Capítulo 264
Regresando a la oficina, me puse a trabajar con seriedad.
Camilo salió del despacho y se dirigió a un rincón desocupado para llamar a Isabel.
Isabel preguntó: “¿Qué pasa? ¿Necesitas algo de mí?”
La voz de Camilo era aterradoramente fría: “¿No te recordé hace unos días que no contactaras a Ofelia si no era necesario?”
“Parece que no aprendes.”
“¿Tengo que cortar completamente el apoyo económico a toda la familia para que te des por vencida?”
Con cada frase, Camilo sonaba cada vez más indiferente.
“¡Soy tu madre!” Isabel gritó con una voz aguda: “¿Acaso no puedo expresar mi descontento con Ofelia como tu esposa?”
Ella lo decía como si fuera su derecho.
Sin embargo, Camilo no aceptaba sus manipulaciones: “¡No, no puedes!”
Isabel casi se ahoga con esas palabras, pero sabía que Camilo cumpliría su amenaza: “Además, no tienes ningún derecho de cortar nuestro sustento.”
“No olvides, Camilo, que la empresa que diriges nos fue entregada a nosotros.”
“Estás disfrutando de los frutos de nuestro trabajo, ¿y no quieres mantenernos?”
“¿Desde cuándo eso es justo?”
Camilo soltó una carcajada fría: “Mamá, parece que la edad te ha afectado la memoria.”
“¿Necesitas que te lo recuerde de nuevo?”
“Al principio, entregaron la empresa a mi hermano para que la heredara.”
“Después de su muerte, la pasaron a mi hermana.”
Camilo, siempre competente, nunca le había importado eso: “Desde el principio, la empresa nunca fue mía.”
Habló más despacio y de forma intencionada: “Dado que dices que quien herede la empresa debería mantenerlos, entonces deberían pedirle ese dinero a mi hermana.”
“Espero que ella pueda proporcionarles una vida decente.”
Después de decir esto, Camilo colgó directamente la llamada.
“¡Camilo!” Isabel también se dio cuenta de lo absurdo de sus palabras después de escucharlo:
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Capítulo 264
“Todavía tengo cosas que decirte…”
Escuchando el tono de desconexión del otro lado.
El rostro de Isabel se volvió especialmente feo.
¡Este Camilo, por una mujer, estaba dispuesto a abandonar a su propia familia!
Camilo no se apresuró a volver a la oficina, sino que fue a buscar a su secretario y le dijo de manera simple y directa: “Desde este mes, corta el apoyo económico mensual fijo a Isabel y los demás.”
El secretario sabía que la familia Heredia, un año tras otro, no solo no ayudaba al Sr. Heredia, sino que siempre buscaba problemas.
Que Camilo se impacientara con ellos era comprensible.
El secretario respondió: “Entendido.”
Al ver que Camilo no tenía intención de seguir hablando, tomó la iniciativa de informar: “Después de un día entero de ventas, sumando todas las plataformas, se vendieron un total de cinco mil muñecas.”
Camilo calculó aproximadamente que Ofelia podría recibir más de cinco mil dólares.
El secretario continuó: “Enviarle su parte todos los días me parece demasiado frecuente y complicado para llevar las cuentas.”
“Por lo tanto, mi plan es hacerlo por mes.”
“El próximo mes, calcularé las ventas de este mes y cuánto le corresponde…”
“Y luego transferirlo todo a su cuenta de una vez, ¿qué te parece?”
Por supuesto, Camilo no tenía ninguna objeción: “Hazlo como dices.”
Con el permiso de su jefe, el secretario continuó: “Después de que el departamento de recursos humanos publicara el anuncio de trabajo, muchas personas estaban interesadas en aplicar para nuestra compañía.”
“Las personas que vinieron me parecieron adecuadas, y como necesitamos más personal en el área de cómics, decidí contratarlas a todas.”
“Algunas, para demostrar su capacidad, incluso hicieron algunos bocetos de merchandising por su cuenta.”
El secretario se acercó a su escritorio y le mostró a Camilo los trabajos de algunos candidatos.
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