Capítulo 51
Jorge intentaba calmar los ánimos en un rincón del salón, pero Samuel simplemente se dirigió hacia la puerta principal con pasos firmes y decididos.
-¡Samu! -Anastasia intentó detenerlo, su voz teñida de desesperación.
Al ver esto, Jorge se interpuso rápidamente en su camino. ¡Anastasia! ¡Todos están aquí celebrando tu cumpleaños! ¡Ven, sopla las velas!
Anastasia hizo ademán de seguir a Samuel, pero Jorge se mantuvo firme en su posición. El rostro de porcelana de la joven se ensombreció mientras un pensamiento inquietante cruzaba
su mente.
Samuel siempre había sido alguien que mantenía sus emociones bajo control, ¿cómo era posible que Esther pudiera alterarlo tan fácilmente una y otra vez?
¿Será que… Samu realmente siente algo por Esther?
Fuera de Coral Beat, Clara temblaba de nervios. -¡Esther! ¿Qué tal si de verdad hiciste enojar a Samuel? ¡Su cara parecía una tormenta cuando lo vi! ¿Qué pasa si…
-Súbete al auto primero -Esther empujó suavemente a Clara hacia el vehículo.
Antes de que Clara pudiera terminar su frase, una mano fuerte tiró de Esther hacia atrás con brusquedad.
-¡Samuel! ¡Sueltame! -Esther forcejeó contra el agarre firme de Samuel.
Clara palideció al ver la escena y corrió tras ellos. -¡Esther!
Un guardia de seguridad intercepto a Clara antes de que pudiera alcanzarlos. -Lo siento, señorita, no puede pasar.
-¿Cómo que no puedo pasar? ¿No ve que se están llevando a mi amiga?
-Ese es el presidente De la Garza -respondió el guardia con firmeza-. El presidente no le hará daño a la señorita Montoya, por favor, retirese.
-¡Usted…! -Clara apretó los puños con impotencia.
“¡Este Samuel nomas anda con malas intenciones!“, pensó furiosa.
Dentro de Coral Beat, Samuel arrastró a Esther consigo. Ella mantuvo su rostro impasible mientras decía: ¡Samuel! ¿Qué demonios estás haciendo?
Apenas termino de hablar, Samuel pateó la puerta de una sala privada.
El lugar estaba ocupado por varios desconocidos. Samuel, con el rostro ensombrecido, ordenó: -¡Fuera!
Los ocupantes intentaron protestar, pero al reconocer a Samuel, prácticamente huyeron del lugar
De repente, solo quedaron Esther y Samuel en la sala. Con la puerta ya cerrada, Esther se liberó del agarre y retrocedió varios pasos: -¿Qué pasa? ¿Ofender al presidente De la Garza significa que ni siquiera puedo regresar a mi casa?
-Esther, ¿quién te dio el valor para desafiarme de esta manera? -el rostro de Samuel se oscureció aún más.
Hoy, Esther no solo habia humillado al señor Obregón frente a todos, sino que también lo había desafiado directamente a él, usando eventos pasados para provocar a Anastasia.
Si hubiera sido cualquier otra persona, ni siquiera sabría cómo terminó muerta. Pero Esther, ¿se atrevió a marcharse asi, desafiandolo abiertamente?
-Presidente De la Garza, ¿podría ser razonable? -respondió Esther con una calma calculada- Claramente fue su gente quien me provocó primero y además acosó a Clari. Supongo que esta noche, el presidente De la Garza permitió que la otra parte fuera tan insolente porque, además de querer provocarme, quería ver si yo vendría corriendo por su asunto con Anastasia, ¿verdad? Al ver que Esther había descifrado sus intenciones, la expresión de Samuel se tornó aún más
sombría.
-Lamentablemente, tengo que decepcionar al presidente De la Garza–continuó Esther-. Que usted y Anastasia se hayan besado o acostado, realmente me tiene sin cuidado. Lo mejor sería organizar pronto una conferencia de prensa para aclarar nuestra situación. ¿Qué le parece mañana? Después de todo, presidente De la Garza, ¿no tenía usted la intención de convocar una conferencia mañana para aclarar nuestra relación? Solo que cambiaríamos el anuncio de un compromiso por el de una ruptura, no hay mucha diferencia.
-¡Tú…! -La expresión de Samuel se oscureció como una tormenta a punto de estallar, señalando a Esther mientras una ira indescriptible amenazaba con desbordarse.
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