Capítulo 131
“¿Qué quieres decir? ¿No fue porque acababas de someterte a una cirugía de donación de riñón y tu salud estaba mal, que te viste forzada a abortar?”
Una sonrisa siniestra y oscura se deslizó en el rostro de Marina: “Realmente eres demasiado ingenio.”
Isaac, con la mirada fijada en ella, se mostró atónito.
“Isaac, la verdadera razón es que… era tu hija. Despreciaba que llevara tu sangre sucia, temía que sus genes heredaran tu maldad… y temía más que, por ella, nunca pudiera deshacerme de ti, eres una porquería“.
Isaac solo sintió un frío escalofrío recorriéndole la espalda, el rechazo de Marina destrozó todas sus ilusiones. Con su voz temblando inconteniblemente, dijo: “Marina, ¿Así que me odias desde hace mucho tiempo?”
“Si no fueras tan arrogante, deberías saber que no me queda ni un ápice de amor hacia ti“.
Isaac se quedó sin aire. Su cerebro, falto de oxígeno, tardó en reaccionar.
“Marina… solo te pedí un riñón. Y fue una donación voluntaria. No puedes culparme por eso“.
“Isaac, no te culpo, me culpo a mí misma. Por ser tan ciega y no ver tu verdadero rostro detrás de este matrimonio engañoso“. Respondió con desdén.
Esa palabra “engaño” trituró todo el orgullo de Isaac contra el suelo. ¿Así de despreciable era él en su corazón?
Él se apresuró a explicar: “Marina, realmente me malinterpretaste. Cuando nos casamos, lo hice de corazón, y mientras no pidas el divorcio, siempre serás mi esposa… mi promesa es
eterna“.
“¿Tu esposa?” Marina soltó una carcajada, “Soy el chiste más grande de Ciudad de México. Tengo el título de la joven señora Córdoba, pero sin lujos ni amor, ni siquiera puedo compartir la cama contigo. Y si necesito dinero para algo, tengo que pedirle permiso a tu asistente. Isaac, ¿Realmente me consideras tu esposa?”
El rostro de Isaac palideció aún más.
“Mar, fui negligente. Te daré una tarjeta bancaria, un presupuesto mensual para que no tengas que pedirle dinero a mi asistente…”
“Isaac, es demasiado tarde.” Marina hizo una pausa, y luego dijo con mayor dureza, “Sabes, ser perseguido por alguien que no te ama es sumamente irritante“.
Isaac sintió como si le hubieran succionado toda la energía, pero aun así, dijo con determinación: “Marina, no quiero que nos divorciemos. Estoy dispuesto a compensarte…”
Las lágrimas de sangre brillaron en los ojos de Marina: “Isaac, haré que me ruegues por el
divorcio“.
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Capitulo 131
Finalmente, colgó el teléfono.
Qué iluso, Isaac era su enemigo. ¿Cómo podría ella aceptar volver con él y ayudarlo a que su compañía saliera de la crisis?
Una sonrisa malvada y fascinante se dibujó en el rostro de Marina.
Luego, abrió su computadora, subió la historia de su divorcio con Isaac a Instagram, combinando videos y fotos, escribió debajo de la imagen: “Un matrimonio podrido, que debería haber terminado hace tiempo…”
Tras unos momentos de silencio, publicó el post.
Luego cerró su celular, se acostó en la cama, y durmió plácidamente.
En la familia Córdoba, Isaac, contra todo pronóstico, sufrió de insomnio toda la noche, quedándose dormido bien entrada la tarde. Inesperadamente, fue despertado con una bofetada.
Al abrir los ojos, vio a su familia reunida alrededor de su cama, todos con expresiones graves.
“¿Qué hacen aquí?” Preguntó frunciendo el ceño, confundido.
“Ay, Isaac, ¿Cómo puedes seguir durmiendo? ¿No sabes que el Cielo se está cayendo afuera?” Su madre parecía aterrada.
“¿Qué ha pasado?” Isaac percibió un presagio ominoso en el pánico de Penélope.
Con voz temblorosa, su hermana dijo: “Hermano, deberías ver cuáles son las tendencias del
día.”