CAPÍTULO 7
Suzana Ferrari:
No puedo creer que este desgraciado vino tras de mí, Daniel me llama casi todos los días, sé
que quiere una segunda oportunidad, pero no le voy a dar otra oportunidad. Nunca he dado
una segunda oportunidad a nadie en mi vida y él no será el primero, cuando me hacen de
tonta es una sola vez, no existe una próxima vez.
No quiero saber de su arrepentimiento, de hecho, no quiero tener contacto con nada que me
recuerde nuestra relación, él es un capítulo cerrado en mi vida independientemente de todas
las excusas que quiera darme. Nunca volveremos a ser esa pareja apasionada que éramos
antes.
No acepto la traición, eso es algo que no entra en mi cabeza. Él era el novio perfecto y nunca
esperé ese comportamiento de él; mi príncipe azul se convirtió en un gran sapo de la noche a
la mañana.
Sé que tengo mi parte de culpa por el desgaste de nuestra relación, pero eso no era motivo para que me traicionara. Si quería estar con otra mujer, solo debió haber terminado conmigo.
¿Habría estado triste? Sí, pero no al punto de romper nuestra amistad, porque entiendo que, aunque se ame, las relaciones terminan y tengo que saber aceptarlo.
Sin embargo, él eligió el camino más difícil, así que asumirá las consecuencias de sus actos,
porque nunca volveré a ser suya nuevamente.
-¿Qué quieres Daniel? -pregunto irritada al levantarme del banco.
La forma en que me mira parece estar preocupado.
-¿Estabas llorando, Suzana? -pregunta acercándose a mí.
Doy un paso atrás mientras limpio mis lágrimas, no me gusta mostrar debilidad ante
personas que ya no importan en mi vida.
-No es asunto tuyo -respondo irritada.
Se detiene en su lugar y respira profundamente.
Daniel me conoce demasiado bien y sabe que no debería estar aquí porque nuestra historia ya está terminada desde el momento en que vi su traición.
-¿Cómo puedes tener el coraje de venir aquí? -dice, brava Lívia-. Traicionaste a mi amiga, no deberías volver a aparecerte frente a ella nunca más.
1/6
+25 Puntos
CAPÍTULO 7
-Eres realmente sinvergüenza -responde brava Antonela.
-No has perdido nada aquí -responde Lívia mostrándole la salida de la galería.
-Solo quiero hablar con ella -dice tranquilamente a mis amigas.
Lívia se ríe en su cara y responde.
-Podrías haber hablado antes de estar con otra mujer.
-Ustedes no saben nada, es mejor cuidar su propia vida. Mi relación con Suzana solo nos concierne a nosotros dos, ustedes no tienen nada que ver con esto -espeta irritado.
-No hables así con ellas, mis amigas siempre han tenido la libertad de hablar conmigo. Tú fuiste quien falló, Daniel, no deberías ni siquiera estar aquí y lo sabes, así que vete, nunca serás bienvenido de nuevo aquí -le digo enfadada.
Él respira profundamente, parece estar intentando controlarse. Daniel siempre ha sido así, prefiere mantener la calma antes de decir algo de lo que pueda arrepentirse después, a diferencia de mí, que siempre he sido un poco más explosiva en nuestra relación, debido a mi
difícil temperamento.
-Por favor, déjame hablar con ella, será rápido, solo quiero explicar lo que sucedió
responde.
Sonrío irónicamente ante sus palabras.
-No hay ninguna justificación para lo que vi, Daniel, tenías la lengua en la boca de esa mujer,
¿cuántas veces dijiste que era una puta? Increíble que la puta de la que tanto hablabas
estaba allí besándote. No vengas con excusas baratas. Cuando vi la forma en que la miraste,
yo… – digo con la voz entrecortada-. Yo estaba allí por un tiempo cuando vi, nunca esperé eso
de ti, juré que tendríamos un futuro juntos, pero por la forma en que actuaste veo que solo yo
tenía ese pensamiento.
Daniel mira al suelo, parece estar pensando en las cosas que dije, veo tristeza en su mirada, pero no me importa en lo más mínimo. Está obteniendo lo que merece, ninguna mirada triste me hará perdonar su traición.
-Vete -le dice Lívia.
-Déjenme solo con ella, no necesito mucho tiempo, por favor -pide a mis amigas.
Ellas me miran buscando una respuesta, sé que mis amigas están preocupadas por dejarme
a solas con él. Respiro profundamente y suelto el aire bruscamente. Sé que Daniel no se irá
antes de que hable con él.
-Pueden salir chicas, voy a hablar un segundo con él -les digo.
2/6
+25 Punto
CAPÍTULO 7
Ellas me miran preocupadas, pero respetan mi decisión.
-Saben que estaremos en la sala de al lado, si necesitas algo, solo tienes que llamar y lo
echamos de aquí -me dice Antonela y luego mira a Daniel.
Asiento con la cabeza en señal de acuerdo.
Lívia fulmina a Daniel antes de salir a la sala, sé que a mis amigas nunca les agradó, pero yo
lo amaba, así que siempre respetaron eso.
-Habla rápido lo que quieres–ordeno con rudeza.
Daniel niega con la cabeza en señal negativa, nunca le ha gustado cuando hablo brusco con
él.
-Suzan, sé que me equivoqué…
-Eso es todo, genial, puedes irte -lo interrumpo.
Él me mira impactado.
-Suzan, siempre eres así. Siempre se queja irritado.
Sonrío sin humor.
-¿Yo? -pregunto con ironía-. ¿Qué esperabas, Daniel?, ¿qué te dijera que te perdoné
después de verte con otra persona, es eso?
