Capítulo 84 

“Te sugiero que te conformes con la oferta,” la voz de Salvador cortó el aire como hielo. “De lo contrario, me veré obligado a presentar cargos por todo lo que has hecho.” 

El rostro de Fabiola palideció, pero antes de que pudiera articular una respuesta, Salvador dio un paso amenazador hacia ella. “Y te advierto: si vuelves a acercarte a Mar, te garantizo que pasarás el resto de tu vida tras las rejas.” 

“¿Quién te crees que eres?” La pregunta de Fabiola salió temblorosa, traicionando su aparente valentía. 

“Mi identidad no es algo que necesites saber,” respondió Salvador con frialdad glacial. “Espera el cheque en los próximos días.” 

Dicho esto, Salvador se llevó a Marina. 

Fabiola miró la espalda de Salvador, con una mezcla de pánico y resentimiento en sus ojos. 

Fabiola se dirigió directamente al Grupo Córdoba. 

La recepción del Grupo Córdoba brillaba con su habitual elegancia cuando Fabiola atravesó las puertas principales. El asistente la condujo hasta la oficina de Isaac, quien no pudo ocultar su desprecio al verla. 

“¿Qué haces aquí?” La pregunta sonó como un látigo. 

Fabiola retorció sus manos nerviosamente. “Yerno, tengo información… importante.” 

Con un gesto seco, Isaac despidió al asistente, quien cerró la puerta discretamente tras de sí. 

“Al grano,” espetó Isaac, su impaciencia palpable en cada sílaba. 

“Cynthia vino a verme,” Fabiola soltó el nombre como un anzuelo, sabiendo que captaría la atención de Isaac. No se equivocó; su yerno alzó la mirada, súbitamente interesado. 

“He oído que las cosas no van bien con Marina,” continuó ella, estudiando su reacción. 

Isaac frunció el ceño, nunca había considerado a Marina importante, por lo tanto, no entendía cómo un pequeño desacuerdo entre ellos podría causar un escándalo con Cynthia y Fabiola. 

“Ella solo está haciendo un berrinche.” Dijo él, despreocupadamente. 

La sonrisa de Fabiola se tornó condescendiente. “Conozco a mi hija mejor que nadie. Su temperamento siempre ha sido dulce y dócil. Si está molesta contigo, es porque la has empujado demasiado lejos.” 

“No la amas ni la conoces,” respondió Isaac con desdén. 

Para él, Marina era como cualquier otra mujer caprichosa, jugando al tira y afloja para conseguir su atención. 

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22:38 A 

Capitulo 84 

-ástima que él no caería en eso. 

Fabiola dejó caer la bomba: “Entonces supongo que no sabes que te está siendo infiel.” 

El silencio cayó como una losa en la oficina. Isaac se quedó paralizado, sus ojos fijos en Fabiola. 

‘¿Qué dijiste?” 

‘Me oíste bien. La vi hoy mismo con otro hombre,” Fabiola presionó, saboreando el momento. ‘Deberías haber visto cómo la trataba, con tanto cariño… incluso me enfrentó para defenderla.” Isaac negó con la cabeza, aunque una semilla de duda comenzaba a germinar en su mente. ‘Imposible. Marina podrá tener sus defectos, pero jamás…” 

“Yerno,” Fabiola interrumpió con falsa preocupación, “créeme. Vi lo que vi. ¿Por qué crees que vine hasta aquí? Tenías que saberlo.” 

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