CAPÍTULO 16
Caio Houston:
Salí del hospital muy nervioso, aunque sabía que Suzana está con Vitor, la preocupación se apoderó de mí. En el fondo, no quería dejarla, aunque sabía que Suzana no me quiere cerca, algo golpeó fuerte en mi corazón. Verla con la mano en su vientre me afectó, no puedo explicarlo, pero sentí algo diferente. Todo lo que tiene que ver con Suzana me afecta demasiado, es como si ella formara parte de cada pedazo de mi interior. Me encuentro pensando en la noche que pasamos juntos, sin importar cuántas veces me diga a mí mismo que fue solo sexo casual, algo cambió en mí esa noche, pero no sé qué es, porque mi mente está en una gran confusión. Parte de mí quiere estar al lado de Suzana y otra parte quiere alejarse desesperadamente, no me gusta sentirme así.
Cuando vi a Daniel agrediéndola, perdí literalmente el control. Sé que ese idiota podría demandarme, pero no me importa, deseo que se pudra, a pesar de ser el padre de su hijo. Verla tan frágil y con dolor de cabeza me afectó, quería cuidarla, pero sabía que era mejor alejarme cuando llegó su hermano, porque Vitor y yo no nos llevamos bien.
Suzana me engañó. Debería ser un capítulo cerrado en mi vida, durante muchos años llevé su imagen en mi mente. Aquella noche de sexo era para saciar el deseo que siento por ella, pero parece que solo ha aumentado, a pesar de saber que está embarazada de otro, todo mi ser
clama por ella.
¡Mierda!
Siempre digo lo que pienso, pero este asunto me está costando. Creo que el viaje a Estados Unidos será bueno para mí, olvidaré toda esta locura y enterraré cualquier deseo que sienta por Suzana Ferrari. Necesito viajar, necesito alejarme de ella. Resolveré algunos asuntos en la empresa y tomaré el primer avión para marcharme. Tal vez nunca regrese y seguramente será
lo mejor.
Llego frente a un hotel donde Safira me está esperando. Cuando salí del hospital, lo primero que hice fue llamarla e informarle que tenía un problema urgente que resolver. Por supuesto, ella se enojó por no haberle avisado antes, está aquí para ayudarme a encontrar al animal perfecto que trataré como a un hijo.
-Por fin llegaste -dice Safira irritada al entrar en mi coche.
-Resolviendo un problema, como te dije -respondo lo obvio.
Ella me mira con ojos entrecerrados tratando de averiguar qué pasó.
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-Caio, ¿estabas con alguna mujer? -pregunta.
Respiro profundamente antes de responder.
-Ayudando a una mujer que estaba siendo agredida por su novio -explico.
Ella se queda boquiabierta.
-¡Dios mío! ¿Pero la chica está bien? -pregunta preocupada.
-Sí, está bien–respondo-. Ahora, ¿encontramos a mi perro? -cambio de tema.
Ella rueda los ojos porque odia cuando no quiero prolongar una conversación.
-¡Vamos! -responde.
Después de unos minutos, llegamos a una organización no gubernamental aquí mismo en la
ciudad. Entro y veo varios animales.
-Buenas tardes, soy Soraya -se presenta la mujer que trabaja en el lugar-. Voy a
presentarles a nuestros animales.
-Claro–responde Safira.
Ella comienza a mostrar varios animales abandonados, aquí hay muchos perros, tanto de r**a
como mestizos, pero para mí todos son iguales. Elegiré un perro por amor, eso es todo lo que
importa.
-Mira, Caio–Safira me muestra un perro blanco con manchas negras.
-Es un dálmata -dice la mujer con una gran sonrisa.
-Es hermoso -dice Safira emocionada.
El perro me mira, pero pronto aparta la mirada y finge que no existimos. Pienso unos
segundos si me quedaré con él, pero algo llama mi atención.
-¿Escuchaste eso? -pregunto.
-No–responde Safira,
Voy caminando hacia el ruido que escucho.
-¿A dónde vas, Caio?” pregunta Safira siguiéndome.
“No puedes pasar por ahí“, advierte la mujer.
No respondo ni paro hasta llegar al sitio.
Cuando miro, hay un cachorro de perro, todo marrón, ladrando muy bajito, se ve cansado, creo
que se cansó de ladrar tan fuerte.
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+50 Purte
CAPÍTULO 16
“Oh, es precioso“, dice Safira encantada mirándolo.
“Llegó hoy, no es de r**a y llegó hace un rato“, dice la mujer deteniéndose a nuestro lado.
El perro se levanta para mirarme y comienza a ladrar un poco más alto. Me acerco a él y toco su pequeña cabeza, se retuerce por el cariño que recibe. Veo que tiene una pequeña herida en la oreja y está sucio.- Él aún necesita ser tratado, no está listo para ser adoptado. – dice la chica con desagrado evidente en su voz.
