Capítulo 17 ¿Cómo te atreves a golpear a mi hijo?
-De acuerdo -dijo Marni, caminando hacia Calvin, dispuesto a luchar
por
Cecilia.
Sin embargo, justo cuando extendió la mano, una fuerte fuerza lo golpeó. Recibió una potente patada de Calvin.
¡Bang! Marni salió despedido varios metros, aterrizando pesadamente en el suelo, agarrándose el pecho por el dolor, incapaz de hablar. Al ver esto, Paula se apresuró a ayudarlo a levantarse. Miró a Calvin con ojos llenos de ira.
-¿Cómo te atreves a golpear a mi hijo?
Calvin estrechó a Cecilia contra sí, sus ojos destellando con una frialdad glacial. El de lluvia goteaba lentamente de su cabello empapado. Se aproximó a la madre y al hijo como si se hubiera metamorfoseado en un ser completamente distinto. Cual demonio emergido del infierno, pronunció cada palabra con precisa claridad:
agua
-¿Acaso ansían la muerte?
Paula y Marni, sobrecogidos ante la figura imponente que tenían frente a ellos, enmudecieron, incapaces de articular respuesta alguna.
Mientras se alejaba con Cecilia en brazos, Calvin no omitió recordarle a Paula:
-El testamento de Ceci menciona una grabación. En ella, usted aceptaba romper todo vínculo con su hija. No lo ha olvidado, ¿verdad?
Cecilia rehusaba ser su hija incluso en la muerte. Era consciente de que la grabación carecía de poder legal y no disolvería oficialmente su relación materno–filial. Sin embargo, conocía la verdadera naturaleza de Paula. Su reputación le importaba más que nada. Si la grabación se hiciera pública, cargaría eternamente con el estigma de ser señalada como la mujer que empujó a su propia hija hacia la muerte.
Bajo la amenaza de Calvin, Paula se retiró humillada, llevando consigo a su hijo Marni, quien estaba malherido. Abordó el vehículo y, a través del retrovisor, observó a Calvin sosteniendo el cuerpo aparentemente inerte de su hija. Tenía la mano apoyada en el costado con tanta fuerza que sus uñas se clavaron profundamente en la palma, dejando marcas sangrientas.
«No me culpes por ser despiadada. Cúlpate a ti misma por ser inútil y no aferrarte al corazón de Natanael. Tú te lo buscaste», pensó Paula. Por un breve instante, sintió una punzada de dolor en el corazón, pero rápidamente se desvaneció en fría indiferencia. Preocuparse por la muerte de Cecilia no era tan importante como informar de la situación a Randy.
Mientras tanto, Calvin se apresuró a llevar a Cecilia al hospital más cercano. Mientras Cecilia entraba en la sala de operaciones, los caracteres rojos que decían «en cirugía» hicieron que el corazón de Calvin se apretara de miedo, incapaz de relajarse ni un segundo.
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เจ
Capitulo 17 ¿Cómo te atreves a golpear a mi hijo?
Lectura terminada
Una hora después de la operación, el médico se puso en contacto urgentemente con la familia.
-El estado de la paciente es crítico. ¿Dónde está su familia?
A Calvin se le encogió el corazón.
-¿Qué… qué está pasando?
-¿Es usted familiar de la paciente? ¿Podría firmar el formulario de consentimiento de estado crítico? Existe la posibilidad de que no podamos salvar a la paciente… -le dijo el médico.
A Calvin se le hizo un nudo en la garganta y su habitual actitud tranquila y amable desapareció por completo. Agarró al médico por el cuello y lo levantó.
-En mi mundo, el estado crítico no existe. Si no sale adelante, todo el hospital pagará las consecuencias.
Tiró al médico a un lado. Antes de que el médico pudiera responder, un grupo de conocidos expertos médicos de Tudela se apresuraron a entrar, con batas blancas de laboratorio. Al ver a Calvin, se inclinaron inmediatamente.
-Señor Rejala.
Calvin simplemente ordenó:
-Sálvenla.
-Entendido.
El médico, antes sobresaltado, comprendió por fin que el hospital se había topado con una figura verdaderamente poderosa. Mientras tanto, de vuelta en el Grupo Rotela, Natanael estaba distraído en el trabajo. Zacarías también recordó qué día era hoy y preguntó, desconcertado:
-¿No se suponía que hoy tenían que finalizar el divorcio?
Natanael hizo una pausa, sus cejas como espadas se fruncieron ligeramente.
-No voy a ir.
-¿Por qué no? -Zacarías insistió, sin dejar de lado el asunto.
Natanael se sintió un poco incómodo, pero su tono permaneció indiferente.
-Cecilia cambió de opinión. Me dijo esta mañana temprano que no iba a ir.
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Capítulo 17 ¿Cómo te atreves a golpear a mi hijo?
Lectura terminada
Zacarías se sentó despreocupadamente en el sofá cercano y extendió las manos con una sonrisa burlona.
-Sabía que esa sorda no sería tan fácil de tratar. Se ha hecho la dura todo este tiempo. Si esto se alarga mucho más, digo que pidas el divorcio… -siguió llamándola << sorda».
Liberación de un amor cruel