Capítulo 15
Después de enterarse por Ignacio de que Alicia había regresado a Lagoazul, Rafael quiso reunirse con ella inmediatamente, pero fue rechazado sin
piedad.
Se sintió decepcionado, pero no había mucho que pudiera hacer, solo podía esperar pacientemente a que ella lo buscara.
Mientras tanto, revisó el acuerdo de divorcio y la división de propiedades
innumerables veces, y comparó con la disposición de la casa antigua para
comprar muchas cosas nuevas.
Albergaba la esperanza de que Alicia lo perdonara y trató de restaurar la
disposición original del hogar, esperando que todo pudiera volver a la
normalidad.
Con el paso de los días, hacia finales de septiembre, finalmente recibió una
llamada de Ignacio.
Alicia quería reunirse con él.
Pero el lugar de encuentro era en la entrada del registro civil.
La esperanza que Rafael había albergado se desvaneció instantáneamente.
Aun así, fue al encuentro sin llevar nada consigo.
Al verlo llegar con las manos vacías, Alicia entendió de inmediato que su acuerdo de divorcio era solo una mentira que él había fabricado.
Pero como ya lo esperaba, no se enojó tanto, solo su tono era impaciente.
-¿Aceptas el divorcio y no traes nada? ¿Esa es tu sinceridad?
Después de medio mes sin verse, lo primero que él escuchó fue sobre el divorcio, y Rafael sintió un atisbo de tristeza en sus ojos.
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Observó fijamente a Alicia, tratando de encontrar alguna emoción de tristeza o dolor que le diera la confianza para retenerla.
Pero su expresión era tan tranquila como un lago, y se veía mucho más saludable que antes del divorcio.
¿Así que durante todo este tiempo solo él había estado sufriendo?
Rafael sintió como si tuviera una piedra pesada en el pecho, casi sin poder respirar.
-¿Podemos hablar? Ali.
-Podemos, después de terminar el certificado de divorcio, acompañaré cualquier conversación que quieras.
Sus palabras extinguieron por completo las escasas esperanzas de Rafael.
Apretó sus dedos contra la palma de su mano, su voz se tornó
increíblemente ronca.
No traje mis documentos, ¿puedes acompañarme a buscarlos, por favor?
Alicia rechazó la idea sin siquiera pensarlo.
-Ve tú solo, yo te espero aquí.
Al ver que ella no accedía, Rafael buscó otra excusa.
-Hay muchas cosas tuyas guardadas en casa, no sé dónde están todas, podría tardar mucho en encontrarlas.
Eso era cierto.
Pero Alicia sospechaba que todavía tenía un as bajo la manga, por lo que después de enviar un mensaje a Lucía, finalmente accedió a ir con él.
De nuevo en el asiento del copiloto, ambos viajaban con sus propios
pensamientos.
Capitulo 15
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Rafael, inevitablemente, recordaba la última vez que juntos volvieron a su alma máter, charlando y riendo.
Si hubiera sabido que esa sería la última vez antes del divorcio, nunca habría partido solo.
Habría compartido con ella sus pensamientos sinceros, recordado juntos sus años de juventud y tratado de mantenerla a su lado.
Pero en el mundo no hay píldoras para el arrepentimiento, ni máquinas del
tiempo.
Solo podía tragar el fruto amargo de sus propias acciones.
Tras un rato de silencio en el coche, Rafael intentó iniciar una conversación.
-¿A dónde has ido estos días?
Alicia seguía mirando por la ventana, su voz aún fría.
Ya estamos divorciados, eso no te concierne.
Sus breves palabras hirieron profundamente a Rafael. Apretó los labios,
lleno de desolación.
-Solo hemos terminado el período de reflexión del divorcio, todavía no estamos oficialmente divorciados. Si no completamos los trámites en treinta días, la solicitud de divorcio se anulará, Ali.
Alicia había estado estudiando la ley matrimonial durante días y ya conocía
todas las cláusulas.
Sabía que Rafael podría usar esta regulación para amenazarla, por lo que no entró en su juego y cambió de tema.
No necesitas explicarme la ley matrimonial. Pero me pregunto, si no te gusto, ¿por qué amenazas con el divorcio? ¿Hay algo en el acuerdo de división de bienes que no te satisfaga?