperaba que Cecilia se quedara con alguien que pudiera ofrecerle seguridad.
Viviana, sin percatarse de los pensamientos de Jonás, comentó:
-Aunque mi padre quería que tuviera una alianza matrimonial, los chicos de plata que me presentó eran todos bastante guapos.
Cecilia se quedó completamente muda ante eso.
-De acuerdo, pero se volvió hacia Jonás-, solo estoy sustituyendo a la señora Cazal en esta cita a ciegas, no para encontrarte un padre.
A Jonás no le importó en absoluto, limitándose a responder:
-Entendido.
Pensaba en los dramas románticos que había visto en televisión, donde el amor solía llegar de forma inesperada. Eran este tipo de coincidencias las que más a menudo despertaban el amor. Al fin y al cabo, Elías y él aún eran demasiado jóvenes, todavía no podían proteger a Cecilia. Si podía encontrar a un hombre que cuidara de su madre durante su estancia aquí, sería el mejor resultado posible.
Cecilia no tenía ni idea de las intenciones ocultas de Jonás. Después de acostarlo por la noche, Cecilia y Viviana se sentaron juntas a charlar.
-¿Planeas ver a Ernesto mañana? -preguntó Cecilia.
Viviana no lo negó.
-Sí, he oído que mañana piensa regresar a su ciudad natal–miró a Cecilia y le dijo: Cecilia, gracias por ayudarme con la cita a ciegas. Si no lo veo esta vez por otro asunto, me habría arrepentido el resto de mi vida.
Cecilia alargó la mano y la abrazó.
-No hay necesidad de agradecimientos entre nosotras.
Viviana se emocionó.
-¿Cómo están ahora las cosas entre Natanael y tú?
-Siguen igual…
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Capítulo 58 Ella es capaz
Tras oír esto, Viviana se aferró con fuerza a Cecilia.
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-Ceci, de repente me he dado cuenta de la verdad de un dicho: amar a alguien es estar en deuda con él.
Cecilia le acarició suavemente el hombro.
-Ernesto y tú se quieren, seguro que reavivan su vieja llama.
Tras ofrecer palabras de consuelo a Viviana, Cecilia se dirigió a la habitación de invitados para descansar. Sin embargo, no podía conciliar el sueño. Para ser sincera, sentía envidia de Viviana, que había tenido la suerte de vivir un amor mutuamente compartido. Al reflexionar, se dio cuenta de que, en más de veinte años, nunca había tenido una relación de verdad.
Cecilia aún recordaba que Natanael le había prometido llevarla a algún sitio al día siguiente. Le envió un mensaje de texto:
-Señor Rotela, tengo algo que atender mañana por la mañana, así que solo podremos vernos por la tarde.
Tras enviar el mensaje, silenció el teléfono y lo dejó a un lado. Ignoraba que, a esas horas, Natanael aún no había dormido. Estaba sentado en el sofá del amplio salón, ensimismado mientras miraba el mensaje de texto. Natanael no respondió, tirando el teléfono a un lado, sintiéndose frustrado.
Mientras tanto, en la mansión Rotela, la noticia de que Cecilia no había muerto también llegó a oídos de René y Elena.
Esta última no podía creerlo.
-En aquel entonces, Natanael incluso trajo sus cenizas. ¿Cómo no iba a estar muerta?
Las cejas de René se arquearon bruscamente.
-¿Es así como deseas la muerte de tu nuera?
Elena respondió fríamente:
-Ya no es mi nuera.
René dejó escapar un profundo suspiro.
-¿Por qué aceptaste que Natanael se casara con ella si ambos no la tenían en alta estima?
Elena se quedó sin palabras y su marido se puso de pie.
-En realidad creo que Cecilia es muy capaz. No la molestemos más si realmente están
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Capítulo 58 Ella es capaz
divorciados.
Elena dijo con altanería:
-¡Mientras no provoque a Natanael, no la molestaré!
– เจ
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Lo que más le preocupaba a Elena era Natanael, ya que seguía sin tener hijos. «iTodo es culpa de Cecilia!», pensaba. La idea de que otras generaciones más jóvenes de la familia Rotela ya tuvieran sus propios hijos la llenaba de especial preocupación.
El padre de Natanael era una figura insignificante en la familia Rotela. Le gustaba hacer el tonto y no tenia ninguna habilidad para dirigir la empresa. De no haber sido por Natanael, su familia no habria alcanzado el prestigio del que gozaban ahora. Sin embargo, si Natanael continuaba sin heredero, su puesto sería sin duda usurpado por esas estrellas en ascenso. Cada vez que pensaba en estas cosas, Elena se encontraba incapaz de dormir por las noches.
A lo largo de estos cuatro años, aparte de Estela, había intentado conseguir otras mujeres para que estuvieran al lado de Natanael. Por desgracia, ninguna parecía captar su interés.
Elena salió e hizo una llamada a Estela a espaldas de René.
-No me importa qué métodos utilices, mientras puedas darle un hijo a Natanael, te aseguro que te convertirás en la señora de la familia Rotela.