Capítulo 72
Gabriel bajó la mirada hacia la comida esparcida por el suelo, sus ojos deteniéndose en cada detalle del desastre. Cuando habló, su voz mantuvo una calma escalofriante.
-Parece que ustedes, la familia Flores, tienen un gran apetito -comentó con sutil ironía-. ¿Están intentando dejar a la familia Bouchard sin comida?
-¡No, no, por supuesto que no! -Marta agitó las manos frenéticamente mientras su rostro perdía todo color-. Yo, yo pensé que era Esther…
Gabriel dirigió su atención hacia Esther, observando con detenimiento la marca rojiza en su rostro, la huella de una mano claramente visible en su mejilla.
-¿Quién lo hizo? -preguntó, su voz cargada de autoridad apenas contenida.
-…Fui yo, fue un accidente… -La voz de Marta se fue apagando hasta convertirse en un susurro apenas audible.
-Devuélvelo -ordenó Gabriel sin levantar la mirada, haciendo un gesto sutil con la mano hacia
Esther.
Los espectadores contuvieron la respiración, sus ojos fijos en la escena que se desarrollaba
frente a ellos.
Esther no dudó. Con un movimiento preciso y toda su fuerza contenida, propinó una bofetada que casi desfigura el rostro de Marta.
-¡Marta! -El rostro de Anastasia perdió todo color instantáneamente.
Mónica observaba la escena, paralizada por la sorpresa.
Gabriel dirigió una mirada penetrante hacia Anastasia. -¿La señorita Miravalle no les ha explicado la relación entre Esther y yo?
Anastasia se mordió el labio, su orgullo herido. -Presidente Bouchard, mi amiga fue grosera, lo
siento.
-En la escuela, llámame profesor Bouchard -la corrigió con frialdad.
-…Sí, profesor Bouchard -respondió Anastasia, forzada a tragarse su descontento.
-Vamos a comer fuera -indicó Gabriel a Esther.
Mientras la pareja abandonaba la cafetería, decenas de miradas los seguían con curiosidad y
asombro.
Marta permaneció inmóvil, aún procesando lo sucedido. Mónica la observó con reproche.
-Anastasia, ¿por qué no nos dijiste que Esther tenía una relación con el presidente Bouchard?
-Yo… -Anastasia no encontró palabras para responder.
03:12
-Sí, Anastasia -interrumpió Marta casi al borde de las lágrimas, aferrándose al brazo de su amiga-. Hoy ofendí a Esther, ¿el presidente Bouchard nos causará problemas? ¿Qué vamos a hacer? ¡Si se lo cuenta a mis padres, estoy muerta!
Anastasia guardó un momento de silencio calculado. -No te preocupes, iré a buscar a Samu para que nos ayude a solucionar esto.
El rostro de Marta se iluminó con alivio. -Tienes razón, el presidente De la Garza te adora. Si tú lo pides, seguro que te ayudará.
Anastasia forzó una sonrisa mientras su mente trabajaba rápidamente. Había pensado que Gabriel y Esther solo estaban jugando, pero ahora que ella seguía siendo la prometida del Grupo De la Garza, Gabriel no parecía tener intención de romper sus lazos con Esther.
Definitivamente tendría que hablar con Samuel al respecto.
De pronto, una voz excitada resonó entre la multitud.
-¿Es ese el presidente De la Garza? ¿Por qué vino el presidente De la Garza?
-¡Es realmente el presidente De la Garza! Y trajo guardaespaldas…