Capítulo 158
Aurora levantó de repente la cara de Salvador, y examinándolo detenidamente, dijo: “Eres muy atractivo, seguro heredaste la belleza sin igual de tu mamá, ¿No? Tu abuelita también debe adorarte, ¿Verdad? ¿Qué tal si representas a la empresa ‘Sueño de la Atlántida‘ en las negociaciones con la familia Montalbán?”
Salvador sonrió con un encanto irresistible: “Haría cualquier cosa por ti, menos eso.”
“¿Y eso por qué?” Preguntó confundida.
Con un brillo astuto en sus ojos, Salvador respondió: “Aurora, si yo me presento, entonces todos sabrán que soy el hombre que está detrás tuyo.”
Aurora frunció el ceño, algo en la manera de expresarse de Salvador le pareció extraño, pero al analizarlo palabra por palabra, no pudo encontrar el problema.
“Claro, claro. Fue un error de mi parte. Eres el gran jefe de la empresa, este tipo de reuniones menores ni siquiera te corresponden.”
Al final, Aurora decidió tomar cartas en el asunto personalmente y visitar al anciano de la familia Montalbán.
Una mañana del fin de semana, Salvador, rompiendo con la rutina, volvió a la casa de la familia Montalbán, generándole una alegría inmensa a Begoña Sánchez, quien rápidamente instruyó al cocinero: “Hoy mi precioso nieto ha vuelto, přepárenme varios tenedores extra. Necesito nutrirlo bien.”
También le pidió al mayordomo: “Llama a mi esposo, dile que Salva ha vuelto a casa. Que venga rápido.”
Desde que entró a la casa, la abuela de Salvador no soltó su mano, como temiendo que se escapara. Llevándolo al sofá, le dijo: “Salva, no nos visitas seguido, quédate a charlar con tu abuela.”
“Abuelita, tranquila, hoy no tengo prisa, podemos platicar todo lo que quieras.” Comentó con
una sonrisa.
Las cosas fuera de lo común siempre tienen una razón.
La anciana lo miró fijamente, preguntando: “Algo malo traes en mente, ¿Verdad?”
Salvador, haciéndose el inocente, dijo: “Solo extrañaba mucho a mis abuelos, no puedo ni comer de la nostalgia, ¿Cómo es que vengo a visitarlos para que me reciban con sospechas?”
La abuela no pudo evitar sonreír ampliamente.
“Siempre fuiste retraído, poco dado a socializar. Nos preocupaba que fueras autista. Tu mamá incluso decía que, si no encontrabas a alguien especial, difícilmente cambiarías.”
Al llegar a ese punto, su semblante se entristeció.
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Capitulo 158
“Tu mamá también era inalcanzable. Muchos chicos le hablaban y ella no les hacía caso. Solo tu despiadado padre logró engañarla…”
Salvador tomó la mano de su abuela en silencio: “Abuela, estoy seguro de que tendré mejor suerte que mi mamá.”
La anciana, conteniendo la tristeza, forzó una sonrisa.
“Salva, la última vez que te vio, tu abuelo mencionó que te habías vuelto mucho más sociable. Dime la verdad, ¿Estás enamorado?”
“Abuela, si hubiera alguien especial, serías la primera en conocerla.”
“Eso espero. Después de todo, he visto más del mundo de lo que tú has caminado. Puedo ver a través de las intenciones de esas chicas hacia ti.” Dijo la anciana con una sonrisa.
Salvador solo sonrió. En ese momento, el mayordomo llegó con una invitación.
“Señora, una joven llamada Aurora ha enviado esta tarjeta de visita.”
Montserrat Valdés murmuró: “¿Aurora?”
Luego, hizo un gesto de desinterés: “Es raro que tenga tiempo de charlar con mi nieto, así que no recibiré visitas.”
Sin embargo, Salvador intercedió: “Abuela, siento una conexión especial con el nombre de Aurora, ¿Por qué no la dejamos pasar?”
Montserrat, sorprendida, accedió: “¿Desde cuándo eres tan sentimental? Bueno, si mi querido nieto quiere verla, que así sea.”
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