Capítulo 50 Vivir con Viviana
La cara de Jonás se puso aún más roja, parecida a un tomate. Tosió ligeramente dos veces y bajó la voz.
-Mamá, ya no soy un niño, y la señora Cazal sigue aquí.
Sus palabras habían vuelto a animar el tenso ambiente provocado antes por Natanael. Era la primera vez que Viviana veía sonrojarse al astuto niño, así que se burló de él juguetonamente.
-Veo que alguien ha recibido un castigo antes.
-¡Yo nunca! -respondió Jonás rápidamente.
Esta versión de Jonás era más parecida a la de un niño típico. Cecilia observó cómo su hijo se apresuraba a explicarse, y su enfado inicial se disipó por completo. Jonás y Elías eran sus preciosos regalos concedidos por el cielo, simplemente no podía enfadarse con ellos.
Además, había reflexionado durante el trayecto. «Puedo seguir evitando a Natanael, pero ¿y mis hijos?», pensó. «¿También tienen que esconderse para siempre? Son inocentes, ¿por qué no pueden ir adonde quieran? ¿Por qué no pueden volver a su propia casa?». La situación inesperada que surgió aquel día consolidó aún más su decisión sobre qué opción tomar.
Durante la comida, Viviana sugirió que alguien acompañara a Jonás a casa, pero Cecilia se negó.
-Viviana, lo he pensado bien. Esconderse constantemente no es exactamente la mejor solución a nuestros problemas. He decidido dejar que se quede. Natanael ya ha visto a Jonás y parece haber aceptado que es tu hijo. Así que, en realidad, no hay nada de qué preocuparse. Hablaré con Marta en breve y le pediré que cuide de Elías. Jonás se quedará conmigo en Tudela. Cuando avancemos, volveremos.
Viviana también estuvo de acuerdo con su sugerencia.
-Aunque Marta tiene una cuidadora en su casa, sigue siendo demasiado para ella, una mujer mayor, cuidar sola de dos niños. Que Jonás se quede también te hará compañía. No te preocupes aunque Natanael se entere, nos tienes a Calvin y a mí a tu lado.
Jonás también intervino:
-A mí también me tienes, mamá. Prometo protegerte a ti y a Elías.
Cecilia y Viviana compartieron una sonrisa cómplice.
-De acuerdo -dijo Cecilia.
1/2
4:18 pm✡nn.
Capítulo 50 Vivir con Viviana
Cuando terminaron de comer, Viviana dijo:
+5 Perlas
-Me llevaré a Jonás conmigo cuando me vaya. Se quedará conmigo en mi casa antes de que te quedes embarazada. No dudes en venir a mi casa cuando quieras verle.
Esa era su única opción en ese momento. Cecilia advirtió a Jonás:
-Debes escuchar atentamente a la señora Cazal y no te escapes por tu cuenta, ¿entendido?
Con la seguridad de que no lo enviarían de vuelta, Jonás asintió. Aunque no podía vivir con su madre, estar en la misma ciudad le daba tranquilidad.
En la mansión privada de Viviana, Jonás abrió su maleta, que no sólo estaba llena de su ropa y artículos de aseo, sino que también contenía objetos como su ordenador portátil. Viviana sintió cierta curiosidad. «¿Cómo había conseguido este pequeño meter una maleta tan grande en el avión?», se preguntó.
-Jonás, esta maleta debe de pesar entre 10 y 15 kilos, ¿cómo te las has arreglado para subirla al avión? Incluso te has traído un portátil. ¿Ya has empezado a jugar?
-Es un secreto -respondió Jonás. Tras decir eso, eligió su propia ropa y se dirigió al cuarto de baño para darse una ducha.
A Viviana le hizo gracia que Jonás fingiera ser distante y tímido. Le persiguió y le preguntó:
-Oye, chico astuto, ¿quieres que te ayude a lavarte?
Jonás se quedó mudo ante su ofrecimiento. Su único error había sido elegir vivir con Viviana. Cuando llegó al cuarto de baño, se subió rápidamente a un pequeño taburete y cerró la puerta con llave, temeroso de que ella entrara de repente.
Viviana se rió.
-Oh, mírate, poniéndote tímido. Créeme, he visto todo tipo de hombres, no eres nada especial para mí.