Capítulo 165
Salvador le extendió directamente a Florentino el portafolio de Aurora: “Este es el diseño en el que Aurora estuvo trabajando durante tres meses. Por favor, échale un vistazo.”
Al hablar sin preámbulos y sin declarar sus intenciones, Isaac y Federico sintieron una
amenaza como nunca antes.
Federico, quien nunca podía mantener la calma, empezó a alzar la voz: “¿Qué te pasa, Salvador? ¿Primero nos robas la tienda más exitosa y ahora también quieres arrebatarnos al equipo de producción? ¿Qué tan oscuro es tu corazón?”
Florentino ignoró por completo las discusiones de los jóvenes. Para ese magnate que había dominado el mundo de los negocios, la habilidad era mucho más importante que los lazos
familiares.
Florentino tomó el portafolio, se puso sus lentes para ver el contenido y lo examinó
detenidamente.
Federico se mostró preocupado.
Isaac se mantuvo más o menos calmado: “Marina, ¿Cómo esperas que tu trabajo llame la atención de Florentino? Deja de hacer el ridículo.”
Federico se quedó asombrado: “Isaac, ¿cómo la llamaste? ¿Marina? ¿Cómo podría ser ella Marina?”
Aurora, al ser expuesta públicamente, no pudo evitar sentirse vulnerable. De inmediato, sintió un sudor frío en las palmas de sus manos.
Salvador la observó con ternura, pensando en lo frágil y sensible que era esa chica, que había tenido el coraje de buscar venganza contra el joven rico. ¿Cuánta injusticia y dolor había tenido que soportar?
Él sintió una profunda compasión por ella.
Salvador miró a Aurora con devoción: “Lo siento, parece que te has confundido de persona. Esta es mi novia, su nombre es Aurora. No es tu exesposa, esa chica ingenua y dulce.”
Isaac se quedó boquiabierto: “¿Ella… es tu novia?”
“¿Por qué crees que la ayudaría tanto? Porque ella es de los nuestros,” dijo Salvador.
Isaac examinó a la joven frente a él con detenimiento, estaba seguro de que ella era Marina. Pero no podía entender cómo había pasado de ser su exesposa a la novia de Salvador.
Florentino estaba completamente absorto en el portafolio de Aurora, si no fuera porque había vivido innumerables experiencias y aprendido a no mostrar sus emociones, se habría quedado boquiabierto al ver los diseños.
“Isaac, ¿Cómo la llamaste hace un momento?” Florentino, que parecía tener un largo camino para procesar las cosas, finalmente reaccionó después de ver los diseños.
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Capitulo 165
Isaac miró a Aurora y con convicción, dijo: “La señorita que tienes delante es mi exesposa, Marina Chávez. Nunca fue a la universidad. No tiene una educación formal en diseño de moda. No tiene las credenciales para colaborar con el equipo de producción de élite de la familia Nolan.”
Su tono estaba lleno de arrogancia. Al escuchar eso, Florentino entrecerró los ojos.
Había oído hablar de la leyenda de Marina: una mendiga que Isaac había llevado a casa, criada específicamente para ser donante de órganos para su amor verdadero. Aunque Isaac se casó con ella por responsabilidad, ella solo vivía de la compasión y la simpatía de la gente de la Ciudad de México.
Una criatura tan insignificante, ¿Cómo podría haber diseñado algo tan deslumbrante? Ya sea por su habilidad para dibujar, su concepto de diseño único o su amplio conocimiento profesional, cada aspecto revelaba su talento excepcional.
La asombrosa Aurora, ¿Cómo podría ser la mediocre Marina?
Florentino cerró el portafolio, el cual de repente se sintió muy pesado en sus manos. No quería que cayera en manos de ninguna otra compañía competidora.
“Salva, al recomendarme a Aurora, debes tener tus razones, ¿Verdad?” Florentino, conocido por su astucia y sagacidad, ya había evaluado las pérdidas y ganancias.
En lugar de favorecer a Isaac y obtener una sustanciosa comisión, preferiría favorecer a su propio nieto. Solo quedaba ver si Salvador tenía la ambición suficiente para robarle la presa de la boca al joven rico.
En este momento, el anciano estaba poniendo a prueba la actitud de Salvador.
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