Capítulo 199
Samuel, incapaz de soportar más el ruido, salió de su habitación con pasos firmes y decididos. Sus ojos grises escudriñaron el pasillo hasta detectar luz en el cuarto más alejado.
“¿Es que nadie respeta el silencio nocturno en esta casa?“, pensó mientras avanzaba, su mandíbula tensa por la irritación.
-¡Esther! -la voz autoritaria de Samuel se cortó abruptamente.
La imagen frente a él lo dejó momentáneamente sin palabras: Esther, subida en una escalera, manipulaba un taladro eléctrico con la concentración de quien realiza una tarea crucial. Los trabajadores de la construcción ya se habían marchado, dejándola sola con su proyecto
nocturno.
Con los auriculares puestos y completamente absorta en su música, Esther ni siquiera notó la presencia imponente de Samuel en la habitación. Sus ojos café profundo estaban fijos en su tarea, mientras tarareaba suavemente al ritmo de una melodía que solo ella podía escuchar.
Samuel localizó el celular sobre la mesa cercana y, con movimientos precisos, se acercó para presionar el botón de pausa. El silencio repentino desconcertó a Esther.
-¿Por qué se cortó mi Bluetooth? -murmuró ella, quitándose los auriculares con el ceño
fruncido.
-¡Esther! ¡Baja de ahí ahora mismo! -la voz de Samuel retumbó desde abajo.
El sobresalto fue instantáneo. Esther perdió el equilibrio, y tanto ella como la escalera se precipitaron hacia atrás. Samuel, por instinto, intentó esquivar la caída, pero la escalera lo impactó directamente. Como si el destino quisiera añadir insulto a la injuria, un bote de pintura cercano se volcó sobre él, bañándolo de blanco de pies a cabeza.
-¡Ay! -Esther inhaló bruscamente, el dolor palpable en su exclamación.
Se incorporó lentamente, sosteniendo su cintura adolorida. Sus ojos se encontraron con la figura de Samuel: el siempre impecable presidente del Grupo De la Garza convertido en una estatua viviente de pintura blanca, su rostro una máscara de tensión apenas contenida.
-¡Esther Montoya! -gruñó Samuel entre dientes.
“Desde que ella se mudó, todo ha sido un desastre“, pensó él. Pérdidas financieras, proyectos fallidos, situaciones vergonzosas… ¿Habría contratado Esther a algún brujo para maldecirlo?
-Lo siento… pero ¿quién te manda a entrar a la habitación de otros a escondidas? -replicó Esther, irguiéndose con dignidad herida-. ¿Acaso no deberías haber tocado la puerta antes de
entrar?
La audacia de su respuesta provocó que Samuel, en un arranque de furia, golpeara el suelo con
su mano.
-¿Qué tal si… te tomas una ducha primero? -sugirió Esther, retrocediendo estratégicamente.
1/2
18:32 1
Capitulo 199
La pintura comenzaba a secarse sobre la piel y la ropa de Samuel, amenazando con ser aún más difícil de remover si no actuaba pronto. Él se levantó con toda la dignidad que pudo reunir, lanzándole una última mirada amenazadora antes de salir.
En cuanto la puerta se cerró tras él, Esther mostró su dedo medio al aire con una sonrisa victoriosa.
-¡Bien merecido! -exclamó con satisfacción. ¡Esto es karma! ¡Puro karma!
En su habitación, Samuel se deshizo violentamente de su ropa arruinada, arrojándola por la ventana en un arranque de frustración. El olor acre de la pintura lo envolvía como un recordatorio persistente de su humillación.
-Esther… Esther… mascullaba bajo la ducha, su voz cargada de irritación.
“Invitarla a vivir a la casa de la familia De la Garza fue mi mayor error“, se reprendió
mentalmente.
…
Mientras tanto, Esther se trasladaba a la habitación de huéspedes contigua, silbando alegremente. La mansión De la Garza tenía habitaciones de sobra, pero ella había elegido específicamente la más alejada de Samuel. Su plan de disolver el compromiso requería que él
la detestara aún más.
“¿Cómo podría hacer para que Samuel me deteste todavía más?“, reflexionó, tamborileando sus dedos sobre la mesita de noche.
De pronto, sus ojos brillaron con inspiración y chasqueó los dedos.
-¡Eso es! -exclamó con una sonrisa traviesa.
A la mañana siguiente, Esther se presentó ante Samuel luciendo un atuendo punk que rozaba los límites del decoro, lista para la siguiente fase de su plan.
18:32