Capítulo 55 La memoria sigue intacta
Debido a la repentina llegada de Estela, el ambiente íntimo que había antes se desvaneció. Natanael se acercó de nuevo a Cecilia, quien involuntariamente dio un paso atrás. Esto le dolió a Natanael; en el pasado, siempre era Cecilia quien tomaba la iniciativa de acercarse a él, pero ahora las cosas habían cambiado.
-Señor Rotela, ¿qué asunto de negocios quería tratar conmigo? -preguntó Cecilia, consciente de que debía proceder con cautela ante el imprevisible hombre, especialmente después del fracaso de su último encuentro.
Natanael la miró, con la desagradable sensación de que ella le ocultaba algo.
–Te gustan las obras de caridad, ¿verdad? Ven mañana, te llevaré a un sitio especial.
Cecilia aceptó, sin motivos para negarse, y se dispuso a marcharse. Al abrir la puerta, vio a Estela esperando fuera, quien inmediatamente se interpuso en su camino con ojos rebosantes de preocupación.
-Ceci, realmente sigues viva, es maravilloso. ¿Podemos hablar? -dijo Estela.
Con una ligera carcajada, Cecilia respondió:
-Señorita, ¿quién es usted?
Estela se quedó sorprendida.
-¿No me reconoces?
-¿Somos íntimas? En realidad, no quiero hablar con usted–replicó Cecilia sin molestarse en dar explicaciones. Dicho esto, entró en el ascensor, dejando a Estela clavada en el sitio con una expresión inescrutable.
Estela se dirigió entonces al despacho de Natanael, quien la miró al entrar.
-¿Qué ocurre? -preguntó él.
-He venido a aclarar asuntos sobre la noticia de hoy. No tenía ni idea de que me habían fotografiado en secreto, y mucho menos de que el periodista lo había publicado en internet… -explicó Estela.
Natanael ya había sido informado de la noticia que circulaba en internet, la cual sugería que había llevado a Estela a casa para presentarla a sus padres con intención de casarse. No había delegado el asunto en el equipo de relaciones públicas, principalmente porque quería ver si Cecilia reaccionaba de algún modo. Sin embargo, a juzgar por su comportamiento anterior, estaba claro que no le importaba.
1/3
4:19 pm
Capítulo 55 La memoria sigue intacta
Tras una profunda contemplación, Natanael se volvió hacia Estela y le dijo:
-Entendido.
Sin poder contenerse, Estela preguntó:
-Natanael, ¿no había fallecido Cecilia? ¿Por qué está…?
Al oírla mencionar a Cecilia, Natanael dejó su trabajo a un lado y la miró.
+5 Perlas
-¿Quién te ha dicho que ha fallecido? -preguntó con tono frío y distante-. Si no hay nada más, puedes marcharte.
Incluso después de salir del despacho, Estela no podía asimilar la situación. ¿Cómo podía volver a la vida alguien que estaba claramente muerto? De repente, el miedo se apoderó de ella, temerosa de que Cecilia pudiera destruir todo lo que tenía.
Mientras tanto, Cecilia fue asignada a una oficina tras abandonar el despacho del director general. Apenas había bajado las escaleras cuando alguien la llamó.
Veinte minutos más tarde, en una tranquila sala privada, Estela y Cecilia estaban sentadas frente a frente.
-¿He oído que has perdido la memoria? -dijo Estela con una sonrisa burlona-. No te habrás olvidado de tu familia, ¿verdad?
Tras dar un sorbo a su café, Cecilia le preguntó:
-¿Qué intentas decir exactamente?
Estela frunció los labios, con la mirada algo penetrante.
-Cecilia, sé que te molesta que te haya quitado a Natanael, pero ¿es realmente necesario recurrir a esos métodos para acercarte a él? ¿No has estado al tanto de las noticias? Natanael y yo estamos a punto de casarnos. ¿Acaso tu educación te enseñó a robar hombres ajenos?
Cecilia soltó una risita.
-¿Por qué te ríes? -preguntó Estela, desconcertada.
-Debo decir que la señora Rojas sí que está bien educada -comentó Cecilia en un tono tranquilo y pausado-. ¿Está casada con el señor Rotela? Que yo sepa, no, ¿verdad? Si no está casada, ¿cómo se me puede acusar de robarle a su hombre? Además, ¿qué pruebas tiene para afirmar que le robo a su hombre?
El rostro de Estela se agrió de inmediato. Antes, siempre había sido ella quien intimidaba a Cecilia. ¿Desde cuándo habían cambiado las tornas?
2/3
4:19 pm nn.
Capítulo 55 La memoria sigue intacta
Estela consiguió reprimir su ira.
-Así que parece que no has perdido la memoria -concluyó.