Capítulo 64 

A menudo se preguntaba, si Isaac no hubiera aparecido en su vida, ¿cuál habría sido su destino? ¿Continuaría escondiéndose en las sombras de la sociedad o, con su indomable espíritu de lucha, habría trazado su propio camino hacia la grandeza? 

Durante mucho tiempo, había visto a Isaac como su salvador, venerándolo casi como a un dios. Sin embargo, tras haber presenciado las complejidades del mundo y comprender cómo él se aprovechaba de aquellos a quienes decía ayudar, sus pensamientos comenzaron a tambalear. Dudas empezaron a surgir en su mente, cuestionando la admiración que una vez.le 

tuvo. 

Incluso llegó a entender profundamente la razón del “rescate” que Isaac le ofreció en aquel 

entonces. 

Porque las verdaderas intenciones detrás de sus acciones no merecían el respeto que ella le 

tenía. 

Él no era un filántropo; era un estafador. 

Ese era el dolor en lo más profundo del corazón de Marina, un dolor indescriptible. 

El divorcio era inminente. 

Al día siguiente. 

En la entrada de la villa de la familia Córdoba. 

Marina, vestida con ropa sencilla y sin maquillaje, con el semblante cansado de no haber dormido en toda la noche, apareció de manera inesperada en la puerta de la familia Córdoba. 

Pero alguien más se le adelantó. Un auto de lujo, valorado en millones, se estacionó frente a la casa, y Cynthia bajó del auto llevando bolsas de regalos de todos los tamaños. 

Ella tocó el timbre de la familia Córdoba. El mayordomo abrió la puerta, y al ver a Cynthia, su expresión se iluminó con sorpresa: “Señorita Chávez, señora Córdoba justo mencionaba que hace tiempo no venías. Parece que hablamos de César y César aparece.” 

Cynthia entregó una de las bolsas al mayordomo: “Pedro, esto es para ti.” 

El mayordomo, con una sonrisa, aceptó el regalo: “Señorita Chávez, siempre tan considerada con cada visita, hasta nosotros los sirvientes recibimos algo. Realmente eres muy atenta.” 

El mayordomo la recibió con entusiasmo en la casa. 

Marina y Valeria, observando desde un taxi, no pudieron evitar comentar la escena. Valeria dijo con desdén: ” La forma en que se acerca a la familia de su cuñado es descarada… ni si quiera la despista.” 

22:33 

Capitulo 64 

Marina respondió con una sonrisa: “Ay, niña, a tu corta edad no tienes por qué entender estas cosas de adultos.” 

Valeria tomó un maletín de documentos que estaba en el auto: “Hermana, yo me encargo de esto. Mejor no te encuentres con esa gente desagradable.” 

“Está bien.” 

En la sala. 

Penélope e Isaac estaban sentados en el sofá. Al ver a Cynthia, Isaac se levantó de inmediato, se acercó a ella para tomar las pesadas bolsas de regalos que llevaba. No pudo evitar regañarla: “Cynthia, si vas a venir, ven sin más, no necesitas comprar regalos. Estás débil, no deberías cargar con cosas tan pesadas.” 

Cynthia lo miró con ternura: “Isaac, conseguí algunas telas de buena calidad y te hice a ti y a tus padres algunas prendas. Pronto será la Navidad y luego el Año Nuevo, y con tantos eventos, quiero que ustedes asistan con elegancia.” 

Penélope dejó su taza de café y suspiró: “Ay, Cynthia, eres tan considerada con Isaac. Es una lástima que mi hijo no tuviera la suerte de casarse contigo, es realmente una pena.” 

Luego, mirando a Isaac con una mezcla de frustración y cariño, agregó: “No sé en qué estabas pensando, siendo el director general de una empresa cotizada, casarte por gratitud con alguien que no está a la altura. Mira todo lo que ha hecho tu esposa: huir de casa, desaparecer sin dejar rastro… Es exasperante.” 

Al mencionar a Marina, el rostro de Isaac se ensombreció. 

Penélope continuó: “Sería mejor simplemente que se divorciaran.” 

Isaac respondió: “Mamá, Marina nos ha hecho un favor, a Cynthia y a mí. Si me divorcio de Marina, me acusarán de ser desagradecido, y mi imagen personal, así como la de la compañía, se verá afectada. Por favor, no hables más de esto.”