Capítulo 358 

Marina, quien había sido gentil durante toda su vida, mostró su verdadero carácter por primera vez solo para defender a su hija y exigir justicia. 

Cuando se presentó frente a su médico responsable con la dignidad de la señora Córdoba, el doctor, al ver la furia en sus ojos, claramente se puso nervioso. 

“Marina, ¿A qué viene esta visita sorpresa?” El doctor intentó evadir a Marina mientras buscaba una salida. 

“Estoy a punto de llegar tarde al trabajo, ¿Podemos hablar de esto después de mi jornada laboral?” 

Marina lo miró fijamente, y con frialdad, dijo: “No te preocupes por tu trabajo, porque una persona con tan poca ética como tú, probablemente no vuelva a trabajar.” 

El rostro del médico se tornó pálido, e intentando mantener la calma, dijo: “¿A qué te refieres? No entiendo de qué estás hablando.” 

Marina le entregó las pruebas de su negligencia. Al ver el informe médico y los envases vacíos de medicamentos, las manos del doctor temblaron notoriamente. “Marina, te receté esos medicamentos basándome en tu estado de salud, no hay forma de que hayan afectado a tu 

bebé.” 

“¿Cómo que no pudieron haber afectado a mi bebé? Mi hija nació con un defecto cardíaco congénito. Y los medicamentos que me recetaste, claramente podrían causar malformaciones. Eres un profesional de la salud, no puedo creer que no lo supieras…” Respondió furiosa. 

La disputa de Marina atrajo la atención de los transeúntes. 

La gente comenzó a murmurar acerca de la falta de moral de ese doctor: “Ese hombre realmente no tiene ética. No merece ser médico.” 

Algunos empezaron a tomar fotos, y ante eso, el doctor se desesperó. 

“Vamos a otro lugar para hablar. Esto está afectando demasiado la imagen del hospital.” Dijo con un tono de súplica. 

Marina respondió fríamente: “¿Acaso pensaste en la reputación del hospital cuando hiciste esto? Si a ti no te importa, ¿Por qué debería importarme a mí?” 

Ella estaba dispuesta a arriesgarlo todo: “Por esta causa, estoy dispuesta a luchar en tu contra durante toda mi vida.” 

El doctor, asustado, finalmente suplicó: “Ven conmigo a un lugar tranquilo, te lo explicaré todo.” 

Marina lo siguió a un lugar apartado, donde el doctor adoptó una actitud de víctima: “Señorita Chávez, fue su padre quien me obligó a hacerlo.” 

Marina, con los ojos temblorosos, preguntó: “¿Tienes pruebas?” 

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I doctor vaciló por un momento, y luego asintió. 

Entrégamelas.” 

Está bien.” 

Marina no supo con qué sentimientos había abandonado el hospital, pero estaba claramente ena de tristeza y furia. La aceptación que tuvo hacia el amor paterno resultó ser el comienzo le su destrucción. 

Cuando llegó a la casa de la familia Chávez llena de determinación, Gabriel, al verla, no pudo 

cultar su desdén. 

¿Qué vienes a hacer aquí?” 

Marina lo confrontó: “¿Por qué lastimaste a mi hija?” 

El nunca esperó que Marina descubriera su pecado tan pronto, por lo que su bebida se deslizó de sus manos, y se deslizó sobre la mesa. 

Mar, cálmate.” El astuto Gabriel comenzó a divagar, “¿Cómo podría dañar a tu hija? Después de odo, es mi nieta, no tengo razón para hacer algo así.” 

Marina dirigió su mirada hacia su hermana, quien disfrutaba de la situación: “Claro que tienes in motivo, si yo no puedo darle a la familia Córdoba un heredero sano, tu preciosa hija tendría a oportunidad de tener un hijo con Isaac.” 

Cynthia saltó: “Marina, ¿Qué estás diciendo? Claramente es tu cuerpo el que no está a la altura, / es incapaz de tener hijos sanos, no entiendo cómo puedes estar culpándonos. Isaac y yo 

somos inocentes.” 

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