Capítulo 319 

Isaac se estremeció, perdiendo todo color en su rostro. 

La humillación de Aurora lo trajo de vuelta a la realidad. 

Ahora él era el miserable, mientras que ella disfrutaba de una vida de riquezas. La diferencia en sus situaciones lo llenó de un amargo resentimiento. 

Pero fue él quien trató de humillarla, ¿Cómo esperaba que ella se lo dejara pasar? 

“Contratar a una ama de llaves que cocine, cuesta máximo ocho mil al mes. Te ofrezco veinte mil, y de paso me barres, trapeas y lavas la ropa, ¿Qué te parece?” 

Isaac tragó saliva, y luego miró ferozmente a Aurora: “Tú…” 

“¿Qué, acaso desprecias el salario que te ofrezco? Pero Isaac, sin habilidades culinarias profesionales ni experiencia en limpieza, realmente no vales lo que te estoy ofreciendo. Pero, considerando nuestro pasado como marido y mujer, pensé en ayudarte un poco. Si te da vergüenza este trabajo, entonces olvídalo.” 

Y añadió, más cruel aún: “Más adelante, temo que ni siquiera encuentres un trabajo de veinte mil al mes. Cuando vengas a rogarme, no esperes que me apiade de ti.” 

Humillación. Pura y cruda humillación. 

Isaac estaba furioso. Pero había sido él quien la había provocado, no podía culpar a nadie más. Cuando se acabaron los ingredientes en el refrigerador, Aurora ordenó en línea varios alimentos y frutas importadas. Compró frutas exóticas y salmón a precios exorbitantes, destacando aún más lo modesto que había quedado la familia Chávez. 

Cynthia, una joven vanidosa que siempre buscaba competir, se obligó a comprar mariscos de lujo. Pero su cartera se adelgazó visiblemente. 

A Aurora le encantaba verla esforzándose por igualarla. 

Al día siguiente, se compró un bolso de edición limitada, aunque era una imitación. Al llevar montones de prendas lujosas a casa, se adornó como la flor más linda del jardín. 

Notó la envidia en los ojos de Cynthia. Sabiendo que podía provocarla, simplemente siguió comprando. 

Cynthia finalmente no pudo resistir más y decidió contraatacar. Sin embargo, su forma de hacerlo fue mostrarse cariñosa con Isaac. 

Ese día, se acercó a él con coquetería: “Isaac, hace tiempo que no me compras un regalo, ¿Verdad?” 

Ella pensaba que él seguiría complaciendo sus caprichos incondicionalmente como antes. Pero al parecer, no tenía en claro la situación actual; anteriormente, Isaac tenía recursos de 

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Capitulo 319 

sobra, pero en ese momento, estaba juntando dinero para ayudar a su madre, con lo justo en su bolsillo, ¿Cómo podría satisfacer los deseos codiciosos de Cynthia? 

“¿Por qué de repente quieres un regalo?” Preguntó haciéndose el desentendido. 

Cynthia se tensó de vergüenza. 

“Hermana, mi cuñado ahora está más pobre que las ratas, incluso viene a nuestra casa a vivir 

de arriba. Será mejor que tú misma te compres lo que quieras.” Dijo echando más leña al fuego. 

Cynthia la miró con desden, manteniendo su fachada de felicidad: “No soy como tú, tengo un esposo que me mima. ¿Para qué voy a molestarme en hacerlo?” 

Ya que su hermana presumía de tener un esposo que la adoraba, ella se encargaría de que le doliera la cara de tanta falsedad. 

Dirigiéndose a Isaac, dijo con sorna: “Cuñado, mi hermana está delicada de salud, deberías hacer todo lo posible por complacerla. Eres su esposo, deberías amarla con todo lo que tienes.” 

Esa era la frase que Isaac solía decirle a Aurora cuando tenían diferencias. En ese momento, ella se la devolvió, dejándolo probar el amargo sabor de la manipulación moral. 

Isaac, sin salida, le preguntó a Cynthia: “¿Qué quieres?” 

La joven, decidida a superar a su hermana, apretó los dientes y pidió algo costoso: “Quiero un collar de diamantes completo.” 

Un collar de diamantes completo era realmente algo muy lujoso. 

Instantáneamente, convertiría a Aurora con su pretensión de riqueza, en un verdadero payaso.