Capítulo 209
Después de aquel susto, la ya de por sí frágil salud de Cynthia volvió a deteriorarse. Al regresar al hospital, comenzó a tener fiebre, pero su deuda por los gastos médicos pendientes hizo que el trato de los doctores hacia ella ya no fuera tan respetuoso como días atrás.
Cynthia, vulnerable y sensible, no pudo hacer más que llorar sin consuelo en el hospital.
Sin encontrar ayuda en ningún lado, en un momento de desesperación, le mandó un mensaje a Aurora: “Acepto tu apuesta.”
Al leer el mensaje, una sonrisa de triunfo se dibujó en el bellísimo rostro de Aurora.
“Isaac, Cynthia… su final está cerca.”
Cuando Isaac terminó de grabar el tercer episodio del programa, recibió una llamada del hospital. El doctor le informó que Cynthia estaba en estado crítico y, con un tono algo severo, le reprochó: “Señor Córdoba, la deuda por los gastos médicos de su esposa se ha prolongado demasiado. Usted no es alguien que carezca de recursos, por favor, salde la cuenta a la brevedad para que podamos continuar con el tratamiento necesario.”
Isaac nunca antes había sido tratado como si fuera un hombre pobre, por lo que del doctor lo hicieron ruborizar de la vergüenza.
las palabras
“Lo siento, he estado muy ocupado con el trabajo y se me pasó.” El joven se disculpó, agotado.
El doctor continuó reprendiéndolo: “Señor Córdoba, entiendo que esté ocupado, pero usted es un familiar directo de la paciente. Tiene una responsabilidad con ella. Últimamente, ha estado muy inestable emocionalmente y hasta ha intentado dejar el hospital en secreto, lo que ha empeorado su condición. Espero que tomen esto en serio y no terminen culpando al hospital por negligencias que no son nuestras.”
Isaac llegó al hospital, arrastrando su cansancio.
Habían pasado casi veinte días desde la última vez que había visto a Cynthia, y al reencontrarla, apenas pudo reconocerla; estaba demacrada hasta el extremo. Su cuerpo delgado como un esqueleto, su rostro, antes atractivo, ahora tenía los pómulos hundidos y la piel amarillenta y áspera, parecía más bien una mujer de cuarenta años.
Isaac se quedó paralizado, con la mente en blanco por un momento. ¿Lo que sentía por Cynthia era compasión, pena, o repulsión?
Al verlo, Cynthia rompió a llorar. “Isaac, finalmente has vuelto.”
Su llamado lleno de amor despertó de golpe el cariño que Isaac sentía por ella. Dejando sus pertenencias, corrió hacia ella y tomó sus manos con un sentimiento de culpa abrumadora: “Cynthia, ¿Qué te ha pasado?”
A través de sus lágrimas, ella reveló su ira: “Todo es culpa de Aurora. Ella se puso en contra mi papá y lo envió a la cárcel. Desde que él desapareció, nadie más se ha preocupado por mí. Isaac, tienes que hacer justicia por mí.”
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Capítulo 209
Isaac siempre había amado a Cynthia, por lo que verla tan desconsolada le provocó un odio inmediato hacia Aurora.
“No te preocupes, Cynthia. Encontraré la manera de sacar a tu papa de la cárcel.” Isaac trató de calmarla.
Pero Cynthia, desesperada, negó con la cabeza: “Es inútil, Isaac. No te gastes. Aurora tiene el respaldo de Salvador, y tú ahora eres el descarte de la familia Córdoba, no puedes contra él.”
Cuando alguien decía que no era capaz de hacer algo, Isaac se irritaba fácilmente, por lo que enfurecido, respondió: “¿Y qué si es Salvador? Cuando yo me movía en las calles, él todavía estaba en pañales.”
El brillo en los ojos de Cynthia se intensificó: “Pero Isaac, los mayores de la familia Córdoba no te permitirán enfrentarte a su socio comercial. Si te opones a Salvador, los ancianos de la familia Córdoba te despojarán de tus derechos en el Grupo Córdoba.”
La preocupación y sensatez de Cynthia desataron por completo el instinto protector de Isaac. Acariciando su cabeza, dijo entre dientes: “Si yo, Isaac, no puedo siquiera proteger a mi propia esposa, ¿De qué me sirve tener poder en el Grupo Córdoba?”
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