Capítulo 227
La idea era simple pero ingeniosa: instalar un walkie–talkie dentro de un muñeco para que Dora pudiera hablar directamente con sus abuelitos. No pasaría mucho tiempo antes de que la niña pudiera conversar directamente con ellos sin ayuda. Una sonrisa se reflejó en mi rostro al ver cómo la pequeña, a la que tanto cariño le tenía, mejoraba poco a poco… Era algo que no podía expresar con palabras.
Dora se despidió con naturalidad: “Mami, ya me voy a dormir.” Me levanté para seguirla. La niña, muy seria, me explicó: “Hoy como los abuelitos están conmigo, tú puedes descansar un poco.” La miré mientras subía las escaleras, abrazando dos muñecos, esforzándose a pesar de la dificultad… Aunque claramente le costaba cargar a ambas al mismo tiempo, pero no pidió ayuda. Era una niña muy independiente, y mi cariño por ella había crecido sin darme cuenta.
Pensando en el plan de llevar a Dora y los demás a pasear al día siguiente, le dije a Camilo: “Hoy me toca trabajar un poco más tarde.” Camilo asintió: “Entonces, te dejo trabajar.”
“Vale,” contesté, cogí mi computadora y me dirigí al salón para empezar a trabajar arduamente. Con el tiempo, tras irme familiarizando con el dibujo y el coloreado, la velocidad con la que las elaboraba había aumentado considerablemente al igual que la calidad en comparación con antes… Después de terminar con las tareas del día, seguí adelantando trabajo.
Camilo se sentó frente a Ofelia para observarla. Esta, en cambio, estaba totalmente sumergida en su trabajo, con una concentración muy profunda y una radiante dedicación, lo que la hacía irresistiblemente atractiva. Camilo no podía evitar recordar todo lo que Ofelia había vivido… había sido traicionada por su esposo e hijos. A pesar de su dolor, no dejó que esos momentos difíciles la definieran, sino que rápidamente se recuperó y comenzó una nueva vida. Camilo la admiraba profundamente.
Por ahora, no quería que ella se diera cuenta de sus sentimientos, así que apartó la mirada. Sin embargo, en ese momento decidió que haría todo lo posible por conquistarla, por convertirla en su esposa. Para evitar futuros problemas con su familia, Camilo pensó que lo mejor sería hablar primero con ellos antes de que decidiera hacerlo.
Después de llegar a la casa de Amparo, Ricardo le pidió al conductor que se marchara. Amparo, tratando de esconder su vulnerabilidad, bajó la mirada y se expresó en voz baja: “Sé que estás ocupado… y que no debería molestarte.” Ricardo la miró fijamente. Amparo siempre había sido una mujer brillante y segura, pero su negligencia la había llevado a perder confianza en sí misma: “No es ninguna molestia.”
Confundida por las disculpas repentinas de Ricardo, Amparo lo miró sin entenderle. Ricardo se sinceró: “Últimamente he estado dudando, pensando que la persona que amaba era Ofelia… busqué confirmación en muchos, pero todos me aseguraron que en realidad te amo a ti.” Admitir esto le causó a Ricardo una gran angustia.
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Capítulo 227
Amparo parpadeó, sorprendida por el apoyo inesperado de tantas personas hacia ella. Ricardo continuó: “Sin embargo, te he estado ignorando.” Amparo intentó restarle importancia, pero Ricardo, esbozando una leve sonrisa, insistió: “Pero a mí sí me importa. Amparo, tranquila, que de ahora en adelante me esforzaré por ser un mejor compañero. Empezaré por volver a casa todos los días.”
Aunque Amparo había encontrado cierta paz mental durante su separación temporal de Ricardo, no podía rechazar su propuesta de volver con él. Después de todo, aún esperabal convencerlo de que él realmente la amaba.
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