Capítulo 38 No miento
Un nudo se formó en la garganta de Natanael cuando un destello inusual brilló en sus profundos ojos. No dijo nada, pero Mason comprendió y se marchó.
En el departamento de negocios del Grupo Rotela corría el rumor de que un importante magnate planeaba visitarlos. Se decía que este magnate iba a ofrecer una cantidad sustancial de fondos para ayudar a la organización benéfica Esperanza del Grupo Rotela, esencialmente proporcionando caridad de forma gratuita. Los empleados no pudieron evitar discutir el
asunto.
-¿Qué pez gordo está aqui para hacer el tonto? -preguntó uno.
-¿Quién sabe? Tal vez hizo tanto dinero que se quedó sin lugares donde gastarlo – respondió otro.
-He oído que vino del extranjero… —añadió un tercero.
En ese momento, Cecilia, sentada en el coche, ya había llegado a la sede del Grupo Rotela. Mirando los altísimos edificios, que se habían desarrollado más amplia y rápidamente que cuatro años atrás, todo se debía a las firmes y decisivas medidas de Natanael, así como a los arraigados cimientos de la familia Rotela.
En los últimos cuatro años, no se había descuidado. Con la ayuda de Calvin, había creado su propia empresa y ganado algo de dinero. Antes de regresar a Tudela, había hecho numerosos preparativos. Al enterarse de que el Grupo Rotela tenia previsto invertir en proyectos benéficos a escala nacional, decidió colaborar bajo la apariencia de esta iniciativa. Así tendría una excusa para acercarse a Natanael.
En cuanto a su aparición en la subasta benéfica de ayer, también fue para llamar su atención. Después de todo, no podría conocer a Natanael en persona si se tratara de una mera colaboración en inversiones. Por lo tanto, deseaba despertar el interés de Natanael, con la esperanza de que tomara la iniciativa de verla.
Cecilia empujó la puerta del coche y salió de él. El director del proyecto había estado esperando en la entrada desde temprano. Al ver la llegada de una mujer, elegantemente vestida y atractiva, se quedó algo perplejo.
-¿Es usted la Sra. Sosa? -preguntó con cierta incredulidad.
Cecilia respondió con indiferencia:
-Sí. ¿Hay algún problema?
Mientras el director del proyecto se quedaba perplejo, Cecilia mostró el registro de su correspondencia anterior. Rápidamente negó con la cabeza.
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Capítulo 38 No miento
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-En absoluto. Realmente es usted una mujer hermosa con un corazón bondadoso -dijo, pensando para sí: «O más bien bastante tonta».
Acto seguido, llevó a Cecilia a la sala de recepción antes de salir para invitar a Natanael. No tardó en oírse el eco de unos pasos, seguidos poco después por el ruido de una puerta que se
cerraba.
Cecilia levantó la mirada y se encontró con la frialdad escalofriante de los ojos de Natanael. Sus miradas se encontraron, y lo único que se podía ver en la profunda mirada de Natanael era curiosidad.
Sin embargo, fingiendo sorpresa, Cecilia exclamó:
-¿Eres tú?
Natanael no estaba en absoluto convencido de que ella hubiera perdido la memoria. Al verla continuar con este acto, se adelantó.
-Qué casualidad —dijo, acentuando deliberadamente las palabras.
Cecilia siguió fingiendo ignorancia.
-¿Es usted el responsable de este proyecto?
-Para ser precisos, soy el responsable del Grupo Rotela, Natanael -respondió él, mirándola fijamente. Hoy se había puesto un traje, lo que le daba un aspecto increíblemente profesional.
—Así que usted es el Sr. Rotela. Un placer conocerle -dijo Cecilia, manteniendo la compostura, sin mostrar ningún cambio en su comportamiento-. Mi inversión esta vez…
Antes de que pudiera terminar la frase, Natanael la interrumpió bruscamente.
-Hoy no vamos a hablar de trabajo. Hablemos de tu pérdida de memoria.
Natanael la miró con calma y paciencia, esperando a que siguiera mintiendo. El ambiente de la habitación se había vuelto extraño. Frente a la mujer que una vez lo había perseguido y adorado durante más de una década, Natanael no podía articular las emociones que se agitaban en su interior en ese momento.
-Además de olvidarme, ¿a quién más recuerdas? ¿A Calvin? —preguntó con un tono que mezclaba curiosidad y escepticismo.
Si esto hubiera sido en el pasado, escuchar tales cosas sin duda habría dejado un sabor amargo en la boca de Cecilia. Pero ahora, sabía que para ella, lo más importante era su pequeño y enfermizo hijo.
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Capítulo 38 No miento
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-No estoy segura de lo que quiere decir con sus palabras, pero le aseguro que no mentía respondió Cecilia con serenidad. En el pasado sufrí una grave depresión. Las personas que sufren depresión suelen experimentar una casi paralización de la actividad de las células cerebrales, lo que provoca un declive de diversas funciones cerebrales. Esto no sólo provoca lentitud en las respuestas, sino también una disminución de la retención de la memoria, lo que lleva a pérdidas de memoria intermitentes. El médico mencionó que mi incapacidad para recordar ciertas personas y acontecimientos podría ser un mecanismo de protección de mi cerebro. Podría tener miedo de que recordar a ciertas personas o incidentes me causara angustia.
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Liberación de un amor cruel
