Capítulo 295
Isaac se retiró del banquete, inicialmente tenía la intención de buscar a Cynthia para consolar su corazón herido. Pero mientras se movía por el complejo arquitectónico de la familia Córdoba, vio a Lucio y a su asistente charlando en el quiosco, y cambió de planes.
El joven se acercó al quiosco en silencio, escondiéndose tras unos arbustos frondosos. En ese momento, escuchó a Lucio decirle a su asistente: “Los invitados de hoy son socios clave vinculados al corazón económico del Grupo Córdoba. Ve y recuérdale a Benito que debe atender bien a los invitados. Esto es para allanar su camino hacia el liderazgo del Grupo Córdoba.”
El asistente respondió: “Presidente, solo enviamos treinta invitaciones. Pero el portero contó treinta y un grupos de invitados. Debe haber alguien que usó dos veces la misma invitación.”
Lucio frunció el ceño: “¿Se sabe algo de mi hijo?”
“No,” dijo el asistente.
“Ve y revisa. Si el extra no es él, déjalo pasar.”
“Entendido.”
Isaac se sintió amargado, su padre se refería cariñosamente a Benito, pero a él lo trataba fríamente, evidenciando una distancia innata.
Además, la conversación estaba llena de precauciones contra él, haciéndole ver la cruda realidad: ya no era parte de la familia Córdoba.
Apenas unos días antes, Lucio había afirmado que Benito solo se haría cargo temporalmente en los asuntos del Grupo Córdoba. Claramente, todo había sido una mentira.
Traicionado por su propio padre, Isaac casi perdió el equilibrio, lo que casi hizo que revelara su presencia.
Después de que el asistente se fue, Isaac salió tambaleándose de entre las flores.
Al verlo, Lucio quedó boquiabierto.
“Isaac, ¿Qué haces aquí?” El hombre parecía nervioso, pero esperanzado de que su hijo no hubiera escuchado su conversación con su asistente.
Isaac se acercó a él, y sus ojos destellaron con una luz temible. “Nunca imaginé que la persona que me traicionaría sería mi propio padre.”
El hombre se quedó pasmado: “¿Escuchaste todo?”
Así que, ya lo sabía todo.
“Isaac, no es mi culpa. ¿Quién te manda a ser tan imprudente y manchar tu reputación? Ya no eres apto para ser el heredero de la familia Córdoba. Pero tranquilo, papá no te abandonará, si tienes problemas económicos, ven a buscarme…
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Capítulo 295
Isaac, con una luz fría de desesperación en sus ojos, dijo: “¿Fui yo quien se arruinó el futuro, o tú tienes un favoritismo hacia tu querido hijo y solo me estás utilizando para pavimentarle el camino?”
Lucio, sintiéndose culpable, bajó la vista sin hablar.
Isaac, soltó una risa amarga.
“Ya que me tratas con tal desdén, no tengo por qué guardarte respeto como a un padre.” Isaac emanaba una aura oscura de destrucción, la cual inquietaba a Lucio.
Aunque él había sido expulsado del núcleo de poder de la familia Córdoba, había ocupado el puesto de presidente del Grupo Córdoba durante tanto tiempo que conocía perfectamente su funcionamiento. Si decidiera sabotear a la compañía, esta enfrentaría serios problemas.
Lucio temía que su otro hijo no pudiera manejar la situación.
“¿Qué pretendes hacer?” Preguntó Lucio.
“¿Qué puedo hacer? Simplemente recuperar lo que es mío.” Dijo temblando.
Lucio rugió con ira: “¿Qué es tuyo? Todo en el Grupo Córdoba pertenece a los ancestros de la familia Córdoba, no tienes nada que sea solo tuyo.”
Isaac sintió un frío inmenso en su corazón.
“Vine a ayudarte desde que me gradué de la universidad, y lo hice por ocho largos años. Bajo mi gestión, el Grupo Córdoba escaló desde el séptimo lugar hasta convertirse en uno de los dos líderes del sector. ¿Y ahora me dices que la compañía no tiene nada que ver conmigo?”
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