Capítulo 283
Cynthia, con veneno en su voz, dijo: “Isaac, ¿De verdad crees que tu padre te quitó tu derecho a recibir su herencia porque cometiste un error?”
“¿Si no es eso, entonces qué?” Preguntó con pereza.
“A mi parecer, es obvio que a tu papá le gusta su amante y ha querido apoyarla para que tome el lugar principal desde hace tiempo. Justo cuando te divorciaste, encontró la excusa perfecta en tus pequeños errores para empezar a quitarte poder poco a poco, luego presionó a tu mamá para que se fuera sin nada y después empezó a apoyar a su hijo ilegítimo.”
Isaac mostró una gran sorpresa en sus ojos, asombrado de cómo en las intrigas entre mujeres, la lógica podía ser tan meticulosa y rigurosa.
Viendo que su expresión se suavizaba ligeramente, Cynthia añadió leña al fuego: “Mira, Isaac, no importa lo que haga, mi papá nunca me abandonará, eso es lo normal en el amor de un padre hacia sus hijos. Creo que es posible que tu papá nunca te haya querido…”
Isaac cayó en profundos pensamientos.
Las palabras de Cynthia, fueron como una llave que abrieron la compuerta del profundo mar de su envidia, por lo que se vio envuelto por la ira de haber sido traicionado y abandonado por su padre.
El joven apretó los puños tan fuerte que las venas de su frente sobresalieron.
Después de un rato, soltó sus puños.
“Mi papá siempre ha sido íntegro y justo. Fue mi divorcio con Marina lo que realmente lo
enfureció.”
“Solo espero que no te hayas equivocado en tu confianza. Isaac, no deberías tener intención de hacer daño, pero tampoco es bueno que estés con la guardia baja.”
La mirada de Isaac estaba vacía y entumecida.
Viendo que su estrategia de división había funcionado, Cynthia decidió parar y se fue a dormir tranquila.
…
Al día siguiente, al despertar, Isaac no acompañó a Cynthia al hospital para visitar a Gabriel como solía hacerlo. En cambio, después de arreglarse, condujo su nuevo auto privado hacia el Grupo Córdoba.
El guardia de seguridad, al verlo, se quedó pasmado.
“Señor Córdoba, ¿Cómo es que ha venido?” Preguntó corriendo hacia él, claramente intentando detenerlo.
Isaac lo miró fijamente a los ojos: “¿No puedo subir?” Su voz era helada.
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Capitulo 283
El guardia mostró una expresión de dificultad y lo rechazo cortésmente: “Señor Córdoba, ¿Viene a buscar al presidente? Aún no ha llegado. ¿Quiere esperarlo aquí?”
Isaac, con el rostro pálido de ira, dijo: “¿Qué, acaso ahora necesito la aprobación del presidente para regresar a mi propia empresa?”
El guardia tembló: “No es eso lo que quiero decir…”
“Entonces déjame pasar.” Ordenó.
El guardia no se movió.
“Señor Córdoba, ya no forma parte de la empresa, necesita un pase para entrar y salir. Por favor, no me ponga en esta posición.”
Isaac, quien una vez fue el presidente de la empresa y siempre fue tratado con respeto por los empleados, en ese momento se vio obstaculizado por un simple guardia, lo que hizo que su furia era imaginable.
Justo entonces, Lucio y Benito llegaron juntos.
Los dos charlaban y reían, mostrando una imagen de armonía entre padre e hijo.
Isaac los miró fijamente, apretando los puños hasta que se pusieron blancos.
El guardia los saludó alegremente: “Señores.”
Lucio y Benito levantaron la vista, y al ver a Isaac, se detuvieron sorprendidos.
Tal vez fueron esos ojos de Isaac, llenos de un frío gélido, lo que los hizo sentir el escalofrío con solo una mirada. Lucio no tuvo más remedio que reconocer su presencia.
“Isaac, ¿Qué haces aquí?”
El joven lo miró con los ojos cargados de demasiadas emociones. Pero al final, no dijo nada.
Lucio se sintió un poco incómodo: “Isaac, ¿Últimamente has estado apretado de dinero? Mira, dime cuánto necesitas, y haré que contabilidad te lo transfiera…”
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