Ignoro sus palabras y le sonrío.
–
-¿Cómo estás, caramelo? – pregunto. ¿Quieres ser mi compañero, amiguito?
–
– Guau, guau, guau.
Él ladra fuerte y amplío mi sonrisa.
–
– Caramelo – Safira pregunta riendo por el nombre de mi animal.
Prefiero ignorar su risa y volver mi atención hacia la persona que me atiende en el lugar.
-Me lo voy a quedar. -digo mirándola.
La chica frunce los labios como si no le gustara mi elección, pero me importa poco, vine en busca de mi animal y creo que lo encontré.
–
-Tenemos varios otros perros, este está todo sucio y aún necesita tratamiento. responde.
-Yo mismo puedo cuidarlo, puedes llenar los papeles – digo.
Ella respira hondo y mira a Caramelo con una expresión de asco hacia el animal.
-El dálmata es… -Safira no la deja terminar sus palabras.
-Entiendo que eres la encargada de la tienda, no quiero ser grosero, pero mi amigo eligió un animal y lo encontró, su nombre es Caramelo, está sucio, pero eso no es un problema, respecto a las heridas él puede cuidarlas, así que te pido que hagas tu trabajo correctamente y llenes el maldito formulario porque no vinimos aquí solo por causa de un perro de r**a, sino para encontrar uno que a mi amigo le guste y queriendo o no, ese perro será nuestro – concluye ella.
Veo a la chica tragar en seco las palabras de Safira.
-Claro, señora, voy a llenar la documentación para que puedan llevarlo hoy mismo
responde asustada.
–
Pronto la mujer desaparece por el pasillo y quedamos solo nosotros y Caramelo,
-Esa mujer es mala, bebecito -responde Safira en voz de bebé para él.
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-Sí, horrible–respondo.
Después de llenar toda la documentación, nos dirigimos hacia mi coche.
-Es hermoso. -Safira dice sosteniéndolo en brazos mientras conduzco hacia mi
apartamento.
-Sí, me gusta -respondo.
-Pero el nombre es horrible -replica.
Rio por lo que dice.
-Pero será mi hijo y eso es lo que importa.
-Guau, guau, guau -responde Caramelo.
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-¿Ves? Él está de acuerdo -digo-. Así es, amiguito respondo acariciando la cabeza de
Caramelo cuando paramos frente a un semáforo.
-Caramelo, ganaste un papá baboso–responde Safira.
-Sí, papi lo llevará a conocer Estados Unidos -digo.
Safira me mira sorprendida.
-¿Cómo que Estados Unidos? -pregunta.
Respiro profundamente.
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-Sí, voy a hacerme cargo de la empresa en Estados Unidos, tal vez tarde en regresar o quizás
nunca vuelva -digo.
Ella me mira incrédula.
-Pero, Caio, tienes una vida aquí -responde.
Aprieto el volante con fuerza.
-Sí, pero creo que necesito respirar aires nuevos -respondo.
-Wow, decir
que nunca más volverás es muy fuerte -dice acariciando el cuello de Caramelo.
-Lo sé, pero es solo si logro adaptarme a la ciudad, estoy seguro de que mi padre terminará
poniendo a uno de mis hermanos a cargo de esto -respondo.
Ella mueve la cabeza negativamente.
-Tus hermanos son dos cabezas huecas -responde.
Rio por sus palabras.
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50 Punta
CAPÍTULO 16
-Mira, Caramelo, lo que ella está diciendo de su tío.
-Disculpa, Caramelo, pero tu padre sabe que dije la verdad -responde-. ¿Por qué estás
pensando en no volver nunca más? -pregunta curiosa.
-No sé, tal vez… ella me interrumpe.
-No acepto tu respuesta, puedes irte, pero tienes que regresar -dice con la voz entrecortada.
Tomo la mano de mi amiga y aprieto.
-Somos mejores amigos, necesito seguir sacándote de los problemas en los que te metes,
así que asegúrate de volver -digo limpiando sus lágrimas.
Sonrío ampliamente.
-Está bien, no hablemos más de eso, ahora deja de llorar porque te ves fea llorando -digo,
provocando una carcajada fuerte de ella.
Si hay algo que odio es hacer llorar a mi amiga. Safira puede ser loca, pero tengo un cariño
especial por ella, como si fuera mi hermana.
-Soy hermosa, cariño, ¿ves, Caramelo? A esto me refiero con lo tonto que es tu padre.
–
uau, guau, guau -responde Caramelo.
Ambos soltamos una carcajada fuerte dentro del coche.
Definitivamente, Caramelo nos entiende y lo tengo para hacer mis días más felices, sobre
todo estando en otro país.