Capítulo 24
Después de despedirse de todos sus amigos, Alicia empacó su equipaje, preparada para continuar con su viaje alrededor del mundo que había dejado incompleto.
Lucía la acompañó al aeropuerto, abrazándola sin querer soltarla.
—Ten cuidado mientras estés fuera, llámame si algo sucede, y recuerda
enviarme fotos de todo lo que comas, veas o disfrutes. Si te cansas de viajar y no encuentras dónde quedarte, siempre puedes volver, sabes el código de
mi casa…
Escuchando su charla interminable, Alicia mostraba una expresión de
resignación.
-Voy de viaje, no es como si me mudara a otro lugar. Lucía, ¿podrías dejar de ser tan sentimental?
Unas pocas palabras suavizaron el ambiente de despedida, y Lucía no pudo evitar pellizcarle la mejilla.
-Solo estoy preocupada de que te diviertas tanto que te olvides de responder mis mensajes, ¿acaso no debo darte algunos consejos?
-He explicado cientos de veces que te respondí con la mente, ¡deja de
insistir!
Las dos discutieron como niñas por un momento antes de que llegara la hora de abordar, y finalmente se despidieron con nostalgia.
Después de pasar por seguridad, mientras Alicia buscaba su asiento en el avión, recibió un mensaje de Lucía.
-¡¡¡Acabo de ver a alguien, su silueta se parece a la de Rafael!!!
Esa frase puso a Alicia en alerta.
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Instintivamente miró a su alrededor, pero no vio el rostro familiar, y solo entonces se sintió un poco más tranquila.
-Probablemente te has equivocado.
-Es muy probable que sea él, ¡ten mucho cuidado!
Alicia estaba medio convencida.
No había compartido su itinerario con nadie, ¿cómo podría Rafael saberlo?
Pero, por si acaso, decidió enviar un mensaje a Ignacio para preguntar.
[Rafael renunció hace dos días, no sé dónde está.]
Al ver ese mensaje, Alicia sintió un mal presentimiento.
¿Rafael había renunciado?
¿Podría ser que la persona que Lucía vio fuera realmente él?
Mientras lo contemplaba, una voz familiar detrás de ella despejó todas las
dudas.
-Disculpe señora, permítame pasar.
Al oír esa voz, el cuerpo de Alicia se tensó.
Se giró con expresión atónita y allí estaba Rafael, fingiendo sorpresa al
saludarla.
-¿Ali? Qué coincidencia.
Ambos sabían muy bien que de coincidencia tenía poco.
Alicia no tenía ganas de seguirle el juego y frunció el ceño.
-¿Por qué estás en este vuelo?
-Estoy en un viaje de negocios.
Capítulo 24
Mirándolo mentir con la misma facilidad de siempre, Alicia lo confrontó.
–
Pero tú renunciaste, ¿no es así?
Rafael no mostró signos de vergüenza al ser descubierto, sino sorpresa, y su tono llevaba un matiz de alegría.
—¿Ya te enteraste de que dejé el trabajo? Ali, ¿te preocupas tanto por mí?
Alicia, sin palabras, se volvió hacia su asiento, resignada.
Inesperadamente, Rafael también se sentó a su lado, agitando su boleto en respuesta a su mirada inquisitiva.
-Somos vecinos de asiento.
—¿Me estás siguiendo? Rafael, eso es ilegal.
-Demuestra que te estoy siguiendo, de lo contrario, eso es difamación, Ali.
Alicia, sin pruebas, intentó razonar con él.
-Ya estamos divorciados, ¿por qué no podemos dejarlo así? ¿Por qué tienes que seguirme?
Viendo su enojo, Rafael se dio cuenta de que ella estaba realmente molesta, lo que lo deprimió instantáneamente.
-Me prometiste que hablaríamos seriamente, pero no dijiste nada y ahora te vas, solo estaba preocupado de que desaparecieras otra vez.
Alicia miró al cielo, frustrada.
Respiró hondo, se volvió hacia él con seriedad y una sonrisa forzada.
-Bien, ¿de qué quieres hablar? Hablemos ahora, estoy toda oídos.