Capítulo 228
“Compré su Chronos Élysée“.
El rostro de Cynthia cambió dramáticamente: “¿Chronos Élysée?”
“Sí“.
“Isaac, estamos raspando el fondo del barril, ¿Cómo tienes tanto dinero para gastarlo. comprando ese reloj de bolsillo?” Dijo sin poder ocultar su ansiedad.
Isaac frunció el ceño, molesto por su interrogatorio.
Aurora, entre risas, dijo: “Hermana, eres una ciudadana sin propiedades. Pero tu hombre nació en una cuna de oro, un verdadero capitalista. Lo que tú consideras estar sin dinero probablemente solo signifique que no tiene dinero en su cuenta bancaria. Solo tiene que mover sus propiedades inmóviles un poco, apretar los dientes, reunir unos cuantos millones, y todo será posible“.
Cynthia tembló: “Isaac, ¿Vas a vender la casa y a endeudarte por esa maldita joya?”
La voz de Isaac se enfrió: “No necesitas ocuparte de mis asuntos“.
Cynthia se desplomó en el suelo.
Isaac, sintiéndose muy incómodo, la levantó y dijo con frustración: “No seas tan mezquina, el dinero gastado se puede recuperar.”
Cynthia, proveniente de una familia modesta, no tenía un espíritu de esa magnitud. Solo se sentía inquieta, ansiosa e insegura.
“Isaac, estás en una situación difícil, ¿Cómo puedes esperar un renacimiento?”
“¿No confías en mí?” Preguntó con un tono lleno de ira.
Cynthia no se atrevió a decir nada más.
Aurora disfrutó en silencio de esa escena.
Dos amantes que una vez se apoyaron mutuamente en la vida y la muerte, ahora estaban siendo erosionados por las vicisitudes de la vida, usando sus aristas para herir al otro.
Aurora, aplaudió e ironizó a Isaac: “Señor Córdoba, realmente es un joven adinerado, capaz de dejar ir con tal grandeza, posee un espíritu incomparable al de los demás“.
Su estilo de alabar a uno y despreciar a otro, enfureció a Cynthia.
Isaac, notando la tensión entre las dos hermanas, despidió rápidamente a Aurora: “No te preocupes, reuniré el efectivo para ti lo antes posible“.
Aurora se fue satisfecha.
Isaac puso su villa de lujo en el mercado a toda prisa, una propiedad valorada en setecientos
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Capítulo 228
millones de pesos, la vendió a un precio reducido, bajando cien millones.
Cuando su padre se enteró, se enfureció.
“Ese despilfarrador, ¿Cómo es que cada vez se hunde más?” Preguntó tirando todas las tazas de café al suelo de su escritorio.
Su asistente intentó calmarlo: “Presidente Córdoba, no se enoje. Aunque su hijo mayor se ha perdido en el amor, al menos todavía tiene al señor Benito Córdoba. Hoy firmó un gran contrato con la familia Montalbán“.
“¿La familia Montalbán?” El hombre quedó encantado.
“Bien, bien, bien, gracias a Dios que uno de mis hijos tiene éxito“.
Para proteger los activos de su hijo, Lucio instruyó a su asistente: “Isaac tiene bastantes propiedades inmuebles, no podemos dejar que ese despilfarrador las derroche. Encuentra una manera de detener la venta de la villa de Isaac“.
“Entendido“. Asintió el asistente.
Con Lucio interfiriendo secretamente, el plan de Isaac para vender la casa no fue nada fácil.
Hasta que Salvador apareció.
“He oído que quieres vender tu casa.” Dijo Salvador yendo directamente al grano.
Isaac lo miró, recordando el halcón en el Chronos Élysée, y ya no pudo verlo como el joven ingenuo de antes.
“Señor Nolan, solía llamarme joven adinerado, ¿Como es que cambió de opinión tan rápido?”
Isaac no estaba dispuesto a indulgir su orgullo, por lo que dijo: “Solo soy realista“.
Isaac, con una expresión grave, preguntó: “¿A qué has venido?”
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