Capítulo 297
Ricardo recordaba todos lo momentos que vivió con Ofelia.
De repente, se dio cuenta de algo impactante…
Lo único que podía recordar era lo mucho que Ofelia había dado de su parte y las cosas que lo
conmovían de ella.
Pero lo que él había hecho, siempre se basaba en aprovecharse del amor que Ofelia sentía por
él…
La había herido sin piedad, una y otra vez.
Ricardo se sirvió un vaso lleno de vino hasta el borde y lo bebió de un trago.
David se acercó a Ricardo y le preguntó: “¿Estás pensando en algo?”
“Quedan cosas pendientes en la empresa.” Ricardo, temiendo que al hablar sus amigos se dieran cuenta de lo despreciable que era como hombre, buscó una excusa para marcharse de manera apresurada.
David siguió con la mirada la figura de Ricardo mientras se alejaba.
Los otros amigos se acercaron y preguntaron: “¿Qué le pasa?”
“Supongo que de repente se dio cuenta de que en los seis años que han estado juntos, nunca ha tratado bien a Ofelia ni un solo día,” respondió David sin mostrar ninguna emoción en su
mirada.
Ofelia, en cambio, siempre había sido paciente y tolerante con Ricardo.
Sin importar lo que Reste hiciera, ella lo perdonaba incondicionalmente.
Lo triste era que Ricardo no supo apreciarlo.
Los amigos incrédulos preguntaron: “¿En serio? Después de todo lo que ha hecho, ¿Ofelia aún pudo soportarlo tanto tiempo?”
David, pensativo, dijo: “Quizás eso es el amor.”
Los amigos asintieron: “¡Es posible!”
Ricardo, como si estuviera huyendo, regresó a la empresa y se sentó frente a su escritorio, con las manos cruzadas apoyando su barbilla.
Reflexionaba con seriedad sobre por qué, si le gustaba Ofelia, se negaba a tratarla bien.
Repasando los eventos pasados, Ricardo creyó entender el porqué de sus acciones.
Al principio, cuando ella lo dejó todo para ir a su ciudad, aunque él se sintió conmovido…
02-11 G
En su corazón aún estaba Amparo; esperaba que Amparo regresara para reconciliarse con ella. Pero no tuvo el valor de rechazar a Ofelia.
Así que esperaba que, al ser cruel con Ofelia, ella decidiera dejarlo por su cuenta.
Lo desafortunado fue que Ofelia nunca había experimentado el amor y no sabía cómo debía era una relación normal. Al verlo enojado o actuar contra ella…
Simplemente pensaba que no eran tan compatibles y que necesitaban adaptarse, buscando torpemente la raíz del conflicto.
Si pensaba que el problema era de ella, hacía todo lo posible por cambiarlo.
La Ofelia de aquel momento era inocente y apasionada, como un pequeño sol.
Probablemente, él ya la amaba desde que comenzaron a convivir.
Así
que, al enterarse de que Amparo se había casado, finalmente aceptó casarse con Ofelia.
Había conseguido estar con la mujer que realmente amaba.
En teoría, debería haber llevado una buena y feliz vida con Ofelia…
Pero lamentablemente, la idea de esperar a Amparo ya estaba tan arraigada en él que se convirtió en una costumbre imposible de romper.
Al estar con Ofelia, siempre sentía que estaba traicionando su promesa a Amparo.
Así
que solo podía demostrar su amor por Amparo a través de lastimar a Ofelia…
Esta, con su carácter bondadoso, siempre lo soportaba en silencio.
Él simplemente asumía que, no importaba cuánto daño le hiciera, Ofelia nunca lo dejaría.
Pero parecía que olvidó algo muy importante…
Ofelia también tenía corazón.
¡Ella también sentía dolor!
El corazón de Ricardo se sentía como si alguien lo apretara con fuerza, el dolor era tan intenso que casi no podía respirar.
Y a lo largo de todo este tiempo, Ofelia había sido sincera con él.
Era él…
El que no supo valorar lo que tenía.
Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos sin control…
Ricardo se cubrió el rostro con las manos.
Había cometido un error.
02-11 0
Capitulo 297
Un error al darse cuenta demasiado tarde de lo que realmente sentía.