Capítulo 26
Al final, todos terminarían sabiendo la verdad.
Esta vez, ella realmente había decidido no seguir a Adán.
La noticia de que Belén llegó sola a la escuela se esparció como el viento por todo el campus.
La época universitaria era el momento en que los jóvenes estaban llenos de energía, y con el inicio de clases, un grupo de personas se juntó y no paraban de hablar, desde lo que habían hecho en casa durante las vacaciones hasta los últimos chismes.
Muchas personas se agrupaban y no dejaban de charlar.
El rumor, al final, llegó a los oídos de Adán.
“¿Ella realmente fue sola?“.
Adán no lo podía creer; el lugar donde dejó a Belén no era precisamente fácil para conseguir un taxi, él había calculado que Belén definitivamente no encontraría a nadie que la ayudara y al final tendría que recurrir a él.
Así que, aunque se fue furioso, no se dirigió directamente a la escuela, en el fondo seguía preocupado por Belén.
Pensaba que si ella se disculpaba, él todavía podría volver a buscarla.
Pero nunca imaginó que Belén realmente se iría sola.
¡Eso era imposible, absolutamente imposible!
A menos que a Belén le hubiera crecido alas y pudiera volar.
“No fue sola, se fue en el auto de alguien más“.
Al escuchar eso, Adán se puso verde de ira. ¿Quién era el ciego que se atrevió a arruinar sus
planes?
“¿Quién?“.
“No sé“.
Adán, apretando los dientes, dijo furioso: “¡Investiga! ¡Quiero saber quién estaba con Belén!“.
¿Así que alguien se atrevió a meterse con lo suyo? Esa persona debía estar buscando problemas.
“Vaya, vaya, Adán, ¿estás celoso? Si no puedes soportar estar sin Belén, simplemente dilo, ¿para qué hacer teatro delante de nosotros?“.
Adán se sorprendió, una sombra de incomodidad cruzó su rostro y, con obstinación, respondió: “¿Qué estás diciendo? ¿Crees que estoy celoso? ¡Sólo me molesta que alguien se atreva a tomar lo que yo dejé!“.
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Capitulo 26
“Jajaja, claro, claro, lo que el Sr. Adán no quiere, nadie más puede tenerlo, ¿verdad?“.
Adán sintió que sus amigos se estaban burlando de él, y se irritó aún más. De repente, vio una figura familiar, detuvo el auto de inmediato, bajó la ventanilla y gritó hacia afuera: “Sube“.
Paola no esperaba encontrarse con Adán allí. Desde que se separaron aquel día, Adán casi no la había contactado, y los mensajes que ella le enviaba quedaban sin respuesta, como si cayeran en un abismo. Pensó que tal vez había enfadado a Adán al sugerirle que quería ir a su casa ese día y que él quería cortar la relación.
Por eso, durante las vacaciones estuvo preocupada y pensando en cómo recuperar su relación con Adán. Nunca imaginó que Adán se acercaría por su propia cuenta.
Paola le sonrió dulcemente a Adán y, después de abrocharse el cinturón de seguridad, se acercó a él y le dio un beso.
“Adán, ¡estoy muy feliz de que vinieras por mí!“.
Adán todavía estaba en la llamada, y sus amigos, al escuchar lo que dijo Paola, comenzaron a reír y a burlarse.
“Ah, así que te apresurabas para ir a buscar a Paola, ¿eh? Has sido muy reservado, no dijiste ni una palabra antes“.
Adán sintió que recuperaba el control, resopló con aire de superioridad y soltó un “Nos vemos en la escuela, voy a colgar“, antes de terminar la llamada.
Paola continuaba hablando sin parar sobre cómo lo había extrañado durante ese tiempo.
Adán frunció el ceño, pero no la interrumpió, sólo subió un poco más el volumen de la música del auto.
El lujoso deportivo llegó hasta el edificio de dormitorios femeninos, y Paola, orgullosa como un pavo real, bajó del auto. Adán también salió, y todos los presentes comenzaron a murmurar.
“¿Adán y Paola están juntos?“.