Capítulo 232
¿Acaso nunca le había expresado su agradecimiento a Ofelia?
Camilo regresó al parque de atracciones.
Tomé la iniciativa y dije: “Camilo, ¿qué te parece si de lunes a viernes por las noches, cuando recojamos a Dora, también pasamos por Natalia y la llevamos a nuestra casa?”
“Creo que con Natalia acompañándola, Dora podría recuperarse más rápido.”
“Esa es realmente una buena idea.” Camilo estuvo de acuerdo y dijo: “Pero ahora hay un problema muy importante.”
Le escuché pacientemente.
Camilo, con calma, me dijo: “Joaquina fue despedida de su antigua empresa y recibió una gran compensación.”
“Al mismo tiempo, decidió unirse a nuestra empresa.”
Me sorprendió un poco la noticia, pero pensando en que él siempre la había admirado, y ahora que finalmente había logrado lo que deseaba, le dije sonriendo: “Pues te felicito.”
Camilo me miró pensativo y dijo: “Ella trabajará de nueve a cinco, con fines de semana libres.”
“Debería tener tiempo para pasar con Natalia.”
“Así que, incluso si estamos dispuestos a llevarla, probablemente ella no esté de acuerdo.”
Me sentí un poco decepcionada y le dije: “Bueno, está bien entonces.”
Camilo puso su mano gentilmente en mi hombro, intentando consolarme: “Sé que lo haces pensando en Dora, pero…”
“A lo largo de estos últimos días, ella se ha recuperado muy rápido, creo que podríamos tomarlo con más calma,”
“Apurarse solo empeora las cosas.”
Sentí que Camilo tenía razón y se lo dije: “Tienes razón.”
Justo cuando terminamos de hablar.
Joaquina nos contactó directamente, diciendo que no iría a trabajar ese día y que quería llevar a Natalia para dar un paseo.
Le preguntamos a Natalia lo que pensaba respecto a eso.
Natalia, un poco avergonzada, dijo que aunque estábamos siendo muy buenos con ella, todavía prefería estar con su mamá.
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Al escuchar esto, Joaquina vino inmediatamente a recoger a Natalia.
Luego las dos se fueron juntas.
Cuando nos dimos cuenta de que era hora de almorzar, llevamos a Dora a disfrutar de una comida deliciosa de un restaurante que se encontraba cerca de la oficina.
Camilo hizo el pedido.
Me senté junto a Dora, preguntándole con paciencia: “¿Te entristece que ella no se haya. quedado contigo?”
“¿Por qué estaría triste?“, preguntó Dora, algo confusa. “Todos los niños aman a sus madres.”
“Yo también.”
“Ella ha estado separada de su mamá por mucho tiempo, ahora que finalmente puede estar con ella, seguro que quiere estar a su lado todo el tiempo.”
“Si me pasara lo mismo…”
“Estaría aún más apegada a mi madre que ella.”
Al escuchar lo que decía Dora, me di cuenta de que a pesar de su corta edad, ya era capaz de ponerse en el lugar de los demás.
Qué maravilla.
“Pero sé que mi madre nunca me dejará.” Dora me abrazó, expresándose de manera cariñosa. “Porque mamá me ama.”
Yo también la abracé: “Por supuesto.”
Dora dijo con alegría: “¡Y por supuesto que yo también amo a mamá!”
En ese momento, Camilo intervino: “¿Y papá?”
Dora rápidamente dijo: “¡También amo a papá!”
Camilo finalmente se sintió satisfecho.
Sin Natalia alrededor, Dora no tenía ganas de seguir jugando afuera.
Así que regresamos a casa todos juntos.
La niña estaba ansiosa por subir a su habitación y compartir su estado de ánimo del día con sus muñecos, pero justo en el momento que dio un par de pasos, Camilo la atrapó y la trajo de
vuelta.
Ella lo miró con cierta insatisfacción: “Papá, ¿qué pasa?”
“Hicimos algunos ajustes a tus muñecos.” Camilo pensó que sería mejor informar a Dora de antemano: “Les instalamos un programa con el que puedes hablar con ellos.”
La niña pensó en ello con mucha seriedad: “¿Entonces, hoy puedo hablar con ellos y
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responderán?”
Camilo asintió: “Sí, pero siguen siendo unos muñecos.”
La sonrisa de Dora se hizo incontrolable: “¡Tengo que ir a probar la nueva función!”
Solo en ese momento Camilo la soltó.
Dora salió corriendo hacia su habitación, miró a sus muñecos de algodón y, con curiosidad,
comenzó a hablar: “¿Abuelo?”
Capitulo 233
“Soy yo.”
