Capítulo 43
Belén entreabrió sus labios.
Ella sentía que la enfermera no creía realmente que no hubiera nada entre ella y Valentín.
Sólo estaba siguiendo su juego al decir eso.
Quería explicar, pero sintió que sería demasiado insistente. En sus ojos, probablemente parecía que estaba tratando de esconder algo, temía que ahora creyera menos en su explicación. Al final, Belén decidió no explicar y asintió diciendo: “Gracias por tu ayuda“.
La enfermera hizo un gesto con la mano, extremadamente entusiasta y proactiva: “¿Ayuda? ¡Para eso estoy aquí, para cuidarte, querida! Cualquier cosa que necesites, sólo dímelo. No tengo muchas habilidades, pero cuidar de las personas es realmente lo mío, te aseguro que vas a salir de aquí con unos kilos de más“.
Belén: “…“.
“Gracias, pero no es necesario…“, pensó.
Rosalía se enteró de que Belén estaba hospitalizada y la visitó justo después de clases.
“¿Cómo terminaste aquí? ¡Me asustaste! Hoy intenté contactarte todo el día, estaba dudando si debería pedir ayuda por ti, pero como el profesor no mencionó nada, supuse que habías pedido permiso, pensé que habías ido a casa“.
La habitación se volvió mucho más animada con la llegada de Rosalía. La enfermera, siendo una persona muy hospitalaria, preparó frutas y snacks para Rosalía, y le contó todo acerca de la condición de Belén.
Belén vio que la enfermera sabía más que ella, así que sólo sonrió sin decir nada.
“¿Pérdida excesiva de sangre? ¿Qué pasó exactamente?“.
Entonces la enfermera ya no pudo decir nada. Belén le pidió a la enfermera que saliera a tomar aire, ella entendió el mensaje y se fue de inmediato.
Entonces, Belén le contó a Rosalía lo que había pasado.
“¡Adán, ese desgraciado!“.
Rosalía golpeó su pierna con ira: “¿Cómo pudo hacerte eso? ¡Voy a buscarlo para ajustar
cuentas!“.
Belén rápidamente la detuvo: “No te preocupes, no vayas“.
“Le debía algo a Adán, y esto lo salda todo. Ahora realmente puedo decir que no tengo nada que ver con él“.
Rosalía miró a Belén con sospecha, viendo su seriedad, preguntó curiosa: “Siempre he querido preguntarte, Belén, ¿cómo terminaste enamorándote de Adán? Recuerdo que te mudaste a San
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Capitulo 43
Gregorio hace unos años, ¿lo conocías de antes?“.
Belén negó con la cabeza.
“Hace unos años, nuestros mayores fueron de viaje juntos, y fue entonces cuando conocí a Adán. Realmente no éramos cercanos en aquel momento, sólo estábamos juntos porque nuestros mayores se conocían. Luego, el lugar donde estábamos sufrió un terremoto. Yo estaba en mi habitación leyendo y quedé atrapada. Estaba muy asustada“.
“En ese momento, un niño estuvo todo el tiempo consolándome y estuvo conmigo hasta que llegó el rescate. Pero estaba tan asustada que me desmayé tan pronto como me rescataron, y no tuve la oportunidad de agradecerle“.
Rosalía levantó una ceja: “Entonces, ¿después te sentiste agradecida con ese niño, lo guardaste en tu corazón y te enamoraste de él?“.
Belén dijo: “No sé si era amor, pero definitivamente ocupó un lugar en mi corazón“.
Desde pequeña, Belén había vivido de acuerdo a las expectativas de sus padres, nunca había tenido libertad. Aunque quedó atrapada en los escombros del terremoto, se sintió libre por primera vez.
Y además… la voz de ese niño era muy agradable. Belén, después de vivir un terremoto tan traumático, tenía graves secuelas psicológicas, no podía dormir noches enteras. Luego descubrió que sólo tenía que recordar la voz de ese niño para poder dormir rápidamente.
Por eso, sentía que debía tener un sentimiento especial por ese niño.
“Pero no, siempre te refieres a esa persona como un niño, lo que significa que no sabes si esa persona era Adán o no, ¿verdad?“.
“¿Por qué seguiste a Adán hasta San Gregorio y lo perseguiste durante años?“.
Belén apretó los labios y dijo suavemente: “Después traté de buscar a las personas del rescate, y ellos me dieron un reloj, era de Adán“.
La expresión de Rosalía se complicó de repente.
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