Capítulo 320 

Isaac aceptó a regañadientes, y el orgullo de Cynthia se alzó al cielo en un instante. 

Al lograr una victoria tan difícil de conseguir, Fabiola no pudo evitar alentar a su hija: “Mira cuánto te ama Isaac, Cynthia.” 

Entonces, Aurora, a quien nadie amaba, ¿Se convertiría en el bufón? Pero el destino tenía otros planes. 

Cuando Isaac le llevó a Cynthia un collar de diamantes, ella hizo especial énfasis en abrirlo frente a Aurora. Pero al ver la cadena de platino y el colgante de diamantes del tamaño de granos de arroz, Aurora no pudo evitar soltar una carcajada. 

“Querida hermana, tu esposo realmente te adora. Querías un collar de diamantes y él te compró uno. Pero, si hubiera sabido que elegiría ese diseño, mejor te hubiera regalado yo una cadena. Mis diamantes de regalo son más grandes que los tuyos.” 

Cynthia se puso pálida. 

Al volver a su habitación, lanzó el collar sobre Isaac y se sumergió bajo las cobijas, sollozando. 

“¿Así es como me tratas ahora? ¿No viste cómo Aurora casi me escupe en la cara? Solo quería que me ayudaras a mantener la dignidad, y en cambio, me hiciste hacer el ridículo. Isaac, ¿Ya no me amas?” 

“No es que no te ame. Es solo que últimamente he tenido muchos gastos y realmente no puedo darme el lujo de gastar tanto.” Respondió exhausto. 

Cynthia se quedó atónita. 

Finalmente, cuando levantó lentamente la cabeza y vio a Isaac, quien una vez brilló con luz propia, notó que en ese momento, sin su aura de riqueza, parecía una persona ordinaria. 

Ella resopló: “Prometiste nunca dejarme sufrir. Apenas estamos casados y tú ya…” 

Isaac lanzó su celular con fuerza sobre la mesa. Podía soportar la humillación de Aurora porque le debía una disculpa. ¿Pero tenía que soportar también la humillación de Cynthia? ¿Acaso no era su salvador? 

“Para casarme contigo, llegué al punto de ser abandonado por todos. ¿Y ahora tú te quejas de mí? Si crees que soy un obstáculo para tu camino hacia la riqueza, entonces divorciémonos.” 

Cynthia se puso pálida como un fantasma. 

Como no tenía el valor para pedirle el divorcio, se aferró a Isaac, pidiéndole perdón: “Isaac, me equivoqué. No es que quiera competir con mi hermana, es que ella me hizo perder la cabeza, solo quería recuperar un poco de mi dignidad.” 

Lo que mejor sabía hacer era mostrarse vulnerable; una vez que lloraba, Isaac no podía mantenerse firme. 

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18:59 

Capitulo 320 

En la puerta, Aurora, al escuchar la pelea entre la pareja, mostró una sonrisa malévola en su 

rostro. 

En el pasado, dentro de esas paredes, ella e Isaac habían discutido constantemente por Cynthia. En ese momento, su hermana e Isaac estaban en esa situación, y ella se había convertido en la chispa que encendía la luz roja en su matrimonio. 

“Cynthia, todo lo que me has dado, te lo devolveré con creces.” 

Aurora se alejó en silencio. 

Quizás debido a las constantes intrigas de Aurora, la familia Chávez estaba reprimiendo su frustración. Gabriel, cuya salud ya era frágil, finalmente colapsó. 

Una noche, sufrió un ataque de hipertensión que le provocó una crisis cardíaca, dejándolo casi al borde de la muerte. 

Fabiola, en pánico, llamó a Cynthia e Isaac: “Cynthia, tu papá se desmayó. Vamos a llevarlo al hospital rápido.” 

Pero Cynthia se quejó impacientemente: “¿Otra vez enfermo?” 

Fabiola sintió un frío en el corazón, ella y Gabriel nunca la habían despreciado por su frágil salud, ¿Cómo era posible que ella, en un momento tan crucial, despreciara a su padre? 

¿Era correcto que ella la hubiera mimado y amado incondicionalmente? 

Viendo el enfriamiento de su madre, Cynthia cambió rápidamente su expresión impaciente: “Voy a llamar a Aurora. Ella es fuerte y resistente, perfecta para velar por papá esta noche.” 

“Hermana, qué astuta eres, casi puedo ver tus cálculos saltando hacia mí,” dijo Aurora, quien ya había sido despertada por el caos y, en pijama, se apoyaba en la pared disfrutando del espectáculo. 

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