Capítulo 74
Marina, después de meditarlo profundamente, dijo: “Si él no se divorcia, entonces solo me queda recurrir a la ley“.
Valeria respondió: “Pero un divorcio litigioso es una batalla de desgaste. Hermana, tú lo detestas tanto, pero tendrás que enfrentarlo todos los días. ¿No sería eso un tormento aún mayor?”
Marina lo pensó un momento, aguantando una enorme incomodidad física y emocional, dijo: “Entonces, hablaré seriamente con él“.
Pasadas las nueve de la noche, Marina decidió llamarlo. Sabía que a esa hora, él solía estar libre.
Apenas habían sonado dos tonos cuando alguien contestó.
“¿Hola? ¿Quién es?” La voz era dulzona, casi empalagosa. Marina reconoció al instante a Cynthia, ¿quién más tendría ese tono?
Marina se quedó atónita por un momento: “Pásale el teléfono a Isaac“.
Cynthia titubeó. Tras una pausa incómoda, respondió en un tono tembloroso: “Mar, ¿por qué lo buscas?”
Con sarcasmo, Marina dijo: “¿Acaso necesito reportarme con mi hermana para hablar con mi marido? ¿No estás siendo demasiado entrometida?”
Cynthia, con dificultad para respirar, tartamudeó: “Solo… preguntaba. Perdona. Isaac está bañándose ahora mismo. Le diré que te devuelva la llamada en cuanto termine“.
Marina sonrió, impasible. “Cynthia, si no recibo una llamada de Isaac, mañana mismo subo una grabación de ustedes dos… juntos.”
Después de decir eso, Marina colgó.
Quizás fue la amenaza de Marina lo que funcionó, porque a los pocos minutos, Isaac la llamó.
Apenas Marina contestó su celular, escuchó la furia de Isaac: “¿Marina, te has vuelto loca? ¿Cómo te atreves a hacer llorar a tu hermana?”
Marina alejó el celular de su oído, esperando a que terminara su rabieta antes de volver a acercárselo.
“Isaac, recibí los papeles de divorcio. ¿Cuándo tienes tiempo para ir al registro civil y finalizar esto?” La voz de Marina era tranquila como el agua, sin rastro de la ira por haber sido insultada, ni de la tristeza del divorcio.
Isaac se quedó mudo.
Porque hasta ese momento, estaba completamente convencido de que lo del divorcio de Marina era falso, una simple excusa para captar su atención.
1/2
Capítulo 74
“¿En serio lo dices?”
Marina suspiró, impaciente. “Isaac, no tengo tiempo para tus juegos. Estoy ocupada, y tú no eres el centro de mi vida.”
Hubo un largo silencio del otro lado.
Finalmente, Isaac dijo con algo de ira: “Marina, te dejé sola por dos años, pensando que con el tiempo recapacitarías. No esperaba que te volvieras aún más terca, queriendo divorciarte de mí.” Su voz se volvió cruel. “¿Quién va a quererte después de esto?”
Una sonrisa amarga se dibujó en los labios de Marina. “Quien realmente me ame no juzgará mi pasado. Mi conciencia está limpia, Isaac. Eres tú quien debería cargar con la culpa. Si existe la justicia, serás tú quien pague por todo esto. ¿Qué te hace pensar que no puedo ser feliz sin ti?” Isaac se quedó sin palabras.
“Marina, tras el divorcio, te quedarás sin nada. No pienso darte ni un centavo“, dijo Isaac entre
dientes.
Marina soltó una carcajada: “Isaac, solía pensar que sin ti no podría vivir. Pero la realidad demostró que, sin tus migajas, puedo ganarme la vida y llenar mis bolsillos. Estos dos años he vivido muy bien, sin tener que aguantar tus malos tratos ni servir a tu familia. Han sido los dos años más liberadores de mi vida“.
212