Él niega con la cabeza en señal negativa.
-Te estoy pidiendo que solo me escuches, pero nunca lo haces, siempre quieres ser dueña de
la razón y…
Interrumpo sus palabras.
«¿cómo puede decir eso de mí?», pienso.
-Debes estar bromeando al decir eso, no soy así -respondo riendo irónicamente.
Él sonríe por mis palabras.
-Claro que lo eres, Suzan -dice alterado-. Siempre he estado a tu lado en todo, entiendo tus
momentos de crisis, trabajo, todo. ¿Cuántas veces te esperé en el cine porque estabas
demasiado ocupada con tu trabajo y al final ni siquiera apareciste, pero vi la película solo
para contarte cómo fue? ¿O cuántas veces te esperé en tu heladería favorita y tampoco
apareciste? Sí, cometí un error, Suzana, al engañarte, pero tú también has fallado mucho
como mi novia, pero eres tan terca que no lo ves, te aferras solo a un error que cometí para
arruinar nuestra relación. Escucha lo que te digo, Suzan, necesitas cambiar, ser más flexible.
3/6
+25 Punta
CAPÍTULO 7
Mientras sigas tratando todo con fuego y hierro, será difícil para las personas lidiar contigo – dice nervioso-. Ahora te pido que solo escuches mis palabras, pero ¿qué haces?, simplemente lo das por terminado. Pero quiero que sepas que no fui el único que falló como novio, tú también fallaste, pero nunca lo reconoces. También te equivocas, Suzana, y
necesitas aceptarlo -concluye.
Estoy impactada por sus palabras, ¿realmente quiere echarme la culpa a mí para justificar su
traición?
Respiro profundamente antes de responder mirando a sus ojos.
-Siempre he sido complicada, lo sabías cuando te relacionaste conmigo. Podrías haber
hablado de mis fallas, pero no lo hiciste. Sin embargo, eso no cambiará mi opinión sobre
nuestra relación. Tu traición no justifica nada. Aunque tenga un temperamento difícil, podrías
haber terminado conmigo en lugar de traicionarme. Entonces, Daniel, sigue tu vida y no me
busques nunca más, porque nunca volveré contigo -respondo con firmeza.
Él niega con la cabeza en señal negativa.
-La vida, Suzana, te enseñará que no todo se trata con fuego y hierro -responde-. Cometí
un error al traicionarte, pero sabes que no eres perfecta. Sin embargo, nunca dejaré de
amarte. También quería un futuro juntos, pero elegiste el trabajo en lugar de mí. Aun así, soy
tan idiota que aún te quiero de vuelta y lucharé por eso.
Me río de sus palabras.
-El idiota fui yo que pensé que eras el hombre perfecto y al final me pusiste los cuernos.
Él niega con la cabeza.
-Cometí un error, pero, aunque pase toda mi vida, lucharé por tu perdón
Veo cómo se da la vuelta para irse, mi corazón está totalmente destrozado porque pensé que
él sería para siempre, pero todo acabó en el momento en que me traicionó. Daniel se va de la
galería y mis amigas vienen a mi encuentro, lloro en sus brazos porque duele demasiado ser
traicionada por quien nos ama.
-Nada justificará su traición, Suzan, aunque tú también hayas errado -dice Antonela.
-Tranquila amiga, no llores por él, Daniel eligió la traición y debe hacerse cargo de eso -dice
Lívia.
Sigo llorando desolada por todo lo que me dijo.
-Amiga, creo que el trabajo terminó por hoy, ve a casa y descansa -advierte Antonela.
Respiro profundamente.
4/6
+25 Punto
CAPÍTULO 7
-Daniel me traicionó sabiendo lo que estaba haciendo. Como siempre dije, puedo ser
complicada, pero nunca justificaré su traición. Así que para mí ya fue suficiente, nunca
volveré con él decreto levantándome-. Ahora necesito enfrentar a mi familia.
Ellas sonríen de lado.
-Quieres que vaya contigo? -pregunta Lívia.
Niego con la cabeza en señal negativa.
-No, tengo que hacerlo sola, sin contar que será una gran confusión en casa -respondo.
Antonela respira profundamente.
-Sabes que estaré aquí para lo que necesites, aunque estemos lejos, estoy a una llamada de
distancia. Si es necesario, tomaré tres autobuses con Murilo en brazos.
Sonrío.
-Sé que vienen, pero realmente necesito hacer esto por mi cuenta, gracias por el apoyo
chicas. -agradezco abrazándolas.
-Te amo amiga, sé que tu familia lo entenderá.
-Tía Suzan, también te amo, mira el dibujo que traje -Murilo viene hacia mí, todo pintado de
tinta y con un pequeño lienzo en la mano.
Siempre le dejamos uno aparte aquí, porque cuando viene siempre está pintando.
-Gracias, cariño -digo tomando el dibujo entre mis manos.
Miro el lienzo y en él está dibujada una mujer con una gran sonrisa en el rostro, aunque es un dibujo hecho por un niño, tiene unos trazos perfectos. Murilo realmente tiene un talento para esto desde pequeño.
-Quiero verte sonreír, tía -dice tristemente.
Cojo al pequeño en mi brazo y le doy un beso en las mejilla.
-Te amo, pequeño, la tía volverá a sonreír -le aviso.
Asiente con la cabeza en señal positiva.
-Te amo, tía -me responde abrazándome.
Me despido de todos y salgo de la galería en dirección a mi coche. Necesito hablar con todos
en mi casa y ya me imagino el tamaño del lío que me espera, especialmente cuando mi hermano se entere de toda esta historia, seguro será el más difícil de manejar.