Capítulo 18
Solo tardó diez minutos, Alicia comparó la información recogida y sacó todos los materiales.
Después de verificar que todo estaba correcto, salió con la carpeta de
documentos y al ver a Rafael colapsado en la puerta, no pudo evitar entrecerrar los ojos.
¿Qué está interpretando ahora?
No será que planea fingir estar enfermo para retrasar la fecha del divorcio.
Al acercarse a él, Alicia estaba muy alerta, y su tono llevaba un aire de
sospecha.
-¿Te sientes mal?
Su pregunta no denotaba preocupación, sino sospecha.
Rafael, por supuesto, pudo distinguirlo.
Negó con la cabeza, se apoyó en la puerta para levantarse y logró esbozar
una leve sonrisa.
-No es nada, vamos.
Solo cuando él empujó la puerta, Alicia bajó la guardia y lo siguió.
En el camino de regreso al registro civil, ninguno de los dos habló más.
Alicia no dejaba de mirar su reloj calculando el tiempo y, al bajar del coche, incluso tomó su mano impulsivamente y subieron corriendo las escaleras .
Rafael recordó que el día de su boda, probablemente porque temía que él se arrepintiera, ella también estaba igual de impaciente.
Aunque no se sentía bien ese día, al ver su ansiedad no pudo evitar sonreír,
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lo que disminuyó un poco su miedo al matrimonio.
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¿Quién hubiera pensado que tres años después, volverían a este lugar para divorciarse?
Al ver a las parejas en grupos preparándose para divorciarse, de repente sintió que divorciarse no parecía algo tan grave.
Si Alicia decía que su matrimonio había sido un error, entonces era mejor
terminarlo.
Solo deteniendo el error aquí, él tendría la oportunidad de empezar de
nuevo.
No retendría su libertad por el matrimonio; una vez divorciados, volvería a su lado bajo una nueva identidad.
Esta vez, sería él quien empezaría de cero para demostrarle sus
sentimientos.
Aunque no sabía si Alicia le daría una oportunidad como él lo haría, Rafael
ya no estaba confundido.
Estaba dispuesto a pasar diez años o el resto de su vida persiguiéndola.
No por otra razón, sino por la promesa que hizo el día de su boda.
Si se había comprometido a pasar la vida con ella, nunca se retractaría.
Después de completar los trámites justo a las cinco, hora de salida del
trabajo.
Mirando el nuevo certificado de divorcio, Alicia se sintió aliviada y hasta
encontró a Rafael un poco más agradable a la vista.
Ella movió las muñecas, con un tono de voz muy ligero.
-Bien, gracias por estos años de cuidados, estamos en paz ahora, ¡adiós!
Dicho esto, ella dio un paso para irse, pero él le agarró la muñeca.
Capitulo 18
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-¿Cómo que estamos en paz?
Alicia miró el certificado de divorcio en su mano y luego su expresión
confiada.
—La ley ya decretó nuestro divorcio, ¿cómo que no estamos en paz?
—Sí, legalmente ya no somos esposos. Pero que una vez fuimos compañeros
de clase no cambia.
-Entonces, debo recordarte que nuestra relación en la escuela no era cercana, y no había sentimientos que valiera la pena seguir profundizando.
Rafael no negó eso.
Es cierto, no fui muy amistoso contigo en ese entonces. ¿Pero qué podía hacer si siempre estabas pegada a mí?
Es la primera vez que Alicia lo oye hablar abiertamente de esos viejos tiempos en los que ella lo perseguía, y más aún en un momento tan incómodo como después de un divorcio, lo que la hizo sentir incómoda.
-Esos son asuntos de hace mucho tiempo, ¿tiene sentido traerlos a
colación ahora?
No tiene sentido, entonces hablemos de algo más reciente.
¿Algo más reciente? ¿De qué está hablando?
Justo cuando Alicia iba a preguntar para aclarar, Rafael habló con calma.
—¿No dijiste que una vez divorciados, el pasado quedaba atrás y estarías dispuesta a acompañarme en cualquier conversación?