Capítulo 177
En otro tiempo, Esther habría huido entre lágrimas ante semejante humillación. Sin embargo, ahora sostenía una copa de champaña con estudiada indiferencia, sus dedos elegantes
jugando con el tallo de la copa.
-Que peleen -comentó con voz despreocupada-. De todos modos, no tenía intención de casarme en serio con él.
En realidad, planeaba encontrar la oportunidad perfecta para romper el compromiso con Samuel. Ahora que cada uno seguía su propio camino, le parecía lo más conveniente.
Por su parte, Samuel fruncía el ceño con evidente molestia.
-No me dijiste que íbamos al cumpleaños de la familia Montoya -reprochó con voz tensa.
Anastasia lo había buscado en su oficina para llevarlo supuestamente a la fiesta de un amigo, sin mencionar que la familia Montoya era la anfitriona. En un evento así, aparecer junto a Anastasia era completamente inapropiado.
-Ya que estamos aquí, también quiero ver cómo es el mundo–se defendió ella con voz melosa-. Esta vez, escuché que la familia Montoya invitó a muchas personas, tal vez incluso a algunos de nuestros socios.
Al notar la expresión de disgusto en Samuel, Anastasia bajó la voz hasta convertirla en un
susurro.
-Antes asistías a estos eventos conmigo más de una vez, ¿por qué ahora no quieres?
Samuel apretó los labios, incapaz de responder. Ni él mismo entendía qué le pasaba. En el pasado, no habría dudado en llevar a Anastasia a un evento de la familia Montoya, sin preocuparse por Esther. Pero ahora, temía los comentarios malintencionados sobre ella.
Anastasia levantó la mirada, sus ojos verdes empañándose con lágrimas calculadas.
-¿Es verdad lo que dicen, que te has encariñado con Esther?
-Anastasia, sabes que no es eso -respondió Samuel con resignación.
-Entonces no te preocupes tanto. Veo que a la señorita Montoya tampoco parece importarle mucho.
Al escuchar esto, Samuel buscó instintivamente a Esther entre la multitud. Efectivamente, ella parecía completamente indiferente a su presencia con Anastasia. Un peso familiar se instaló en su pecho. ¿Su prometida y otro hombre tan cercanos, y ella sin mostrar la menor reacción?
-Ella realmente no parece importarle -masculló con tono burlón, ocultando su irritación.
-Samu -murmuró Anastasia-, hace poco en internet me llamaban falsa y amante, y eso no me importa… pero no quiero que tú también lo pienses. Si no me respaldas, entonces no habrá nadie en este mundo que me valore.
Capitulo 177
Un destello de compasión cruzó por los ojos de Samuel. Habían crecido juntos desde pequeños, y tras convertirse en la huérfana de la familia Miravalle, ella quedó sin una sola familia en este mundo. Sin su constante protección, la familia Miravalle en Cancún sería rápidamente marginada y sus bienes, absorbidos por otros.
-Ya he suprimido esas tendencias en internet -la tranquilizó al darse cuenta de últimamente solo había pensado en Esther-. Tranquila, nadie puede hablarte mal.
El rostro de Anastasia se iluminó con una sonrisa.
-Samu, sabía que… definitivamente me protegerías.
que
Samuel apenas respondió, su atención completamente enfocada en Esther.
En ese momento, Olimpia hizo su entrada triunfal al salón de banquetes con Saúl. Su hijo se había esmerado especialmente en su apariencia para la ocasión. Siendo naturalmente apuesto y radiante, apenas puso un pie dentro, numerosas damas de sociedad posaron sus ojos en él.
En este círculo, los hijos de familias acaudaladas rara vez eran poco agraciados, y Saúl destacaba entre los más atractivos. Desde pequeño, gracias a su físico privilegiado y su posición económica, nunca le habían faltado pretendientes. Su presencia imponente no pasaba desapercibida.
-Parece que se cree mucho, pero no debe ser gran cosa -murmuró Clara con desdén.
-¿Yo ni siquiera he dicho nada y tú ya estás criticando? -respondió Esther, una sonrisa divertida jugando en sus labios.