Capítulo 291 

Daniela se volteó y vio a Cynthia, pálida y demacrada, de pie frente a ella. Se asustó tanto que casi grita “¡Fantasma!” 

Cynthia se apresuró a presentarse: “Soy la nuera mayor de la familia Córdoba.” Dijo orgullosa de su estatus, lo que hizo que Daniela la viera con nuevos ojos. 

“¿Así que tú eres la señora de la familia Córdoba? Mis disculpas.” 

El ego de Cynthia se infló enormemente. “Señorita Hidalgo, ¿Le gusta Salvador?” 

Daniela estaba claramente angustiada: “Me enamoré de él a primera vista. Pero, lamentablemente, mientras la diosa está disponible, el rey no lo está.” 

Cynthia susurró en su oído: “Tú y Salvador están destinados a estar juntos. Él siempre fue tu príncipe azul. Pero Aurora interrumpió ese destino.” 

La cara de Daniela se llenó de indignación: “Aurora, así que fuiste tú quien interfirió…” 

Cynthia y Daniela disfrutaron tanto de su charla que, cuando Cynthia le pidió prestada su invitación, ella aceptó sin dudarlo. 

“Toma, de todos modos, ya conozco bien a la gente de la familia Córdoba. Puedo entrar sin invitación.” 

Cynthia estaba encantada: “Gracias.” 

El lugar del banquete estaba en el patio al aire libre de la villa de la familia Córdoba. Ya había mucha gente reunida allí. Probablemente todos eran personajes importantes y ricos, lo que hacía que el banquete fuera aún más espléndido. 

Cuando Salvador y Aurora llegaron al patio, él soltó de repente la mano de Aurora que reposaba en su brazo. Ella se quedó confundida por su acción, pero él ya había agarrado su mano, entrelazando sus dedos. 

Aurora se quedó paralizada, ese gesto era demasiado íntimo, más adecuado para parejas. 

“Salva, esto no está bien.” Murmuró ella. 

Salvador, quien aún estaba molesto porque anteriormente ella lo había dejado atrás, dijo: “Si no te sostengo firmemente, ¿Vas a dejarme por lo que diga la primera persona que pase?” 

Aurora, sintiendo que estaba equivocada, no dijo nada más. 

Al ver a Salvador, los ojos de Benito brillaron con sorpresa. Se apresuró a tomar dos copas de buen vino y le ofreció una a Salvador con entusiasmo: “Salva, finalmente te veo.” 

Aurora se sorprendió al ver la cercana relación entre ellos dos. La actitud de ese joven hacia Salvador era de respeto mezclado con admiración. ¿Cuándo habían creado tal lazo? 

“Excelente vino.” Dijo Salvador al probarlo. 

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18:30 

Capitulo 291 

Si Salvador había elogiado el vino, sin duda era de la mejor calidad. Después de todo, él era muy selectivo. 

Aurora se lamió los labios, y su mirada se fijó en la copa de Salvador. Tenía un gran deseo por el alcohol, probablemente porque en una vida pasada, frustrada, a menudo buscaba consuelo en la bebida, lo que la llevó a depender de ella. 

Cuando Benito notó lo que Aurora deseaba. Con una sonrisa comprensiva, dijo: “Parece que a Aurora también le gusta este vino.” Luego tomó otra copa del estante y se la ofreció. 

Ella aceptó con alegría la copa, pero justo cuando estuvo a punto de beber, Salvador se la quitó de las manos. 

“Aurora no bebe alcohol.” Dijo reprendiendo solemnemente a Benito, quien sonrió de manera contenida. 

Aurora vio cómo el regalo que casi tenía en la boca se le escapaba, y se sintió profundamente decepcionada. “Salva, yo puedo beber.” 

“Sé que puedes beber, pero tu cuerpo no puede manejar este tipo de alcohol tan fuerte.” 

Aurora frunció los labios, sintiéndose bastante desilusionada. 

Por otro lado, Salvador alzó su copa con una sonrisa astuta: “Aurora, yo beberé tu parte.” 

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