Capítulo 136
¿Acaso Alfonso tiene ojos en la espalda? La pregunta resonó en la mente de Esther mientras observaba al hombre frente a ella.
-Jaime, revisala -ordenó Alfonso con voz firme.
El silencio se volvió denso cuando Jaime se aproximó hacia Esther. Ella permaneció inmóvil, pero su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida.
-Después de todo, soy la prometida de Samuel–intervino Esther, alzando ligeramente el mentón ¿No sería más apropiado que alguien más lo hiciera?
-Tienes razón.
La respuesta de Alfonso fue tan serena que Esther pensó que llamaría a una mesera. Sin embargo, el mismo se acercó con pasos calculados.
-Lo hare personalmente -anunció con una sonrisa que no llegó a sus ojos.
-TU…
Antes de que Esther pudiera completar su protesta, Alfonso ya había comenzado a registrarla con movimientos precisos y profesionales. Solo cuando se aseguró de que no portaba ningún objeto sospechoso, le permitió el acceso a su suite presidencial.
Una vez dentro, Esther recorrió con la mirada la lujosa habitación. Para su sorpresa, era probablemente la más básica de todo Cancún. Los muebles eran sorprendentemente austeros; incluso la cama parecía estar hecha de simples tablones. No solo Alfonso, cualquier trabajador de clase media en Cancún se negaría a hospedarse en un lugar asi. Las instalaciones eran antiguas y los artículos básicos, pero lo más irónico era el precio exorbitante.
-Mira esto -Alfonso fue directo al punto, arrojando un montón de documentos sobre la mesa frente a Esther
Ella se inclinó para recogerlos, descubriendo que eran todos los detalles sobre Calle Acanceh, 18. Ese terreno pertenecía a la familia Miravalle. Alfonso planeaba comprarlo para construir un nuevo Grupo Betancourt en Cancún. El verdadero propósito era legalizar el flujo de sus activos del extranjero al país -lo que comúnmente se conoce como “lavado de dinero“.
-¿Por qué el presidente Betancourt me muestra esto? -preguntó Esther, manteniendo un tono neutral
Alfonso se recostó en el sofá, estudiándola con mirada penetrante.
-Nadie conoce el propósito de mi visita a Cancún -declaró con voz pausada Asi que me intriga, ¿cómo supiste que quería comprar el terreno en la calle del Mar del Sur?
Ni siquiera Jaime lo sabía.
Por supuesto, Esther conocía perfectamente las intenciones de Alfonso. En su vida anterior,
Capitulo 136
después de conocer a Anastasia, él se había enamorado a primera vista. Sus planes originales de comprar el terreno a bajo precio se transformaron en una oferta diez veces mayor, todo para llamar la atención de ella. Ese ostentoso acto de cortejo había causado revuelo en todo Cancún.
Pero nada de eso había sucedido aún. Aparte de ella y Alfonso, nadie más prestaba atención a
ese terreno.
-Considere que fue una coincidencia afortunada -respondió Esther con calma.
Los ojos estrechos de Alfonso se movieron sutilmente, evaluando cada palabra.
-Tengo muchas maneras de hacer que la señorita Montoya hable -advirtió con suavidad-. ¿Le gustaría probar alguna?
Esther notó cómo Jaime se tensaba, listo para actuar. En un momento de inspiración desesperada, decidió jugar su carta más arriesgada.
—¿No quiere el presidente Betancourt acercarse a Anastasia para comprar ese terreno? -soltó con determinación-. ¡Puedo ayudar!
Al escuchar el nombre de Anastasia, Alfonso arqueó una ceja con genuino interés.
-¿Oh?
Su fascinación por Anastasia comenzaba por el terreno, pero se intensificaba por ser la mujer de Samuel. Sin embargo, una pregunta flotaba en el aire: ¿cómo se había enterado Esther de
todo esto?
(0
han
・
Gosh des quest
sho