02.09 

Capítulo 15 

Alguien rompió el silencio y mencionó a Marina, Isaac se despertó como si estuviera en un sueño, ya habían pasado varios días y Marina no había intentado contactarlo por iniciativa propia, ni siquiera una llamada o un mensaje de texto. 

Finalmente se dio cuenta de que algo no estaba bien, después de todo, esta chica solía ser apegada a él, incluso si se veían todos los días, si no podía verlo, ella buscaba cualquier excusa para contactarlo. 

Una vez fue para compartir su comida favorita, otra vez para recordarle que se abrigara bien debido al cambio de clima, y otra para decirle que volviera temprano a casa, que ella tenía una sorpresa para él. Él solo pensaba que era especialmente ruidosa. 

Una Marina tan silenciosa, realmente era inusual. 

Parece que esta vez que la envió al extranjero por la fuerza, realmente la había enfadado. Si no se contactaba con él, seguro que pediría dinero a las personas a su alrededor. 

Isaac giró su cabeza y preguntó a su asistente: “¿Cómo ha estado la señora últimamente? ¿Ha mencionado si le falta algo? Recuerda cubrir sus necesidades“. 

La cara del asistente se veía bastante tensa. 

Titubeó y dijo: “Presidente Córdoba, desde que la señora se fue a Nueva York, ha desaparecido sin dejar rastro“. 

La expresión de Isaac se endureció: “¿Qué está haciendo esta chica? ¿Acaso se ha vuelto local ahí y olvidado que tiene una familia?” 

La expresión del asistente era bastante difícil de describir, la señora había tirado todo lo que el presidente le había comprado el día que se fue al extranjero, incluso la tarjeta bancaria que él le había dado, ¿acaso lo había olvidado? 

Gisela, con una sonrisa burlona, le recordó a Isaac: “¿Es posible que tu obediente y sumisa esposa quiera algo más que solo el título de señora Córdoba, quizás también el amor que corresponde a una mujer de una gran familia? Presidente Córdoba, si no puedes darle amor, ¿quizás por eso te ha dejado?” 

Isaac no pareció captar el sarcasmo en las palabras de Gisela, sino que se sumergió en los innumerables momentos románticos que Marina había creado para él: “Ella me ama inmensamente, ¿cómo podría realmente dejarme? Si no se comunica conmigo, es solo un juego de hacerse la difícil. Si me pongo a jugar según sus reglas, pierdo“. 

Las palabras de Isaac provocaron la sarcástica respuesta de Gisela: “Presidente Córdoba, si realmente amas a Cynthia, ¿por qué no te divorcias de Marina? Dale una oportunidad de ser 

feliz“. 

Cynthia intervino para desviar el tema: “Gisela, tú no eres Marina. Simplemente no la entiendes. Puedes pensar que casarse con alguien sin amor es veneno para ella, pero en realidad, es 

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Capítulo 15 

como miel“. 

Gisela replicó: “Señorita Chávez es usted muy generosa, el presidente Córdoba sale contigo llevando el aroma de su esposa, ¿y tú no te pones celosa?” 

Cynthia respondió con gran magnanimidad: “Si fuera otra mujer, definitivamente no lo toleraría. Pero Marina es mi hermana, además, ella donó su riñón para salvarme. No me importa que 

Isaac sea bueno con ella. Además…” 

Cynthia levantó la mano mostrando su anillo: “Este es un regalo cuidadosamente seleccionado por Isaac para mí. A diferencia de los regalos que Marina recibió, todos comprados por el asistente de Isaac. He recibido el amor de Isaac, no puedo ser tan codiciosa como para querer también el título de joven ama de Córdoba. Estoy satisfecha“. 

Después de decir esto, para demostrar su magnanimidad, Cynthia instó a Isaac: “Isaac, tienes que traer a Marina de vuelta a casa pronto. Me preocupa que ella no se adapte a estar sola en el extranjero“. 

Isaac respondió: “Está bien“. 

Gisela se enfureció tanto que se bebió de un trago un vaso de brandy. 

En Milán. 

Marina, después de terminar el trabajo a medianoche, estaba tan cansada que casi colapsa en la cama. Al encender su celular, vio las tendencias que Gisela le había enviado, llenas de noticias sobre Isaac y Cynthia. 

Isaac llevaba y traía a Cynthia del hospital, la acompañaba a las exposiciones de moda que le gustaban, entraban juntos a los restaurantes más elegantes y él personalmente la custodiaba en los eventos relacionados con su nuevo emprendimiento… La manera en que Isaac la cuidaba, tan atento y protector, y esa forma en que la miraba, tan intensa que casi podías ver chispas volando entre ellos, hacía imposible no pensar que había algo más entre ellos. 

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