Capitulo 109
Salvador con su irónica despreocupación, logró encender el ardor combativo de Isaac, quien avanzo decidido ¿Cómo que no seguiré? Una nimiedad de cien millones, yo, Isaac, puedo cubrirlo con facilidad.”
Isaac elevó la oferta: ‘Cien millones y diez mil.”
Con una sonrisa astuta, Salvador se dirigió directamente al presentador: ‘Ofrezco doscientos millones.‘
Isaac se quedó atónito.
“Renuncio a seguir ofertando.” Dijo desalentado, mientras se sentaba.
Marina se quedó algo sorprendida, ya que en su vida anterior, Isaac, provocado por la táctica de Salvador, había seguido subiendo la oferta hasta que, al llegar a quinientos millones, Salvador de repente dejó de competir.
Aunque Isaac consiguió el Chronos Élysée, esa suma de dinero en efectivo, prácticamente vació todos sus activos líquidos. Así, cuando Salvador luchó por su proyecto más tarde, la falta de flujo de efectivo lo dejó vulnerable bajo la lanza y el cuchillo de Isaac.
El edificio del Grupo Córdoba se derrumbó, arrasado en su totalidad.
Su esplendor fue tan efímero como una flor de un día.
Pero, ¿Por qué en esta vida el resultado fue al revés?
Salvador, ofreció de repente varias veces el precio inicial con pasión, mientras que Isaac detuvo sensatamente su oferta.
Marina observó a Salvador con un gesto de dolor en el rostro…
El Chronos Élysée era ciertamente importante, pero gastar esa suma de dinero para adquirirlo no parecía una jugada sabia de Salvador.
Ella tampoco entendía por qué él estaba tan obsesionado con el Chronos Élysée.
La joven cayó en profunda reflexión. Cuando Salvador subió al escenario para recibir el Chronos Élysée, una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.
El joven amo de los Nolan, sin embargo, estaba muy insatisfecho con su derroche de dinero, y con un tono sarcástico le reprochó: “Salva, gastaste demasiado en esa baratija, ¿No crees que el abuelo se desmayaría de la indignación si lo supiera?”
“Estoy usando la herencia de mi madre, ¿Tienes algún problema con eso?” Dijo Salvador mirándolo fríamente.
Federico se quedó sin palabras. Todos sabían que la madre de Salvador era la heredera directa de la familia Montalbán, una mujer joven y talentosa que, aunque falleció prematuramente, había acumulado una gran fortuna antes de morir. Tras su muerte, su herencia de decenas de
Capítulo 109
miles de millones pasó íntegramente a su hijo.
Esa herencia también hizo que Salvador, desde muy joven, se convirtiera en blanco de muchas envidias. Después de todo, había muchos que podrían repartirse la herencia tras su fallecimiento.
El padre biológico de Salvador y su medio hermano, fruto del segundo matrimonio de su padre, serían los mayores beneficiarios. Los tíos, tías, primos y primas de la familia Montalbán también tendrían su parte. Naturalmente, cómo Salvador manejaba ese patrimonio atraía mucha atención.
El señor Nolan, con un brillo de descontento en sus ojos, dijo: “Por un simple candado, despilfarraste doscientos millones. Si tu madre supiera cómo estás malgastando su herencia, probablemente se estaría revolcando en su tumba.”
Salvador lo miró con frialdad: “Federico, mis asuntos no son de tu incumbencia.”
El hombre se dio cuenta de que había ido demasiado lejos y cerró la boca, resignado.
Tras la subasta, Cynthia salió con el rostro sombrío y los ojos rojos de tanto llorar. Por otro lado, Marina también parecía preocupada.
Isaac, viendo el desánimo de ambas, se acercó a Cynthia para consolarla: “Si tanto te gusta este candado, más adelante encontraré una manera de obtenerlo. No te desanimes.”
Al escuchar la promesa de Isaac, Cynthia se iluminó con una sonrisa.
“Isaac, tienes que conseguirlo.”
Marina observó a esas dos personas sin expresión alguna. La desolación de Cynthia tenía el consuelo de Isaac; pero su propio desconsuelo, permanecía invisible para todos.
Nadie supo cuándo Salvador salió, pero se detuvo firme frente a Marina. Aunque era joven, era bastante alto, y su figura esbelta se erguía frente a ella, haciéndole difícil incluso querer ignorarlo.
17.10