Capítulo 200
Gabriel le lanzó una mirada de incredulidad, perdiendo todo el control: “Si tu hermana no estuviera enferma, jamás habría permitido que vinieras a este mundo. Naciste como un accesorio para ella, esa es la razón de tu existencia. Haber tenido la oportunidad de darle a tu hermana sangre de cordón umbilical o un riñón, debería ser un honor para ti.”
Aurora se dio cuenta de que no había forma de razonar con ese hombre.
Así que optó por callarse y ahorrar energías.
La policía llegó rápidamente: “¿Qué sucede aquí?”
“Este hombre irrumpió en nuestra casa y además hirió a alguien con un arma blanca.” Dijo
Valeria
Gabriel, señalando a su hija y lleno de indignación, contestó: “Eso es una mentira. Oficial, ella es mi hija. ¿Cómo es posible que sea una intrusión si vengo a la casa de mi hija?”
El oficial miró la herida de Salvador y lo cuestionó: “¿Tú hiciste esto?”
Gabriel, con una mirada esquiva, respondió: “No fue mi intención herir a nadie. Fue un
accidente, causado por el enojo que me provocó mi hija…”
Aurora intervino con frialdad: “Oficial, este hombre no significa nada para mí. Invadió mi hogar
e intentó agredir a Valeria. Salvador resultó herido al intentar salvarla.”
Al escuchar eso, todos se quedaron boquiabiertos.
Gabriel, desesperado, exclamó: “¡Marina, soy tu padre…! ¿Cómo puedes mentir así?”
“No me reconozcas. No te conozco.”
El hombre, entre risas de desdén, dijo: “Ja, ja, ¿Crees que ese papel de renuncia tiene algún valor legal? Déjame aclararte algo, nuestra relación de padre e hija no cambia. Eres mi hija, eso
no cambiará.”
Aurora tembló de desesperación.
El oficial indicó: “Todos deben venir a la estación para dar su declaración.”
Aurora, no queriendo implicar a Salvador, suplicó: “Oficial, él está herido y necesita atención médica urgente. Valeria y yo iremos con ustedes a la estación.”
El oficial, mostrando comprensión, aceptó.
Al salir, Salvador le susurró a Aurora: “No tengas miedo, pronto saldrán de esto.”
En la estación de policía, Gabriel, Aurora y Valeria dieron sus declaraciones por separado.
Gabriel detalló la relación padre–hija con Aurora y cómo, en un arrebato de pasión, hirió accidentalmente a Salvador.
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Capitulo 200
Sin embargo, Aurora y Valeria afirmaron unánimemente que Gabriel intentó agredir a Valeria y lastimó a Salvador, el rescatista. Sus relatos coincidían sorprendentemente.
Esa misma noche, las víctimas, Aurora y Valeria, fueron liberadas. Pero Gabriel, sospechoso de intento de agresión y asalto, quedó detenido.
Al enterarse, el hombre colapsó, gritando: “Soy inocente.”
“Marina, ¿Cómo puedes hacerme esto? Soy tu padre. ¿De qué está hecho tu corazón? ¿Cómo eres capaz de cometer tal atrocidad?”
Exhausto, se derrumbó bajo la ventana de la celda, meciéndose con las manos en la cabeza, sin poder dejar de recordar la dulzura de Marina cuando era niña.
“Papá, te extraño. ¿Puedes llevarme a casa?”
“Mar, tu hermana está enferma, y cuidarla solo a mí ya me résulta difícil. Mejor quédate con tu
mamá.”
“Papá, yo también quiero estudiar…”
“El destino de cada persona está marcado por el cielo. Si tu madre no puede costear tus estudios, ese es tu destino. Acepta tu suerte.”